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Jugar un partido de alta intensidad en el Cerro del Espino y ante el Rayo Majadahonda no es algo nuevo para el Real Avilés Industrial. Si la actual plantilla blanquiazul quiere saber lo que es saltar al campo madrileño con la máxima presión, que se lo pregunte a su delegado, Joaquín Alonso, 'la bala de Ventanielles', leyenda del club que ya sabe lo que es asaltar el feudo madrileño en 1998, en un partido a vida o muerte para evitar el descenso directo a Tercera División. Aquella victoria por 1-2, más la siguiente en casa, permitió jugar el 'play-out' y salvar la categoría.
«Era un partido clave, nos la jugábamos para mantenernos. Recuerdo que era mi última temporada y la primera de Tejero, ganamos ese partido y luego tuvimos que ganar también en el Muro de Zaro», recuerda Joaquín Alonso, que este domingo (12 horas) revivirá aquel duelo en el Cerro del Espino ante el mismo rival, pero en este caso con el objetivo del ascenso a Primera RFEF.
Ese partido, «porque podíamos ir a Tercera de cabeza», se superó con mucho sufrimiento. En el minuto 66, Do Santos y en el 83 Arrieta habían adelantado al Real Avilés, pero recortó distancias en el 83 Marín para el Rayo Majadahonda y los últimos minutos fueron de infarto para el centenar de aficionados que se había desplazado al Cerro del Espino.
No fue una temporada fácil para el Avilés ni para Joaquín. «Empezamos con Pujana de entrenador, habíamos traído a mucha gente de fuera, porque en los años anteriores la mayoría éramos asturianos. Salieron mal las cosas, luego vino Raúl y nos salvamos por los pelos», rememora Joaquín. Aquellos partidos llenos de tensión fueron los de su despedida, «porque acabó la temporada y no contaron conmigo». De Avilés se iría a Ribadesella en Tercera, para regresar a Segunda B en el Caudal y el Siero, y retirarse en 2001.
La leyenda blanquiazul sabe mejor que nadie lo que decide este tipo de eliminatorias. «Son los detalles, en esta última con el Antoniano los detalles fueron que en el minuto 90 el portero te paró dos penaltis. En la ida fuimos mejores y en la vuelta fueron ellos, pero pasamos nosotros», destaca. De ahí valor del factor campo, «porque le dimos bastante importancia a haber acabado terceros, lo conseguimos y nos vino bien».
Por eso el delegado blanquiazul comparte la opinión de que en el partido de ida de la final, más que ganar la eliminatoria, lo que hay que hacer es no perderla. «Planteamos el primer partido para llegar con vida y jugárnosla en casa. Va a ir mucha gente nuestra, y está el precedente del Rayo Majadahonda en casa con el Sant Andreu que no tienen mucha afición, así que podemos sentirnos como en casa», defiende Joaquín.
Aunque el Rayo Majadahonda pueda parecer favorito, recuerda que «se metió a última hora en el 'play-off' y nosotros llevamos casi toda la temporada, pero ahora mismo no hay favorito que valga. Que no tengas un mal día y cometas muchos errores y que te sientas bien, porque deciden los detalles».
¿Cuánto daría Joaquín por jugar un partido así? «Daría bastante, este tipo de partidos siempre me gustó jugarlos. Ahora estoy en mi lugar, desde fuera lo paso muy mal, peor que cuando me vestía de corto, pero habrá que mantener la calma. Da gusto volver a ver Avilés como está estos días, la gente muy ilusionada, y esperemos no llevar una decepción como hace dos años», vaticina.
Esta final es para jugadores con carácter como el de Joaquín. «Es importante que la gente no se ponga nerviosa, que sepa afrontar este tipo de partidos y tenemos muchos jugadores de ese perfil. Hay que tener la cabeza fría, saber cómo jugar cada momento y saber aprovechar los detalles. Tenemos tanto jóvenes como gente con experiencia», defiende.
Joaquín también pide que se ponga en perspectiva la transformación que ha sufrido el Real Avilés desde el aterrizaje de Baeza. «La gente se volvió a enganchar con su llegada, hubo un par de generaciones de gente que no habían vivido el fútbol en Avilés. Con Diego todo fue mucho mejor y está consiguiendo enganchar a la gente y volver a vivir los años que viví yo. Cuando se hizo cargo del club se las vio y deseó para hacer un equipo en Tercera y ahora es un equipo que apetece a muchos futbolistas. Si se consigue en cinco años saltar dos categorías ya es un éxito total», enfatiza.
La experiencia de Joaquín Alonso como delegado del Real Avilés es «muy positiva. Me gusta estar vinculado al club. Por motivos laborales no puedo estar en los entrenamientos, pero lo poco que estoy saben cómo soy, extrovertido, me gusta crear buen ambiente y ser cercano a los jugadores. Uno intenta aportar lo poco que aprendió en el fútbol, pero hay un cuerpo técnico que está haciendo una labor espectacular, pero alguna pincelada, con respeto, la doy».
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