«La fiesta crea afición a la sidra»
Sidrerías. Los hosteleros celebran que la Fiesta de la Sidra de Gijón atraiga clientes a sus locales: «Toman unos culetes y luego vienen a cenar»
La Fiesta de la Sidra Natural hace que estos días se multipliquen los culinos que se beben en Gijón. Esta cita, una habitual ya de nuestros veranos, consigue que oriundos y visitantes se vuelquen con la bebida más asturiana y la disfruten en todas sus vertientes. Además, esta celebración no solo se siente en los actos que se organizan en torno a ella, sino que su fuerza se expande y alcanza los locales de hostelería de sus inmediaciones. Lo cuenta Carlos Campomanes, desde El Lavaderu, un clásico entre los clásicos de la ciudad. «Esta fiesta llama la atención y crea mucha afición», aseguraba ayer, antes de abrir sus puertas. Él ve cómo estos días los clientes se acercan hasta allí con ganas de que les escancien y «cómo en las casetas prueban varios palos, llegan aquí y nos preguntan cuáles tenemos, que eso no es muy habitual», señalaba.
Da gusto que la sidra se gane tantos corazones y que logre que muchos turistas aprovechen sus vacaciones para ir una y otra vez a la misma sidrería. «La gente está respondiendo, alaban la calidad y el restaurante y vuelven al día siguiente», prometía Campomanes.
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Mercadín de la sidra y la manzana Hasta el 28 de agosto, de 11 a 23 horas, en los Jardines de la Reina.
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XXIX Campeonato de escanciadores Jueves 25 de agosto, a las 17.30 horas, en la plaza Mayor.
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Récord de escanciado simultáneo Viernes 26 de agosto, desde las 18 horas, en la playa de Poniente.
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Ensayo cancios de chigre Viernes 26 de agosto, a las 22 horas, en la plaza Mayor.
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Cancios de chigre Sábado 27 de agosto, a las 21 horas, en la plaza Mayor.
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Cata y degustación Domingo 28 de agosto, de 12 a 14 horas, en la plaza Mayor, plaza del Marqués y Campo Valdés.
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Tonel de oro Domingo 28 de agosto, a las 12 horas, en la plaza Mayor.
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Elogio de oro Domingo 28, a las 14 horas, en la plaza Mayor.
Esas sensaciones se repiten al otro lado de la plaza del periodista Arturo Arias, en Tabacalera, donde Javier Fáez celebra que la Fiesta de la Sidra sea «un acontecimiento donde se festeja la cultura sidrera», apuntaba. «Mucha gente viene a conocerlo y a verlo y ese es el mejor exponente del mundo sidrero», proseguía encantado.
Para él, esta cita está transcurriendo en unas condiciones ideales -como todo el verano- porque «hace muy buen tiempo y tenemos mucho sol», indicaba. Con la chaqueta y el paraguas sin salir de casa, un culín entra la mar de bien. «Los turistas quieren sidra y, en general, les gusta porque es muy buen producto», afirmaba.
Un lugar en el que encanta disfrutar de unas cuantas botellas es en El Mercante, en la emblemática Cuesta del Cholo, que estos días está en todo su esplendor. «Todo lo que sea poner actividades viene muy bien porque atrae a más gente», señalaba Celso Suárez, su propietario. «La cuesta es la cuesta y la gente la disfruta mucho, pero deberían poner actividades por todo Gijón para que se beneficiaran todos los locales», apostaba.
Este hostelero sabe perfectamente de lo que habla, porque lleva, entre las paredes de El Mercante, desde que era un niño de siete años. «Empecé con mi padre y ya llevo 56 años. Ya me quedan pocos meses para retirarme», desvelaba.
Algunos más le falta para la jubilación a Cristianes Nexans, trabajador de La Galana, en la plaza del Ayuntamiento. Para él, este verano está siendo «exagerado de gente», y eso es porque, «una vez pasó que la pandemia, la sociedad se tiró a la calle y a la vida libre», se reía. «Está todo lleno sin parar», proseguía, antes de aplaudir la Fiesta de la Sidra. «Hace que venga más gente, pero también hay que tener en cuenta que no solo es eso: es que Asturias está ganando turismo porque es un lugar en el que se come bien, nos acompaña el tiempo y la población es agradable», decía.
Y no solo se come de fábula, también se bebe de vicio. Tanto que, según confesaba, «a los extranjeros les encanta la sidra». No solo se enganchan por su sabor, sino también por el ritual que la rodea y que los deja impactados. «Nos tratan como si fuéramos artistas porque hasta nos sacan fotos escanciando y nos preguntan mucho». Son los reyes de Instagram.
Pese a este éxito patrio, también hay alguna queja este verano, es inevitable. «Hay mucha gente, pero poco poder adquisitivo», se lamentaba Moisés García, de El Velero. «Comparten un cachopo entre cuatro o te preguntan que cuántos pueden comer de un menú», se explicaba. Pero no solo existe ese problema en los locales gijoneses, sino que, además, «se está perdiendo el escanciado, que es la esencia de Gijón», se quejaba. Lo decía porque «nos ponen muchas pegas» y, aparte, porque escasean los escanciadores.
Pese a los inconvenientes, este profesional también encontraba el lado positivo a estos días estivales. «La Fiesta de la Sidra es un acto que atrae gente a Gijón. Hay algunos que toman unos culetes y luego vienen a cenar algo», reconocía.
No era Moisés el único que encontraba pegas entra tanta celebrada fiesta, también lo decía Celso Suárez: «Lo que falta es personal», se quejaba. «Deberíamos ser cuatro en la terraza y estamos solo dos y tengo un comedor grande parado». Un aspecto a mejorar en los próximos meses, para que el siguiente verano se celebre la Fiesta de la Sidra por todo lo alto y sin ninguna queja entre los ríos de sidra.
