«Esta calle tiene muchas posibilidades»
La proximidad al centro hace que sea un eje comercial, pero los comerciantes reclaman aparcamientos
La avenida de Colón se erige como un eje crucial de comunicación en Oviedo, enlazando el barrio de La Argañosa con la zona central de la ciudad. Su recorrido comienza en la confluencia de Argañosa con las calles Teniente Coronel Teijeiro y Ramiro I, finalizando en Hermanos Menéndez Pidal. Su nombre actual data del 22 de junio de 1928, en honor al célebre navegante, sustituyendo a la denominación inicial de Comandante Vallespín. Hoy, esta arteria se distingue por su dinamismo, pese a que los comerciantes notan su poco tirón últimamente, «ya que nada cambia de año en año en esta calle»
Número 18
Ruth Álvarez, al frente de la pastelería ubicada en el número 18 (abierta desde julio de 2019), eligió esta dirección por su alto componente «bastante comercial» y la elevada densidad de circulación peatonal. A pesar de tener que afrontar la vicisitud de un reciente cambio de nombre del local, pendiente aún de ser definido, Álvarez destaca la profunda resiliencia y el fuerte apoyo que el vecindario de Colón brinda al pequeño comercio local. Aunque dice que todo sigue igual porque «la clientela fija que tengo es del barrio y estamos muy contentos con ella porque nos vienen a comprar. Pero hay que decir que si no fuera porque me viene gente de todos lados a comprar por el boca a boca, esto estaría vacío incluso en agosto, que era un mes bueno», advierte.
Peluquería El Secreto
En la Peluquería El Secreto, uno de los negocios más jóvenes de la avenida (abierta desde abril de 2023), María Victoria García Queipo, que lleva siendo peluquera 30 años, y su compañera Ana Fernández vieron en la calle un nicho prometedor para emprender. La segunda la califica rotundamente como una «muy buena calle» e «ideal para un negocio». Gran parte de este entusiasmo se debe a la ventaja estratégica de tener el supermercado Alimerka justo enfrente, un polo de atracción de personas que asegura una afluencia constante de público, indispensable para un salón de peluquería y belleza.
Lencería Covadonga
La Avenida de Colón no está exenta de importantes desafíos operativos y demográficos. Covadonga Vázquez, al mando de la Lencería Covadonga con una trayectoria de 25 años, señala un problema recurrente que afecta a todo el comercio de la zona: la dificultad para el estacionamiento. La calle está regulada por la zona azul y, lamenta, «los clientes a menudo no encuentran un lugar para dejar el coche». A pesar de estas barreras logísticas, los negocios se sostienen gracias a la calidad de sus productos y la base de una clientela profundamente fiel. Vázquez resalta que sus clientes «aprecian la calidad».
Trastos y Tesoros
Esta tensión entre la presencia física y la supervivencia digital se ve reflejada en el caso de Sandra Folgueras, quien trasladó su acogedora tienda Trastos y Tesoros a Colón hace tres años. La decisión fue estratégica: buscaba un local con mejor visibilidad, logrando una ubicación clave frente a un semáforo que asegura que su tienda sea vista «por todo el mundo», un factor que considera crucial para atraer al público. Folgueras confirma que la avenida tiene «mucho movimiento y muchas posibilidades». Sin embargo, revela el lado más duro de la realidad comercial: confiesa que su negocio se mantiene a flote y logra «sobrevivir por Internet y la venta 'online'». Esta creciente dependencia del comercio electrónico la lleva a considerar seriamente si en un futuro deberá «dejar este local» físico, lo que ilustra el complejo panorama al que se enfrenta el pequeño comercio.
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