Nunca te olvidaremos 'Magnum'

Con profunda tristeza y gratitud en el alma, despedimos a nuestro amado gato Magnum, quien nos dejó recientemente después de compartir con nosotros una vida llena de amor, misterio y silenciosa compañía.

Desde el momento en que llegó a nuestro hogar, con su pelaje majestuoso y su porte imponente, supimos que no era un gato común. Tenía la calma de un sabio y la nobleza de un rey. Su andar sereno llenaba la casa de una presencia reconfortante, y su mirada —profunda y sabia— parecía entender cosas que nosotros aún no sabíamos cómo nombrar.

Era curioso, como todos los gatos, pero con una dignidad especial. Elegía dónde y cuándo acercarse, y cuando lo hacía, lo convertía en un honor. Ya fuera estirado en el sofá como si fuera suyo (lo era), o escondido entre las plantas del balcón observando el mundo pasar, su sola existencia hacía todo más cálido, más lento, más presente.

Nos acompañó en silencios largos, en noches frías, en tardes de lectura y en días difíciles. Tenía el talento de consolar sin hacer ruido, de aparecer justo cuando más se le necesitaba, sin pedir nada a cambio, salvo un lugar suave donde reposar y nuestra cercanía.

Hoy la casa está más vacía, más quieta. No escuchamos el suave golpeteo de sus patas, ni sentimos el peso de su cuerpo en el regazo. Pero su memoria está en cada rincón donde solía descansar, en cada rayo de sol que atraviesa la ventana, en cada momento en que el silencio se vuelve más profundo.

Gracias por todo, amigo felino.

Gracias por tu lealtad silenciosa, tu compañía elegante y tu amor sin palabras.

Nos diste mucho más de lo que imaginabas.

Descansa en paz, majestuoso compañero. Nunca serás olvidado.