Una noche mágica desde todos los rincones

Con diecinueve grados de temperatura y ni una sola gota de agua - ni amenaza de presentarse-, la noche de ayer reclutó a miles de personas mirando al cielo desde distintos puntos de la ciudad: desde el propio parque Tuero Bertrand, epicentro de la noche más mágica de las fiestas de San Mateo, hasta los balcones de Montecerrao, con vistas privilegiadas, El Cristo o el Naranco. Una cita llena de fieles, y bastantes debutantes, que congregó a familias enteras y muchos grupos de amigos.

Algunos llegaron con tiempo de antelación al parque del Truébano y hasta se llevaron el bocadillo. Fue el caso de Victoria Villa, una ovetense de 30 años: «Hemos venido con tiempo para evitar aglomeraciones y encontrar sitio. Ella acudió acompañada de Iara Wengrovsky, para quien era su primer año en la noche de los fuegos de San Mateo, y Jorge García, quien reconoció su afición por «las sorpresas y el olor a pólvora».

En total, la empresa pirotécnica Hermanos Caballer lanzó casi 700 kilos, de los que también disfrutó el granadino Jorge Rueda, de 34 años, acompañado de su novia, Andrea Lledías, y sus suegros, Ana Alonso y Ángel Lledías. «Es mi primera vez y veo que está todo muy animado, con mucho joven y adolescente», describió el primero. Los padres de su novia son habituales del espectáculo: «Nos gusta más este sitio que el parque de Invierno aunque los han puesto un poco pronto», indicaron.

Aida Carredo, por su parte, acudió con su marido, Mario Kopke, y sus dos hijos. «Los fuegos son emocionantes y a los niños les gusta mucho».

Fabián Guarda repitió tras la buena experiencia del año pasado: «Vine y me sorprendió», recordó. A su lado, Danna Mosquera, para quien «estos fuegos son realmente entretenidos para venir con amigos y familia». «Ellos asistieron con Andrea Suárez y Jorge Guarda.

Tras los veinte minutos de espectáculo, muchos de los miles de asistentes fueron dejando el parque de Montecerrao sin los grandes atascos que se produjeron el año pasado, también a la entrada. Las recomendaciones de ir a pie o en transporte público y los aparcamientos habilitados funcionaron.