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Premio Princesa de las Artes | Colores sinfónicos del cine
En la Fábrica. La OSPA, codirigida por Andrea Morricone y Óliver Díaz, interpretó una selección de piezas de Ennio Morricone y John Williams
RAMÓN AVELLO
Viernes, 16 de octubre 2020, 03:10
La buena música cinematográfica es doblemente evocativa. Por una parte, las notas musicales recrean y refuerzan emocionalmente las imágenes para las que han sido creadas. Por otra, esta música traspasa y trasciende las escenas del film para adquirir una proyección universal, que la hace vivir y emocionar con independencia de las películas a las que ha servido. Todo esto lo vimos y escuchamos ayer, con las versiones de Ennio Morricone y John Williams, premios Princesa de Asturias de las Artes. En el peculiar marco de la Fábrica de Armas de la Vega, que por imperativo 'coronavírico' sustituyó al tradicional Concierto de los Premios en el Auditorio, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), dirigida por Andrea Morricone y Óliver Díaz, interpretó una buena antología de los dos compositores. El concierto se celebró en el Taller de Cañones, un recinto amplio con capacidad para casi quinientas personas y que para la música sinfónica posee una sonoridad demasiado reverberante.
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Morricone es un compositor de detalles y colores unidos por melodías que parecen cinceladas en el aire. A través de su hijo, quien colaboró con su padre en el tema de amor de 'Cinema Paraíso', nos hemos adentrado en esas cualidades del veterano compositor. Andrea Morricone dirigió las obras de su padre con tiempos cómodos, un poco más lentos, lo que hacía más elegante el fraseo. En las seis piezas que interpretó, hemos escuchado esa variedad de estilos del compositor italiano. Lo más atractivo, la bellísima versión del 'Tema de Deborah' y la interpretación del 'Tema de amor de Cinema Paradiso', pieza escrita por el propio Andrea. En dos obras, 'Sean Sean' y 'El bueno, el feo y el malo', la soprano Vittoria d'Amicis entonó unas vocalizaciones muy sugerentes. De esta primera parte, la pieza más aplaudida -incluso por los propios músicos de la orquesta- fue el 'Oboe de Gabriel' de 'La Misión', una de las páginas más memorables de Morricone.
John Williams representa la adaptación del sinfonismo postromántico al cine. Sinfonismo que, al igual que las oberturas y preludios de Wagner, está cuajado de 'leitmotiv', breves motivos melódicos que asociamos a un personaje, un lugar, un objeto o una acción. Pero también el aliento sinfónico de Williams se desenvuelve en la forma de concierto, concebido como la combinación de un instrumento solista, como el violín, y la orquesta. Esta faceta que se asemeja a movimientos de conciertos para violín y orquesta, la protagonizó ayer Jesús Reina, violinista andaluz al que escucharemos con obras de Beethoven y Frank, la próxima semana en la Sociedad Filarmónica de Gijón. Arrancó Óliver Díaz con el tema principal de 'La guerra de las galaxias', un tiempo brillante, pero sonoramente confuso. Es curioso que con las repeticiones iba ralentizando el tiempo, buscando la claridad. De las obras de Williams, tuvo mucha magia la de 'El vuelo de Hedwig', de la película Harry Potter, con unas intervenciones muy bellas de la celesta. Entre lo más aplaudido, estuvo la expresiva interpretación de 'La lista de Schindler' y 'El violinista en el tejado', protagonizadas por el malagueño Jesús Reina.