«Estamos atentos las 24 horas del día»
covadonga del nero
Viernes, 9 de septiembre 2022, 10:54
Si Gonzalo Míguez piensa en las fiestas de San Mateo hace tiempo que no es por ocio. Ostenta el cargo de coordinador de Protección Civil en Oviedo: «Me dedico en cuerpo y alma a la seguridad» para que otros disfruten. Es una de esas sombras que salvaguarda las espaldas de los que quieren pasárselo bien sin sobresaltos ni problemas. Las fiestas de la capital asturiana son, para él, «un momento sin horarios, en los que se tiene que estar atento las veinticuatro horas del día». «Hace tiempo que no las vivo de otra manera», explica el responsable de Protección Civil. No obstante, está «ilusionado» por estas fechas tan importantes para los ovetenses.
Hace años que «apenas salgo a tomar algo por los antes chiringuitos y ahora casetas hosteleras, pero sí está en mis planes poder hacerlo alguno de estos días». Uno de sus grandes recuerdos de estas fechas, cuando eran otros quienes protegían a Míguez, es «disfrutando de conciertos muy difíciles de ver en Asturias». Su favorito, sin duda, «el de mi ídolo, Serrat, un concierto intimista y precioso», rememora. Raimundo Amador también viene a su recuerdo. Pero algo que tiene fresco en la memoria como sinónimo de San Mateo son «aquellas visitas de amigos que venían aquí y aprovechábamos para disfrutar de las noches mateínas».
Desde hace años las anécdotas que le vienen a la cabeza cuando piensa en San Mateo son relacionadas con su labor de protección, prevención y seguridad ciudadana. «Recuerdo una vez cuando nos encontramos en El Antiguo con una chica menor que había sufrido una intoxicación etílica»; algo «habitual» en estas fechas, reconoce. Entonces iniciaron el protocolo: «Llamamos a los padres y les avisamos de la situación». La sorpresa llegó cuando el padre de la menor «negó que su hija hubiera salido, aseguró que estaba en la cama». Pero, continúa contando, «resulta que se había escapado y los padres se enteraron por nuestra llamada».
Otro recuerdo, este más «divertido», le lleva a una noche mateína en la que «un hombre con signos de haber bebido nos pidió ayuda para encontrar su coche». La descripción no era otra que «lo había dejado en una calle con un portal de cristal». Así, difícil ayudarle. «Espero que encontrara el coche en algún momento», espera años después.
Este año, Míguez comenzará, junto a los casi setenta voluntarios del servicio, las labores de apoyo a la Policía Local, Bomberos y demás Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tras el pistoletazo de salida del pregón en el Ayuntamiento.
El plan de autoprotección municipal, específico para la ocasión, supondrá el despliegue de quinientos efectivos de la Policía Nacional y Local, la Guardia Civil, seguridad privada, emergencias y Protección Civil, tal y como recoge el propio documento diseñado por el técnico de seguridad sin armas Miguel Romano y adjudicado a Serveco tras la renuncia de Asturiana de Seguridad y Protección.
Unas cifras que vienen justificadas por las multitudinarias actividades que prevén en las primeras fiestas sin restricciones tras la pandemia. Solo el recinto de conciertos, ubicado en el aparcamiento del estadio Carlos Tartiere, tendrá un aforo de 10.000 personas.
Asimismo, el área de Seguridad Ciudadana instalará dos puestos de mando avanzado en La Ería y en la plaza de la Catedral para gestionar tanto la seguridad de los conciertos como toda la actividad perimetral en torno a los distintos núcleos festivos. También se instalará un punto violeta entre la plaza de la Catedral y la de Porlier, donde se ofrecerá asesoramiento jurídico a posibles víctimas, así como información a quienes la soliciten.
Como novedad, estrenarán un canal de coordinación entre Protección Civil con el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Precisamente, su servicio contará con dos vehículos móviles en el Parque del Truébano, en El Cristo, y en la plaza de la Catedral, y un furgón botiquín móvil para tratar de dar el apoyo suficiente a la Policía Local, Nacional, Guardia Civil y Bomberos en unas fiestas que esperan «sin grandes altercados».
