Una mezcla de clima y música para encandilar a los turistas

«Es un absoluto privilegio poder escuchar un buen concierto en una plaza de una ciudad y más si es un concierto de esta banda ovetense que la verdad es que tocan muy bien». Así se expresó ayer Joaquín Gámez, que junto a su pareja, ambos de Logroño, escuchaba embelesado el concierto que ofreció en la plaza Porlier la Banda de Música Ciudad de Oviedo, dentro del ciclo ‘Vive la Banda’.

Sonaban las siete de la tarde en el reloj de la plaza de la Escandalera cuando el director de la banda, David Colado, levantaba la batuta y a su orden se producía el milagro de la música grupal para que los instrumentos de cuerda, percusión o viento sonaron juntos desgranando notas de un pasodoble cuyo ritmo los presentes seguían con la cabeza o con las manos.

«Tenemos preparado un repertorio en el que hay música de todo tipo. Empezamos con un pasodoble, hacemos un poco de zarzuela y luego hacemos también música más moderna, porque hay gente joven», explicó el maestro. Así, desgranó, «tenemos 34 obras preparadas, en función de lo que vaya habiendo para una hora de concierto». Y efectivamente la primera parte del recital se inundó de música más clásica para deleite de los presentes que iban aumentando en número según sonaban las piezas.

Ovetenses y un buen puñado de turistas atraídos por el buen sonido se arremolinaba llegando de las calles adyacentes. «Estábamos en la calle Jovellanos y oímos la música al pasar y nos acercamos; seguramente no aguantaremos el concierto entero, pero un rato sí que nos quedamos. Suena bien, algo antiguo pero muy bien», aseguró Noa Fernández, que con su grupo de tres amigas estaban apoyadas en un pollete de la plaza. Ninguna de ellas superaba los 16 años.

La segunda parte fue más refrescante. Así lo predijo el propio Colado: «Tenemos un popurri de música de videojuegos que se llama Epic Gaming, que seguro que los más jóvenes se saben toda la música y seguramente terminaremos con Bon Jovi; también bandas sonoras».

El repertorio iba a avanzando y cada vez se arremolinaba más público en la plaza Porlier, incluso las terrazas de los bares se quedaban más silenciosas de lo habitual ante la banda. «La verdad es que es una buena idea sacar la Banda de Música a las calles, tocan muy bien y a todos nos suenan las canciones. Es alegre y da color a la ciudad en este mes de julio; nosotros hemos venido de Sevilla y estamos encantados con la música en la calle y también con este tiempo fresquito porque en Sevilla no hay quien aguante ‘la caló’», señaló Ramiro Pedrera, con dos de sus hijos, Macarena y Manolo, agarrados de sus piernas, aunque ligeramente menos entusiasmados que su padre con la música.

Música en la calle y de la buena. Músicos de calidad tocando juntos, afinando y desgranando un repertorio variopinto. Viva la banda.