

Secciones
Servicios
Destacamos
Pasear por la calle Gil de Jaz, en pleno corazón de Oviedo, es hacer un viaje por la tradición y el comercio auténtico de la ciudad. Allí, varios negocios resisten el paso del tiempo gracias a la dedicación de sus dueños y la fidelidad de su clientela, convirtiendo este rincón en un lugar donde la historia y el presente se dan la mano cada día.
En uno de los locales de Gil de Jaz, Juan Carlos Astorgano mantiene viva una de las tradiciones más arraigadas: el arte de la buena pescadería. Desde hace más de 30 años, La Mundial ha sido un punto de referencia para quienes buscan pescado fresco y un trato cercano y profesional. «Aquí siempre hemos necesitado dos empleados porque limpiar bien el pescado lleva su tiempo», explica Astorgano. La pescadería no sólo destaca por la calidad de su producto, sino también por la relación de confianza establecida con su clientela. «Tenemos clientes de todo tipo y muy buenos», asegura con orgullo. La Mundial ha logrado consolidarse generación tras generación, en una calle donde perviven comercios de toda la vida.
Muy cerca está Isabel Suárez, gerente desde hace siete años en la tienda de calzado Hulashoes, un negocio que ella misma describe como ubicado en «la milla de oro» de Oviedo. Suárez ha sabido consolidar una clientela fiel que incluye tanto a ovetenses de toda la vida como a turistas y visitantes ilustres alojados en el hotel de La Reconquista, situado a escasos metros: «Vendemos firmas muy buenas y mucho producto de los propios dueños, que tienen una marca que se vende sola», comenta. Sin embargo, detrás de ese aparente éxito automático hay una clara apuesta por el trato personalizado: «El cliente se interesa por el producto, pregunta, quiere saber, y nosotros estamos para asesorarle». Para ella, el cambio en los hábitos de consumo es evidente: «hoy en día el comprador busca información y calidad, y por esta calle pasa gente que cuando entra ya sé si va a comprar o no», dice.
Además, el turismo internacional también tiene su peso. «Aquí viene mucho americano que aprecia mucho el producto español. En cuanto saben que algo es de fabricación nacional, lo compran sin dudarlo», señala.
La cafetería Río Bamba, inaugurada en 1980 por el padre de Alfonso Menéndez, es otro de los pilares de Gil de Jaz. Menéndez, esta calle siempre ha sido «buena», aunque reconoce que en los últimos tiempos ha «envejecido» y atraviesa cierta etapa de declive. Sin embargo, su cafetería sigue en pie gracias a una clientela fija y a la solidaridad que existe entre los comerciantes de la zona. «Siempre ha habido unión entre compañeros de esta calle y eso se agradece», destaca el hostelero, que ha visto cómo Río Bamba se ha convertido en un lugar de encuentro para varias generaciones. Familias enteras han pasado por sus mesas, manteniendo vivo un negocio que ha resistido el paso del tiempo, las modas y las crisis. En Río Bamba, cada café servido lleva consigo una pequeña parte de la historia reciente de Oviedo.
Desde hace dos años, Tania Méndez trabaja en la tienda Casino con entusiasmo. Gil de Jaz es para ella una «calle de paso» con «movimiento» constante. Su clientela, fiel y variada, llega preguntando por productos típicos asturianos, como los dulces más tradicionales. «Vienen, prueban, preguntan qué es lo típico y luego vuelven a por más», cuenta. Aunque reconoce que les iría mejor en un local situado en El Antiguo, está satisfecha: «Estamos muy metidas con el entorno de los arcos, y funciona bien», indica.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Fernando Morales y Álex Sánchez
J. Gómez Peña y Gonzalo de las Heras (gráfico)
Sara I. Belled y Jorge Marzo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.