Los jardines de La Rodriga, un campo de duelos a muerte
Arqueólogos. Hallan balas de armas del siglo XIX en el camino que subía al cementerio de San Cipriano
RAFAEL FRANCÉS
Martes, 7 de junio 2022, 01:14
La Rodriga ha pasado de ser un recóndito, pequeño y entrañable jardín a un foco de noticias y descubrimientos. Así, como fruto de la actividad 'Conoce tus parques' se dio a conocer un interesante pasado como casa de un senador, camino de un cementerio y trinchera de la guerra civil. Estos días la historia de La Rodriga ha dado una vuelta de tuerca. Durante las excavaciones que realiza el Ayuntamiento se han encontrado unas balas de plomo pertenecientes a armas decimonónicas que han sido la clave para que los expertos puedan decir que el parque fue durante el siglo XIX un lugar de citas para duelos a muerte, por cuestiones de honor.
La Concejalía de Parques y Jardines, que dirige Gerardo Antuña, inició en abril de este año unas excavaciones arqueológicas que a día de hoy continúan y sacan a la luz retazos de historia ovetense como es, por ejemplo, la superficie del viejo camino de San Cipriano, construido en 1809 para ascender al cementerio viejo de la ciudad.
Entre las últimas piezas encontradas sobre el viejo camino destacan varias balas de plomo de pistola de avancarga, dos sin impactar, lo que parece que respalda los comentarios manuscritos de Coello sobre el campo de San Cipriano, cuando se refiere a que las tapias del cementerio fueron el lugar elegido para «justas» o duelos por algunos ovetenses del siglo XIX.
Los duelos de honor tuvieron su edad dorada entre mediados y el último cuarto de dicho siglo en España, bajo la influencia de los ideales románticos, y aunque era considerada una práctica ilegal, el rechazar un duelo, dentro de la alta sociedad de la época, era considerado un deshonor.
Bajo sus propios códigos, como el «lance entre caballeros» publicado por Julio Urbina y Ceballos-Escalera, se reglamentaban los duelos, hasta el punto de que aquellos que asumían un duelo, asumían también que el litigio no llegase jamás a los tribunales.
Los duelistas solían elegir un padrino que hacía de mensajero entre ambos contendientes, y revisaba armas y atuendo de los mismos antes de producirse el duelo, para el que se elegían lugares sin hábitat junto a las ciudades, a horas muy tempranas para evitar a las autoridades.
El objetivo de la intervención arqueológica, mostrar al público hasta septiembre parte del camino original del primer cementerio de la ciudad (1809), se ve complementado con una serie de pequeños hallazgos materiales interesantes para la historia de la ciudad.
