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1.200 años de historia

1.200 años de historia

Un símbolo para toda Asturias. La Catedral de Oviedo atesora motivos para celebrar con júbilo su aniversario

Susana Neira

Oviedo

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Jueves, 14 de octubre 2021

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Una angosta escalera de caracol en la torre gótica de la Catedral de Oviedo da acceso a la sala de campanas; entre ellas la 'Wamba', la más antigua en activo del mundo. Esta pieza de bronce del siglo XIII y sus compañeras, antiguamente tañidas a mano y ahora mecanizadas,tienen motivos para resonar en estas fechas con más alegría que nunca;para repicar con enorme orgullo para toda Asturias; para tocar con fuerza y festejar este 13 de octubre los doce siglos de la consagración del primer altar de la basílica dedicada a San Salvador y los doce apóstoles que mandó levantar Alfonso II, el Casto. La 'Sancta Ovetensis' cumple 1.200 años.

El 13 de octubre del año 821 se consagró el primer altar de la basílica de San Salvador

Cada tañido, cada peldaño, en realidad cada piedra de este monumental templo cuyo germen se encuentra en la basílica de San Salvador mandada levantar por el rey Fruela I en el año 765, podría contar historias de esta joya de Asturias; de tiempos de luz, y también de sombras. Es una catedral singular y única, rica en historia, templo de fe, guardiana de reliquias, grandeza, belleza, excepcionalidad y simbolismo no solo para Oviedo, urbe crecida en torno a ella, sino para todo el Principado y para España, pues se erige cuna de muchos caminos andados hacia el resto de la Península y de Europa. Entre ellos, el más reivindicado, como punto de partida del Camino Primitivo a Santiago de Compostela, siguiendo los pasos de Alfonso II, el Casto, el primer peregrino, y haciendo popular aquello de «quien va a Santiago y no al Salvador, visita al siervo y no al Señor». Pasos andados que atraen como nunca a los peregrinos en este Año Xacobeo.

A la Catedral le sobran este 2021 motivos para hacer repicar sus campanas enérgicamente. Ha sobrevivido prácticamente a todo y mantenerse más viva que nunca 1.200 años después es motivo de júbilo y de lucir las mejores galas aunque a estas alturas tiene galones y tesoros suficientes para no necesitar más adornos ni pompa que su propia esencia.

La 'Sancta Ovetensis' custodia reliquias como el Arca Santa y las cruces de los Ángeles y la Victoria

La Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de El Salvador de Oviedo, su nombre oficial, se levantó en medio de una época de esperanza. A comienzos del siglo VIII, los musulmanes ocupaban España, pero su derrota en la batalla de Covadonga, con don Pelayo al frente, permitió establecer la corte en Cangas de Onís, trasladada en el año 792 por Alfonso II, el Casto a Oviedo. En el corazón de Asturias levantó un palacio, una iglesia dedicada a San Salvador y otra a Santa María.

Fue durante este reinado cuando el Arca Santa salió de Jerusalén para resguardarse finalmente en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo. En este espacio custodia reliquias tan veneradas –de ahí que se la conozca como 'Sancta Ovetensis'– como el Santo Sudario, el Arca Santa y joyas irrepetibles, entre ellas la Cruz de los Ángeles, emblema de Oviedo y de la propia Catedral, y de la Victoria, símbolo de Asturias.

Cuenta el actual deán de la seo, Benito Gallego, que la Catedral «es el centro de unión para los cristianos en una diócesis y es la iglesia madre, el punto de referencia». Un punto de referencia para los fieles; un lugar de oración que da cobijo a todos, que ha servido no solo para llamar al culto y dar la bienvenida a los visitantes, sino también para avisar a la ciudad, tañendo esas campañas en mitad de la majestuosa torre de ochenta metros, de episodios trágicos como el incendio que asoló la urbe en 1521, la voladura de la revolución del 34 y la Guerra Civil española, o el robo de estos símbolos de Asturias en 1977. Capítulos de los que, por cierto, la veterana campana, la 'Wamba', ha salido milagrosamente indemne.

Pero la 'Sancta Ovetensis', construida piedra a piedra en varias fases, a fuego lento, durante tres largos siglos, ha sabido sobrevivir y sobreponerse, en ocasiones con caminos enrevesados como esa encaracolada escalera de la torre, hasta celebrar este aniversario.

Qué mejor manera de honrarla que rindiéndole tributo, admirando desde la plaza la majestuosidad de la fachada gótica construida a comienzos del siglo XVI bajo el diseño de Juan de Badajoz, con esta torre que la hace única –la falta de financiación durante las labores de construcción la dejó sin gemela– y desde la que vigilaba con su catalejo don Fermín de Pas, el Magistral, uno de los protagonistas de 'La Regenta' de Clarín.

Y qué mejor manera de reconocer su importancia que cruzando el umbral de su magnífico pórtico para adentrase en el templo y recorrer espacios tan especiales como el retablo del Altar Mayor, iniciado en el año 1512 por Giralte de Bruselas, por encargo del obispo Valeriano Ordóñez de Villaquirá y valorado hoy como uno de los más importantes de España, junto con el de Sevilla y Toledo; la Cámara Santa, mandada construir a comienzos del siglo IX y custodia de las reliquias traídas desde el Monsacro, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985, con la cripta de Santa Leocadia en su parte inferior; o el claustro gótico, desarrollado entre el año 1300 y 1441.O, de vuelta al interior, la maravillosa girola del siglo XVII; las capillas de Santa Bárbara, de Velarde, de Covadonga, del Rey Casto, Los Vigiles, Santa Eulalia, La Asunción, Nuestra Señora de Belén, San Antonio, San Juan Bautista, San Martín y San Roque; o sus maravillosas vidrieras. En definitiva, la Catedral de Oviedo es una joya, un conjunto de edificios, espacios y estilos, fruto de las obras, reformas, ampliaciones y renovaciones que dejan constancia de hasta cinco estilos arquitectónicos: el prerrománico, el románico, el gótico, el renacentista y el barroco. Con su huella también de los siglos XX y XXI.

Con motivo de esta efeméride, el Cabildo de la Catedral ha organizado una serie de actos para homenajear a la iglesia madre de Asturias, lugar de paso de autóctonos y foráneos en cualquier visita que se precie a la capital, lugar de fondo de tantas postales y fotografías; 'casa' de reyes y del pueblo llano, de vencedores y vencidos, de alegrías y tristezas, de rezos y confesiones a lo largo de su historia. Ahora toca festejar y, en la medida de lo posible, dejar atrás la pandemia, con conciertos, exposiciones, conferencias y una misa hispanomozárabe, coincidiendo con esa consagración del primer altar, actos que se completaron con la exhibición a diario, algo excepcional, del Santo Sudario durante el Jubileo de la Santa Cruz.

Así pues, que suenen como nunca la 'Wamba' y el resto de campanas desde la torre, que despierten a todo Oviedo y a toda Asturias porque la Catedral de San Salvador está de aniversario. Un repique festivo por esos 1.200 años; que resuene con fuerza el reconocimiento a un símbolo de Asturias. Y que cumpla muchos más.

El alma del patrimonio

ALFREDO CANTELI Alcalde de Oviedo

Nuestra Catedral debe seguirsiendo por muchos años más un referente dinamizador.

Dice el refrán que «Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y no a su señor». Puede parecer una expresión popular sin mayor relevancia, como tantas otras leyendas que –a veces– carecen de rigor histórico aunque se transmitan de generación en generación, pero lo cierto es que, en este caso, esconde una gran verdad: la trascendencia histórica de nuestra Catedral en el desarrollo del Camino de Santiago y en el de nuestra propia ciudad.

A estas alturas, deben ser pocos los que aún no saben que fue el rey ovetense Alfonso II, el Casto quien abrió la ruta jacobea para visitar el sepulcro del Apóstol Santiago, situando así el origen de este trazado universal en Oviedo.

Ha sido el trabajo incansable del equipo de gobierno que presido el que nos está permitiendo devolver a este hecho histórico de gran trascendencia la notoriedad que merecía después de muchos años –demasiados– de inexplicable abandono, siempre a la sombra del reconocimiento mundial que en Galicia sí supieron aprovechar.

Pero llegados a este punto, en el que –por fin– hemos comenzado a saldar una deuda histórica de la ciudad con sus orígenes, no sería justo no hacer lo propio con la Catedral de San Salvador, estrechamente vinculada al inicio del Camino y principal exponente, junto al Prerrománico, de nuestro gran patrimonio histórico y cultural.

Como si la historia quisiera ayudarnos a recuperar el tiempo perdido, este año han coincidido dos acontecimientos singulares: la celebración del Año Santo y el 1.200 aniversario de nuestra Catedral.

Por eso, no se me ocurre mejor momento que éste para poner en valor la importancia de la 'Sancta Ovetensis', no solo a nivel religioso, sino también patrimonial.

Es irrefutable la relevancia que este templo, levantado sobre la basílica que Alfonso II ordenó construir bajo la advocación de San Salvador, tiene para los cristianos. En su interior, la Cámara Santa, que custodia las grandes reliquias de la cristiandad (entre ellas, el Santo Sudario), convirtió a la Catedral de Oviedo en un centro santo de peregrinaciones, que cuenta con su propio jubileo: la Perdonanza de la Santa Cruz, que concede la indulgencia plenaria y la redención a todos aquellos que visitan el templo el Día de la Exaltación.

Pero, además, es una joya arquitectónica de incalculable valor, con elementos de distintos estilos artísticos, donde la cultura siempre ha ocupado un lugar privilegiado. En sus naves, además de liturgias y plegarias, se han celebrado conciertos, exposiciones y otras muchas actividades culturales que han enriquecido la vida de los ovetenses.

Y, por ello, me gustaría aprovechar esta ocasión para expresar mi más sincero agradecimiento a la Archidiócesis de Oviedo, en especial, al arzobispo Jesús Sanz Montes y al deán de la Catedral, Benito Gallego, así como a todos aquellos cuyo espíritu de colaboración ha sido fundamental para que la 'Sancta Ovetensis' haya sido siempre tan querida por todos los ovetenses, independientemente de sus creencias religiosas.

Sabéis que, como alcalde de Oviedo, defiendo la colaboración institucional por encima de cualquier posición porque estoy convencido de que solo trabajando unidos podemos proteger nuestro gran patrimonio, en el que la Catedral de San Salvador ocupa un lugar preferente. Y confío que esa colaboración se incremente para, entre todos, ponerlo en valor.

Son 1.200 años los que se cumplen este 13 de octubre, pero espero que nuestra Catedral siga siendo muchos años más el alma y el referente dinamizador de Oviedo. Mi compromiso para que así sea es total. Porque creo, firmemente, que nuestro papel como 'Origen del Camino', la labor del rey Alfonso II, el Casto y la 'Sancta Ovetensis', con sus inigualables reliquias, no solo deben ser protagonistas de nuestra historia en este año tan especial; deben serlo siempre.

La efeméride se festeja por todo lo alto

Actividades. El Cabildo cierra en noviembre dos meses de actos en honor a la dedicación del templo

La dedicación de una catedral es uno de los acontecimientos más importantes en la vida de una diócesis. Es la donación del edificio a la divinidad y se celebra una sola vez en toda su historia. El 13 de octubre del año 821, la de Oviedo, la 'Sancta Ovetensis' de San Salvador, vivió la suya y este 13 de octubre se cumplen 1.200 años exactos de aquel momento de la consagración del primer altar que mandó construir el rey Alfonso II, el Casto. Una figura que el Cabildo Metropolitano guarda con «memoria agradecida» porque no solo elevó a capital del Reino de Asturias el lugar donde había nacido –la ciudad de Oviedo–, sino que en ella estableció la sede episcopal de la nueva diócesis que se creaba. Ya se cumplen casi dos meses de celebraciones ininterrumpidas y de actos excepcionales en su honor.

Todo comenzó a lo largo de agosto. La ligera relajación de las restricciones sanitarias y la cada vez más rápida vuelta a la normalidad permitió la puesta en marcha de una exposición dedicada al edificio, 'Apostolado y el Salvador', del artista pictórico Miguel Ángel Lombardía. Una muestra a la que, a finales del mes, le siguieron el concierto Forma Antiqva, con obras del archivo histórico de la Catedral, y el de la orquesta Oviedo Filarmonía con la misa de 'Coronación de la Virgen', de Mozart.

Es el día de autos, el 13, cuando la Gran Basílica Metropolitana se viste de gala para celebrar su esperado cumpleaños, dos siglos por encima del milenio, pero aún firme y sana en el centro de la ciudad. Un día también excepcional en el que, a partir de las doce del mediodía, el Cabildo celebra una misa por el rito hispano-mozárabe, el que estaba vigente cuando se consagró el altar de la iglesia y que fue suprimido en el Concilio de Burgos del año 1080.

En todo este tiempo, locales y foráneos han tenido una oportunidad que será casi única en lo que queda de siglo: la exhibición al público para su veneración durante ocho jornadas consecutivas del Santo Sudario que cubrió el rostro de Cristo durante su Descenso de la Cruz. La Perdonanza, entre el 14 y el 21 de septiembre, trajo a la ciudad a un amplio plantel de obispos –también al arzobispo de Barcelona– de todos los lugares de España para oficiar las celebraciones.

Hueco para casi todo, también para el canto gregoriano, protagonista el pasado 2 de octubre de una nueva velada jornada musical en la Catedral de 'Ensemble Vocal in Paradisum'. Algo que continuó, pero esta vez en forma de recital, con el 'Cántico espiritual' de San Juan de la Cruz, a manos de Amancio Prada.

Un ciclo que se alargará también durante lo que dure noviembre, pero esta vez con un programa de ponencias técnicas para poner la nota histórica al lado del asunto religioso. Así, entre los días 4 y 25, catedráticos e historiadores de la talla de Yayoi Kawamura o Isabel Ruiz de la Peña se encargarán de desentrañar los secretos en torno a la orfebrería de la Catedral o la devoción de Santa Eulalia o las reliquias que atesora la Cámara Santa. Será en el Real Instituto de Estudios Asturianos. Mil doscientos años dan para mucho contar.

Música y charlas

  • Rito milenario: El 13 de octubre se celebra una misa hispano-mozárabe

  • Conferencias: Cuatro ponencias en clave histórica entre el 4 y el 25 de noviembre

  • Reliquias: El Cabildo mostró el Santo Sudario cada una de las jornadas de la Perdonanza

  • Música: Canto gregoriano, la Orquesta Oviedo Filarmonía y composiciones del archivo catedralicio con Forma Antiqva

  • Poesía: Amancio Prada recordó los cánticos de San Juan de la Cruz

Guardianes de nuestra Catedral

PAZ DE ALVEAR Jefa de Redacción de Oviedo de EL COMERCIO

Somos deudores de 1.200 años de historia de un templo que ha contribuido a hacer de Oviedo una capital histórica.

En la Cámara Santa, ante el Santo Sudario, la Cruz de los Ángeles y la Cruz de la Victoria, rodeada del Apostolado, nos percibimos deudores de una historia milenaria. De tal magnitud, que nos hace sentir diferentes, porque no todos pueden decir que su Catedral, la de Oviedo, la de toda Asturias, atesora 1.200 años. Somos, pues, ahora sus guardianes y tenemos la obligación de seguir contando su historia. Y eso es, precisamente, lo que pretende este especial que tiene entre sus manos: homenajear una efeméride sobresaliente, recordar que el primer altar de este magnífico templo, de una sola torre, se consagró el 13 de octubre del año 821 bajo la advocación de San Salvador. Hace 1.200 años.

Oviedo no se entendería sin su Catedral. Y tampoco sería la vetusta ciudad la que es sin uno de sus principales 'hacedores', el rey Alfonso II, el Casto, quien ordenó construir este primer altar y elevó la urbe en la que había nacido, Oviedo, a capital del Reino, estableciendo en ella la sede episcopal de la nueva diócesis que surgía. No solo eso, como primer peregrino contribuyó a romper el aislamiento respecto a Europa. Por todo eso y más, Oviedo es la ciudad histórica que es. Oviedo y la Catedral, la una y la otra, inseparables, erguidas ante todo y ante todos.

Bajo sus piedras milenarias, que parecen anexionarse a las hermanas Pelayas, otro de los símbolos de la ciudad, arranca el segundo momento de la cultura y la fe cristiana en España. Comienza a escribirse su historia después de que la invasión musulmana arrasara con todo y la Catedral se alzara como la iglesia madre, refugio del SantoSudario. «Se puede decir, pues, que es la más antigua de ese segundo momento como tal catedral», destaca el deán, Benito Gallego.

1.200 años después, este acontecimiento se revela como un momento de gracia, excepcional, por lo que el Jubileo de la Santa Cruz o Perdonanza, que concluyó el pasado 21 de septiembre, también lo fue, con la exhibición a diario del paño que, como recoge el Evangelio, envolvió el rostro de Cristo cuando lo bajaron de la Cruz. Este lienzo, que llegó en el Arca Santa, y que se conserva gracias a unas medidas de seguridad y técnicas extraordinarias, vitales para su perduración, se mostró durante ocho días seguidos en el transcurso de sendas eucaristías presididas por obispos venidos de toda España. Y, como no podía ser de otra manera, la 'Sancta Ovetensis' se llenó de fieles.

Fieles venidos de todas partes de Asturias, de España y del mundo. Porque nuestra Catedral, Patrimonio de la Humanidad, atrae a millares de personas, ya sea para vivir la Perdonanza o maravillarse de las joyas que atesora: la Cámara Santa y sus reliquias; la capilla de Santa Leocadia, otro rincón que te devuelve al pasado y que urge conservar; sus vidrieras parejas en importancia a las de León; o su retablo mayor, uno de los más importantes de España, junto a los de Sevilla y Toledo. Todo ello sin olvidar que quien está en la Catedral escucha también el repicar de la campana 'Wamba', la más antigua del mundo en activo. Hasta en eso tenemos suerte.

La Catedral, en realidad, acoge hoy tres iglesias, en sus tiempos primigenios, separadas. Son la Cámara Santa, el templo de San Salvador y la capilla del ReyCasto, panteón de los Reyes de Asturias. En él descansan los restos de los padres del propio Alfonso II, Fruela I y su esposa Munia, además de los de, por ejemplo, doña Urraca, madre de Sancho I de León. Tanta historia, tantas raíces ante una capilla hermosa, testigo de innumerables celebraciones para tantos ovetenses.

Así pues, Oviedo crece y se beneficia del 'tirón' de nuestra Catedral, que se llena de turistas dispuestos a embeberse de este templo Patrimonio de la Humanidad. Pero hay más, porque SanSalvador es origen del Camino Primitivo, atrae a innumerables peregrinos, y también es destino, fruto de las insignes reliquias que conserva. De todos es sabido que «quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y no al Señor». La parada asturiana es más que obligada.

Son muchos los avatares sufridos por esta Catedral, novelada por Clarín, que si bien logró superar episodios como el gran fuego que arrasó Oviedo en 1521, no tuvo tanta suerte en la Revolución de 1934, cuando volaron la Cámara Santa, provocando daños de incalculable valor patrimonial. Pero de eso también se recuperó y ahora la Cámara Santa luce que es una verdadera maravilla contemplarla. Gran parte de lo que es hoy es gracias también al Plan Director, el plan de obras proyectado por Cosme Cuenca y Jorge Hevia y culminado en su práctica totalidad: es el resultado de un trabajo encomiable por mantener el templo en su máximo esplendor. Y, en este camino, es justo reconocer el importante esfuerzo del Cabildo Catedralicio que, a pesar de las dificultades económicas, siempre ha peleado por la 'Sancta Ovetensis', no ha cesado de solicitar ayudas para su conservación, o bien ha hecho obras por su cuenta.

Aunque a veces la historia se tuerce, los cimientos que puso Alfonso II, el Casto en nuestra Catedral están asegurados. Enhorabuena a todos por los 1.200 años del templo, que como no podía ser de otra manera dedica una de sus capillas a la 'madre' de los asturianos: la Santina. Y otra, por cierto, a su patrona, que, aunque algo 'ensombrecida' por Covadonga, es Santa Eulalia.

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