Museo Nacional de Antropología de México, guardián de las identidades culturales e indígenas mexicanas


El Museo Nacional de Antropología (MNA) de México ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025,
En reconocimiento
a su papel
como espacio de reflexión sobre la herencia indígena de la nación mexicana, y como referente global
en la investigación, difusión y preservación del patrimonio cultural
El jurado valoró que sus colecciones y sus salas no
solo muestran cuánto debe recordarse del pasado, sino también cómo ese pasado configura identidades vivas, comunidades presentes y futuros compartidos.
Erigido como parte
del Instituto Nacional deAntropología e Historia (INAH),
Cuando se trasladaron al
Castillo de Chapultepec
fondos arqueológicos y
etnográficos del Museo
Nacional de Arqueología,
Historia y Etnografía
Se autorizó la construcción
del edificio actual en el
bosque de Chapultepec,
diseñado por el arquitecto
Pedro Ramírez Vázquez,
asistido por Rafael
Mijares, cuyo edificio se
inauguró en 1964 como
símbolo de modernidad
institucional en México
La Piedra del Sol, una de las piezas
clave del museo. También llamada
Calendario Azteca o el Sol Azteca,
es un disco monolítico de basalto
de olivino con inscripciones
alusivas a la cosmogonía
mexica y los cultos solares
Salas permanentes,
cientos de miles de
piezas arqueológicas
y etnográficas, y un
espacio expositivo
de decenas de miles
de metros cuadradoso
El MNA custodia iconos culturales como la Piedra del Sol, la
escultura de la diosa Coatlicue, la máscara de jade de Pakal, el Señor de las Flores de la cultura mexica, y muchas otras piezas fundamentales para la historia mesoamericana. Su alcance no se limita al pasado: año tras año se revisan exhibiciones temporales, proyectos de restitución, investigación antropológica, así como programas educativos y de divulgación para el público general.
En 2024 el museo alcanzó un récord histórico de visitantes, superando los tres millones
de visitantes en un año —exactamente 3.086.556 personas— siendo la primera vez que alcanza esa cifra desde 2019, lo que ratifica la relevancia social y cultural del museo para México y América Latina. Antonio Saborit García Peña, director del MNA, lo describió como:
«Un
reflejo del aprecio ciudadano»
por su misión: conservar, exhibir, investigar, difundir.
El Museo alberga también la célebre Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, que es uno de los centros de documentación más importantes del país en su campo. Su estructura arquitectónica, además, es emblemática: el diseño de Ramírez Vázquez, con salas interconectadas, patios y espacios para la contemplación, ha sido destacado como obra de arte por derecho propio y declarada Monumento Artístico por el gobierno mexicano.
El MNA no solo resguarda piezas antiguas: cuida de la identidad viva. A través del INAH, las colecciones se renuevan con hallazgos arqueológicos nacionales, iniciativas de repatriación, estudios etnográficos contemporáneos, y una política de exhibición que dialoga con comunidades indígenas y grupos culturales diversos de México.
Este galardón se suma a una lista de distinciones otorgadas al museo como institución, incluida la Medalla 1808 del Gobierno del Distrito Federal y reconocimientos nacionales en materia de conservación y excelencia cultural. El Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025 reconoce así no solo su valor patrimonial, sino también su capacidad para unir memoria, ciencia, cultura, sociedad y futuro.

El Museo Nacional de Antropología (MNA) de México ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025,
En reconocimiento
a su papel como espacio de reflexión sobre la herencia indígena de la nación mexicana, y como referente global en la investigación, difusión
y preservación del patrimonio cultural
El jurado valoró que sus colecciones
y sus salas no solo muestran cuánto debe recordarse del pasado, sino también cómo ese pasado configura identidades vivas, comunidades presentes y futuros compartidos.
Erigido como parte
del Instituto Nacional deAntropología e Historia (INAH),
Cuando se trasladaron al
Castillo de Chapultepec
fondos arqueológicos y
etnográficos del Museo
Nacional de Arqueología,
Historia y Etnografía
Se autorizó la construcción
del edificio actual en el
bosque de Chapultepec,
diseñado por el arquitecto
Pedro Ramírez Vázquez,
asistido por Rafael
Mijares, cuyo edificio se
inauguró en 1964 como
símbolo de modernidad
institucional en México
La Piedra del Sol, una de las piezas
clave del museo. También llamada
Calendario Azteca o el Sol Azteca,
es un disco monolítico de basalto
de olivino con inscripciones
alusivas a la cosmogonía
mexica y los cultos solares
El MNA custodia iconos culturales como la Piedra del Sol, la escultura de la diosa Coatlicue, la máscara de jade de Pakal, el Señor de las Flores de la cultura mexica, y muchas otras piezas fundamentales para la historia mesoamericana. Su alcance no se limita al pasado: año tras año se revisan exhibiciones temporales, proyectos de restitución, investigación antropológica, así como programas educativos y de divulgación para el público general.
En 2024 el museo alcanzó un récord histórico de visitantes, superando los tres millones de visitantes en un año —exactamente 3.086.556 personas— siendo la primera vez que alcanza esa cifra desde 2019, lo que ratifica la relevancia social y cultural del museo para México y América Latina. Antonio Saborit García Peña, director del MNA, lo describió como:
«Un
reflejo del aprecio ciudadano»
por su misión: conservar, exhibir, investigar, difundir.
Salas permanentes,
cientos de miles de
piezas arqueológicas
y etnográficas, y un
espacio expositivo
de decenas de miles
de metros cuadradoso
El Museo alberga también la célebre Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, que es uno de los centros de documentación más importantes del país en su campo. Su estructura arquitectónica, además, es emblemática: el diseño de Ramírez Vázquez, con salas interconectadas, patios y espacios para la contemplación, ha sido destacado como obra de arte por derecho propio y declarada Monumento Artístico por el gobierno mexicano.
El MNA no solo resguarda piezas antiguas: cuida de la identidad viva. A través del INAH, las colecciones se renuevan con hallazgos arqueológicos nacionales, iniciativas de repatriación, estudios etnográficos contemporáneos, y una política de exhibición que dialoga con comunidades indígenas y grupos culturales diversos de México.
Este galardón se suma a una lista de distinciones otorgadas al museo como institución, incluida la Medalla 1808 del Gobierno del Distrito Federal y reconocimientos nacionales en materia de conservación y excelencia cultural. El Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025 reconoce así no solo su valor patrimonial, sino también su capacidad para unir memoria, ciencia, cultura, sociedad y futuro.

El Museo Nacional de Antropología (MNA) de México ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025,
En reconocimiento a su papel
como espacio de reflexión sobre
la herencia indígena de la nación mexicana, y como referente global en la investigación, difusión y preservación del patrimonio cultural
El jurado valoró que sus colecciones y sus salas no solo muestran cuánto debe recordarse del pasado, sino también cómo ese pasado configura identidades vivas, comunidades presentes y futuros compartidos.
Cuando se trasladaron al
Castillo de Chapultepec
fondos arqueológicos y
etnográficos del Museo
Nacional de Arqueología,
Historia y Etnografía
Erigido como parte del
Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH),
Se autorizó la construcción
del edificio actual en el bosque
de Chapultepec, diseñado por
el arquitecto Pedro Ramírez
Vázquez, asistido por Rafael
Mijares, cuyo edificio se
inauguró en 1964 como
símbolo de modernidad
institucional en México
La Piedra del Sol, una de las piezas
clave del museo. También llamada
Calendario Azteca o el Sol Azteca,
es un disco monolítico de basalto
de olivino con inscripciones
alusivas a la cosmogonía
mexica y los cultos solares
El MNA custodia iconos culturales como la Piedra del Sol, la
escultura de la diosa Coatlicue, la máscara de jade de Pakal, el Señor de las Flores de la cultura mexica, y muchas otras piezas fundamentales para la historia mesoamericana. Su alcance no se limita al pasado: año tras año se revisan exhibiciones temporales, proyectos de restitución, investigación antropológica, así como programas educativos y de divulgación para el público general.
En 2024 el museo alcanzó
un récord histórico de visitantes, superando los tres millones
de visitantes en un año
—exactamente 3.086.556 personas— siendo la primera vez que alcanza esa cifra desde 2019, lo que ratifica la relevancia social y cultural del museo para México y América Latina. Antonio Saborit García Peña, director del MNA, lo describió como:
Salas permanentes,
cientos de miles de
piezas arqueológicas
y etnográficas, y un
espacio expositivo
de decenas de miles
de metros cuadradoso
«Un
reflejo del aprecio ciudadano»
por su misión: conservar, exhibir, investigar, difundir.
El Museo alberga también la célebre Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, que es uno de los centros de documentación más importantes del país en su campo. Su estructura arquitectónica, además, es emblemática: el diseño de Ramírez Vázquez, con salas interconectadas, patios y espacios para la contemplación, ha sido destacado como obra de arte por derecho propio y declarada Monumento Artístico por el gobierno mexicano.
El MNA no solo resguarda piezas antiguas: cuida de la identidad viva. A través del INAH, las colecciones se renuevan con hallazgos arqueológicos nacionales, iniciativas de repatriación, estudios etnográficos contemporáneos, y una política de exhibición que dialoga con comunidades indígenas y grupos culturales diversos de México.
Este galardón se suma a una lista de distinciones otorgadas al museo como institución, incluida la Medalla 1808 del Gobierno del Distrito Federal y reconocimientos nacionales en materia de conservación y excelencia cultural. El Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025 reconoce así no solo su valor patrimonial, sino también su capacidad para unir memoria, ciencia, cultura, sociedad y futuro.