Real Oviedo: 99 años de recuerdos a la espera de un centenario

Solo faltó el sol a la fiesta que conmemoró los 99 años de vida del Real Oviedo. La lluvia se convirtió en el peor enemigo del trabajo de una afición que mima cada aniversario como el de un hijo. La ventaja es que el ánimo del oviedismo en este tipo de días supera cualquier condición externa y convierte la jornada en una fiesta que para muchos es excesiva, pero que tiene todo el simbolismo de la forma en que nació y lo que significa cada año que se suma a la historia azul.

Habían advertido las previsiones meteorológicas que todos los eventos preparados iban a estar pasados por agua y por desgracia hubo acierto pleno. Eso no impidió que desde primera hora la gente de la Asociación de Peñas del Real Oviedo (Aparo) y de Fondo Norte estuviesen en el aparcamiento exterior del Carlos Tartiere dando los últimos retoques a la jornada.

Muy cerca de la carpa donde se concentró la actividad esperaba el bosque oviedista para sumar un nuevo carbayu. La persona designada para hacerlo concitó la unanimidad del oviedismo. Manuel Lafuente sabe mejor que nadie lo que fue luchar por la supervivencia del club, con sus luces y sombras en la gestión. Lo que nadie pondrá jamás en duda fue la valentía de asumir una tarea que tenía el riesgo de firmar la defunción del club. Pagó caro su oviedismo y por eso hay una deuda eterna de agradecimiento con él.

El toque sentimental de la jornada llegó con la inauguración de las puertas que llevarán el nombre de dos ilustres jugadores de la entidad. Lalo, que recientemente cumplió 90 años, se ganó un hueco en la historia azul gracias a sus ocho temporadas como oviedista y sus más de cien encuentros oficiales con la elástica azul. Además, fue entrenador del primer equipo en la campaña 1978-79. Juan Manuel vio reconocida su trayectoria, que contempla 14 temporadas en el primer equipo azul y más de 300 partidos oficiales y 17 internacionalidades con España. El lateral de Orillés fue uno de los capitanes legendarios del club y uno de esos ejemplos de fidelidad habiendo vestido sólo la camiseta del Oviedo.

Al tiempo que pasaban las horas, el ambiente en la carpa iba subiendo y vició un momento álgido con la entrega del Trofeo Herrerita. El galardón promovido por la Aparo para reconocer el oviedismo de sus poseedores. Juan Manuel repitió protagonismo, al ser uno de los finalistas, junto al periodista Miguel Fernandi y el que finalmente sería el vencedor, Diego Cervero. El actual médico del primer equipo vio reconocido, una vez más, su compromiso con el Oviedo. Emblema de los 'años del barro', el delantero abanderó la lucha sobre el césped de un equipo que nunca quiso rendirse y se hizo merecedor del trofeo.

Conforme se acercaban las 21 horas, el ambiente se iba calentando y el fútbol ganaba protagonismo a la fiesta. El equipo tuvo su recibimiento para que quedase claro que el verdadero objetivo de la jornada eran los puntos en disputa con el Racing de Ferrol. Dentro del estadio, la gente de Fondo Norte volvió a dejar claro que están entre los mejores de España, pese a que el 'tifo' confeccionado para dar la bienvenida al equipo se rompió y no se pudo sacar, echando por tierra el trabajo de semanas.

Tampoco se quiso perder la cita uno de los delanteros históricos de los últimos años. Miguel Linares fue centro de atención en las horas previas y volvió a demostrar que el sentimiento azul sigue estando muy presente en él.

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