Mary-Claire King, la genetista que cambió vidas


La genetista estadounidense Mary-Claire King (Chicago, 1946) ha sido distinguida con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025 por su:
«Contribución pionera en la aplicación de la genética al estudio
y prevención del cáncer, la similitud entre especies y
la defensa de los derechos humanos»
Su carrera científica ha estado marcada por descubrimientos fundamentales que han transformado la medicina, la biología evolutiva y la comprensión de la genética humana.
Desde su tesis doctoral, King demostró que los humanos compartimos un 99% de nuestro material genético con los chimpancés, un hallazgo que desafió ideas previas sobre la singularidad humana y consolidó su reputación como pionera en biología evolutiva.
Su contribución más emblemática llegó en 1990, cuando identificó
el gen BRCA1, ubicado en el cromosoma 17, asociado al desarrollo hereditario de
cáncer de mama y ovario.
Este descubrimiento supuso
un cambio de paradigma en la medicina genética, pues por primera vez se estableció un vínculo concreto entre un gen y el riesgo de cáncer hereditario. Gracias a ello se desarrollaron pruebas genéticas preventivas, se pudieron implementar estrategias de tratamiento personalizadas y se abrió una nueva vía para terapias dirigidas, incluyendo inhibidores específicos que actúan sobre células con mutaciones en BRCA1.
Mary-Claire King
(izq.), junto a
líderes de Abuelas
de Plaza de Mayo,
en una imagen
sin datar.
ABUELAS DE
PLAZA DE MAYO
En sus
estudios
King combina
estadística,
genética
poblacional
y biología
evolutiva con
aplicaciones
clínicas y sociales
Este gen
codifica
una proteína
esencial para
la reparación
del ADN, y King
demostró que
las mutaciones
en el BRCA1
comprometen
esta función,
provocando
una acumulación
de errores
genéticos que
incrementa
el riesgo de
tumores
Auditorio del Centro
Cultural de la Ciencia (CCC).
Mary-Claire King, la genetista
estadounidense visitó Argentina
después de casi 30 años y fue
homenajeada por ayudar a las
Abuelas de Plaza de Mayo con
su aporte científico en 2023.
EL RASTRO
QUE SE
DEJA
Además de sus logros científicos, King ha utilizado la genética como herramienta para la justicia social. En colaboración con las Abuelas de Plaza de Mayo, una organización argentina fundada durante la dictadura militar para localizar e identificar a los niños desaparecidos y restituirlos a sus familias, desarrolló el índice de abuelidad, una técnica de identificación genética que ha permitido la reunificación de 138 familias hasta la fecha.
El trabajo de King ha recibido un reconocimiento internacional amplio y constante. Entre sus distinciones destacan la Medalla Nacional de Ciencias de Estados Unidos (2016), el Premio Shaw en Ciencias de la Vida y Medicina (2018), el Premio Internacional Gairdner (2021) y la Public Welfare Medal de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. (2025).
Actualmente, la genetista es profesora en la Universidad de Washington y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Su legado se extiende más allá de la ciencia: combina su rigor científico con un profundo compromiso ético y social, demostrando que la genética puede ser una herramienta tanto para salvar como para reparar vidas.
La concesión del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025 reconoce la magnitud de su carrera y consolida a Mary-Claire King como una de las científicas más influyentes del siglo XXI, capaz de traducir la complejidad del ADN y de la historia humana en avances concretos para la sociedad.

La genetista estadounidense Mary-Claire King (Chicago, 1946) ha sido distinguida con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025 por su:
«Contribución pionera
en la aplicación de la genética al estudio
y prevención del cáncer,
la similitud entre
especies y la defensa de
los derechos humanos»
Su carrera científica ha estado marcada por descubrimientos fundamentales que han transformado la medicina, la biología evolutiva y la comprensión de la genética humana.
Desde su tesis doctoral, King demostró que los humanos compartimos un 99% de nuestro material genético con los chimpancés, un hallazgo que desafió ideas previas sobre la singularidad humana y consolidó su reputación como pionera en biología evolutiva.
Su contribución más emblemática llegó en 1990, cuando identificó el
gen BRCA1, ubicado en el cromosoma 17, asociado al desarrollo hereditario de cáncer de mama y ovario.
Este descubrimiento supuso un cambio de paradigma en la medicina genética, pues por primera vez se estableció un vínculo concreto entre un gen y el riesgo de cáncer hereditario. Gracias a ello se desarrollaron pruebas genéticas preventivas, se pudieron implementar estrategias de tratamiento personalizadas y se abrió una nueva vía para terapias dirigidas, incluyendo inhibidores específicos que actúan sobre células con mutaciones en BRCA1.
Mary-Claire King
(izq.), junto a
líderes de Abuelas
de Plaza de Mayo,
en una imagen
sin datar.
ABUELAS DE
PLAZA DE MAYO
En sus
estudios
King combina
estadística,
genética
poblacional
y biología
evolutiva con
aplicaciones
clínicas y sociales
Este gen
codifica una
proteína esencial
para la reparación
del ADN, y King
demostró que
las mutaciones
en el BRCA1
comprometen
esta función,
provocando
una acumulación
de errores
genéticos que
incrementa
el riesgo
de tumores
Auditorio del Centro
Cultural de la Ciencia (CCC).
Mary-Claire King, la genetista
estadounidense visitó Argentina
después de casi 30 años y fue
homenajeada por ayudar a las
Abuelas de Plaza de Mayo con
su aporte científico en 2023.
EL RASTRO
QUE SE
DEJA
Además de sus logros científicos, King ha utilizado la genética como herramienta para la justicia social. En colaboración con las Abuelas de Plaza de Mayo, una organización argentina fundada durante la dictadura militar para localizar e identificar a los niños desaparecidos y restituirlos a sus familias, desarrolló el índice de abuelidad, una técnica de identificación genética que ha permitido la reunificación de 138 familias hasta la fecha.
El trabajo de King ha recibido un reconocimiento internacional amplio y constante. Entre sus distinciones destacan la Medalla Nacional de Ciencias de Estados Unidos (2016), el Premio Shaw en Ciencias de la Vida y Medicina (2018), el Premio Internacional Gairdner (2021) y la Public Welfare Medal de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. (2025).
Actualmente, la genetista es profesora en la Universidad de Washington y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Su legado se extiende más allá de la ciencia: combina su rigor científico con un profundo compromiso ético y social, demostrando que la genética puede ser una herramienta tanto para salvar como para reparar vidas.
La concesión del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025 reconoce la magnitud de su carrera y consolida a Mary-Claire King como una de las científicas más influyentes del siglo XXI, capaz de traducir la complejidad del ADN y de la historia humana en avances concretos para la sociedad.

La genetista estadounidense Mary-Claire King (Chicago, 1946) ha sido distinguida con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025 por su:
«Contribución pionera en
la aplicación de la genética al estudio y prevención del cáncer, la similitud entre especies y la defensa de
los derechos humanos»
Su carrera científica ha estado marcada por descubrimientos fundamentales que han transformado la medicina, la biología evolutiva y la comprensión de la genética humana.
Mary-Claire King
(izq.), junto a
líderes de Abuelas
de Plaza de Mayo,
en una imagen
sin datar.
ABUELAS DE
PLAZA DE MAYO
Desde su tesis doctoral, King demostró que los humanos compartimos un 99% de nuestro material genético con los chimpancés, un hallazgo que desafió ideas previas sobre la singularidad humana y consolidó su reputación como pionera en biología evolutiva.
En sus estudios King
combina estadística,
genética poblacional
y biología evolutiva
con aplicaciones
clínicas y sociales
Este gen codifica una
proteína esencial para
la reparación del ADN,
y King demostró que
las mutaciones en el
BRCA1 comprometen
esta función, provocando
una acumulación de
errores genéticos
que incrementa el
riesgo de tumores
Su contribución más emblemática llegó en 1990, cuando identificó el gen BRCA1, ubicado en el cromosoma 17, asociado al desarrollo hereditario de cáncer de mama y ovario.
Este descubrimiento supuso un cambio de paradigma en la medicina genética, pues por primera vez se estableció un vínculo concreto entre un gen y el riesgo de cáncer hereditario. Gracias a ello se desarrollaron pruebas genéticas preventivas, se pudieron implementar estrategias de tratamiento personalizadas y se abrió una nueva vía para terapias dirigidas, incluyendo inhibidores específicos que actúan sobre células con mutaciones en BRCA1.
Auditorio del Centro Cultural de
la Ciencia (CCC). Mary-Claire King,
la genetista estadounidense visitó
Argentina después de casi 30
años y fue homenajeada por ayudar
a las Abuelas de Plaza de Mayo con
su aporte científico en 2023.
EL RASTRO
QUE SE
DEJA
Además de sus logros científicos, King ha utilizado la genética como herramienta para la justicia social. En colaboración con las Abuelas de Plaza de Mayo, una organización argentina fundada durante la dictadura militar para localizar e identificar a los niños desaparecidos y restituirlos a sus familias, desarrolló el índice de abuelidad, una técnica de identificación genética que ha permitido la reunificación de 138 familias hasta la fecha.
El trabajo de King ha recibido un reconocimiento internacional amplio y constante. Entre sus distinciones destacan la Medalla Nacional de Ciencias de Estados Unidos (2016), el Premio Shaw en Ciencias de la Vida y Medicina (2018), el Premio Internacional Gairdner (2021) y la Public Welfare Medal de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. (2025).
Actualmente, la genetista es profesora en la Universidad de Washington y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Su legado se extiende más allá de la ciencia: combina su rigor científico con un profundo compromiso ético y social, demostrando que la genética puede ser una herramienta tanto para salvar como para reparar vidas.
La concesión del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025 reconoce la magnitud de su carrera y consolida a Mary-Claire King como una de las científicas más influyentes del siglo XXI, capaz de traducir la complejidad del ADN y de la historia humana en avances concretos para la sociedad.