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Oviedo | Mi negocio en la calle Palacio Valdés

«Esta calle exige mucho, viene mucho turista»

Los comerciantes destacan las ventajas de la céntrica vía ovetense Palacio Valdés: «A tan solo una calle paralela, ya están peor»

Lunes, 30 de junio 2025, 00:00

Esta arteria peatonal, en pleno centro de Oviedo, es mucho más que un lugar de paso. La calle Palacio Valdés es un ecosistema comercial vibrante donde la tradición, el relevo generacional y la adaptación a los nuevos tiempos libran una batalla diaria por la supervivencia y la excelencia.

Joyería Cuende

Joyería Cuende. Carmen García, Carmen Martínez y Víctor Jugal.

Pocos negocios pueden presumir de llevar 30 años como marca de referencia en el centro de Oviedo. Joyería Cuende es uno de ellos. Sin embargo, detrás de sus brillantes escaparates se esconde una realidad compleja. «Es una calle céntrica, pero difícil para el negocio», confiesan al unísono Carmen Martínez y Victor Jugal, quienes junto a Alberto Cuende y Carmen Martínez, forman el equipo que saca adelante la firma. Llevan diez años en este local de Palacio Valdés y han sido testigos de una transformación radical en el comportamiento del consumidor. «Antes la temporada buena eran los quince días de Navidades; ahora, nuestro verdadero fuerte son los tres meses de verano», explican. La razón es clara: «Sobrevivimos por el turismo que viene y compra joyas». A pesar de las dificultades, no dudan en calificar su emplazamiento como «la mejor ubicación de todo Oviedo».

«Recuerdo la calle no era peatonal y había coches. No me lo imagino así ahora porque esto es evolucionar»

Farmacia Estrada

Farmacia Estrada. Belén del Campo con su equipo.

A pocos metros, la fachada de la Farmacia Estrada evoca un aire de historia y confianza. Es una de las boticas con más solera de la ciudad. Al frente se encuentra Belén del Campo, dueña y orgulloso eslabón de una estirpe de farmacéuticos. «Soy la quinta generación al frente de la farmacia», declara. Para ella, la peatonalización de la calle es una bendición. «De esta calle solo me quejo de que no tengo más espacio en el local», afirma. Al igual que sus vecinos ha notado el impacto del turismo. «Los turistas también compran medicamentos, así que en verano, cuando antes las farmacias solían cerrar por la tarde, ahora ya no, y menos en esta ubicación». Su análisis es tajante y demuestra la importancia del lugar: «A tan solo una calle paralela, ya están un poco peor. Aquí se está muy bien».

Encuadernaciones Carmen

Encuadernaciones Carmen. En el negocio, Carmen Fernández.

En el mismo lado de la acera está Carmen Fernández, un refugio para los amantes del papel y la artesanía. Su llegada a la profesión fue «de pura casualidad», ya que su vocación inicial era la de profesora. Abrió su taller en 1998 y «desde hace unos años, subsisto como todos». Tras una etapa en un piso superior, vio la oportunidad de mudarse a pie de calle. «Cogí este local que nos favorece el escaparate, aunque hay gente que no entra más allá porque la entrada está un poco escondida», admite. Su negocio es una dualidad fascinante: «Somos taller y tienda». Aquí se sigue encuadernando, «no tanto como antaño, que las contabilidades de las empresas eran nuestro agosto, pero la gente a la que le gusta leer sigue encuadernando». Lo que comenzó como un hobby tras formarse en Madrid, es hoy una profesión a la que dedica incontables horas. Lleva diez años en esta calle, un lugar que buscó deliberadamente en el centro, y su intención es clara: «Para seguir».

Calzados Abelardo

Calzados Abelardo. Ruben Francisco, en la zapatería.

Rubén Francisco es el relevo generacional. «Toda la vida vi esto, era el ahijado del jefe y tuve que aprender», recuerda. Su memoria viaja a un tiempo en que la calle era diferente: «Recuerdo que no era peatonal y había coches. No me imagino un coche aquí ahora». Aunque celebra que «urbanizar es una forma de disfrutar la ciudad y evolucionarla, pese a que a veces no tengo cómo descargar la mercancía si llego fuera de hora», dice. Esta calle, en particular, «te exige mucho, hablar inglés, por ejemplo, porque viene mucho turista. No es como era».

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