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Los vecinos se reunieron a las puertas de la iglesia para celebrar juntos este galardón por el que tanto habían trabajado. FOTOS: ARNALDO GARCÍA

Pueblo Ejemplar de Asturias 2020 | Somao: la unión hizo la fuerza

La localidad praviana recibe el Premio Pueblo Ejemplar y siente recompensados sus esfuerzos. «Aquí jóvenes y mayores hacemos de todo para que haya vida»

ANA RANERA

Miércoles, 2 de septiembre 2020, 02:21

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La alegría estalló ayer en Somao, Pravia, al tiempo que los voladores atronaban en el cielo. Habían sido elegidos Pueblo Ejemplar de Asturias 2020 después de cuatro años consecutivos como candidatos y a sus apenas 300 habitantes se les agolpaban los motivos para celebrar reunidos a las puertas de la iglesia.

Era el último premio que daba a conocer la Fundación Princesa de Asturias y fue a recalar a esta localidad que, según destaca el acta, «ha sabido mantener la riqueza de su legado patrimonial indiano y rural a través de estrechos lazos de colaboración vecinal, en una apuesta convencida y ejemplar por la unión de tradición y modernidad». Además, también apreciaron de ellos «el fuerte espíritu emprendedor de sus jóvenes y su capacidad de gestión y organización de los bienes de la parroquia rural».

Valores que quedaron demostrados mientras festejaban, juntos, los más y los menos veteranos del pueblo. Todos compartían una euforia sin límites que recompensaba muchos esfuerzos.

Galería. La belleza de Somao, pueblo Ejemplar de Asturias 2020.

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Galería. La belleza de Somao, pueblo Ejemplar de Asturias 2020.

Pablo Martínez contenía la felicidad de un día que pasará a la historia de este lugar. «Queríamos que se nos reconociera lo que somos, pero realmente íbamos a seguir haciendo lo mismo nos premiaran o no nos premiaran», aseguraba. «Todavía no asimilamos la noticia. Empecé a llorar cuando me lo dijeron», contaba aún digiriéndolo mientras enumeraba las razones por las que pueden presumir de pueblo. «Aparte del paisaje -porque esto es una atalaya natural al mar Cantábrico y al Nalón-, tenemos un conjunto arquitectónico espectacular y los vecinos, tanto jóvenes como mayores, hacemos muchas cosas para que este pueblo tenga vida todo el año», destacaba.

Como Angelita Menéndez, de 78 años, quien tenía que apoyarse en un árbol para interiorizar una noticia que no acababa de creerse. «Estaba haciendo la cama y tiré la almohada», decía esta mujer «nacida, casada y vivida en Somao», que derrochaba orgullo por su tierra y por quienes la trabajan. «Todos los que forman parte de la parroquia son una maravilla. Igual cavan que hacen espichas», presumía. Y con el mismo orgullo hablaban, pero con unos cuantos años menos, Sara Riló y Miguel Ángel Riló, de trece y once. «Estamos muy contentos y nerviosos», aseguraban mientras fantaseaban con el día en que la Familia Real recorra sus caminos. «Como sea ese día, estará bien. Nos gustaría hacerles un regalo», apuntaban. Un día en el que Angelita imagina que habrá que ponerse «de punta en blanco y todo será poco».

Junto a los vecinos, también celebraba David Álvarez, alcalde de Pravia, a quien la noticia hizo «coger el coche» y acercarse a Somao «con toda la ilusión del mundo». Él se sumaba al reconocimiento de los vecinos. «Son los que han trabajado esta candidatura en su día a día dinamizando el pueblo. Así como la junta de la parroquia rural, que son unos trabajadores incansables», contaba. Él alababa de este lugar que es «un pueblo muy activo que se preocupa de cuidar su patrimonio y de fomentar la cultura». Tanto que allí, además de tener su propia escuela, tienen también biblioteca «gestionada por la propia parroquia, algo muy poco común en localidades con pocos habitantes», señalaba Álvarez.

Pero es que para estos vecinos es fundamental que el pueblo nunca pierda su pulso. Aquí siempre hay vida y se empeñan en que los latidos se sientan. «Se hace de todo por todos y así consigues cosas comunes que hacen que Somao tenga vida durante todo el año», destacaba Pablo Martínez. Y gran parte de ese trabajo que se lleva a cabo depende de Francisco González, presidente de la parroquia rural, quien ayer aseguraba que allí todo se hace «por el bien común. Aquí nos dedicamos a luchar y a trabajar», afirmaba. Aunque puedan presumir de arquitectura y de paisaje, ellos lo que defienden es la parte humana», decía. Y esa faceta quedó demostrada cuando el éxito fue compartido. «Estoy acordándome de la gente que no está, de muchas personas mayores que siempre nos apoyaron para que esto llegara adonde ha llegado», decía Cristina Viña con la mirada empañada por los recuerdos y el orgullo de tener sus orígenes en el que ya es un Pueblo Ejemplar que se impuso a otros 25 aspirantes.

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