El Real Oviedo, ilusionante, pero irregular

La primera vuelta finalizó para el Real Oviedo con malas noticias: la tercera derrota de la temporada en el Carlos Tartiere. Los azules cerraron la primera mitad del campeonato liguero metidos entre los seis primeros, algo no muy habitual en ellos, pero también con una mezcla de sensaciones de un equipo que da la sensación de ser capaz de lo mejor y también de lo peor.

El conjunto dirigido por Javier Calleja pone el punto final a la primera mitad del curso con los deberes hechos, que no son otros que caminar por la zona alta de la tabla como se esperaba de uno de los presupuestos más altos de la categoría, pero también dejando algunas dudas sobre su rendimiento en algunos momentos.

La sensación es que, después de las 21 primeras jornadas del campeonato, Javier Calleja no ha sido capaz de hacer olvidar a un sector de la afición a Luis Carrión y se le cuestiona al menor tropiezo, aunque los números avalan al técnico madrileño.

Los azules empezaron la temporada con mejores resultados que juego. Eso quedó patente en la primera jornada del campeonato ante el Deportivo, cuando los azules lograron la victoria, pero sembraron algunas dudas. La situación empeoró con las derrotas ante el Racing de Santander en el Carlos Tartiere y luego en el derbi ante el Sporting.

Tras el fracaso en El Molinón, el conjunto ovetense comenzó una remontada que se sustentó en la media inglesa, ya que a las victorias como local seguían empates a domicilio. Eso permitió al conjunto azul poco a poco ir escalando en la clasificación hasta que alcanzó puestos de ascenso directo.

Sin embargo, tras llegar a ser segundos, se produjeron otros dos tropiezos muy duros. El equipo azul perdió 4-0 ante el Elche y después 0-3 frente al Huesca, lo que nuevamente encendió todas las alarmas. Además, el entrenador volvió a estar cuestionado, pese a que el equipo seguía en la zona alta de la tabla.

La reacción no pudo ser mejor, ya que llegó la mejor racha de la temporada, en la que se encadenaron tres triunfos: un contundente 1-5 ante el Racing de Ferrol, seguido de un 2-0 de prestigio ante el Granada y una remontada en La Romareda (2-3), que dejaron nuevamente al Oviedo donde quería estar y con opciones de firmar su mejor primera vuelta desde el regreso a Segunda. El pasado sábado, sin embargo, se truncó frente al Córdoba de Iván Ania en un partido en el que el equipo volvió a estar a merced de un rival que no había ganado ningún partido a domicilio.

El principal problema de los ovetenses en la primera vuelta ha sido su fragilidad defensiva, como demuestra que el equipo sea el cuarto que más goles ha recibido en lo que va de temporada. Mientras que en el centro del campo y en el ataque las soluciones son variadas, en la zaga los problemas son habituales.

La defensa es el principal rompecabezas para el entrenador, que se ha visto obligado a numerosas pruebas en la primera mitad de la competición. A estas alturas del campeonato, una de las posiciones que no ha encontrado su inquilino es el lateral derecho. Empezó jugando Lemos, uno de los fichajes de la dirección deportiva, pero en el primer encuentro tuvo que ser sustituido al descanso ante los problemas que estaba teniendo. Tampoco Lucas, que ya había mostrado su solvencia, fue capaz de hacerse con el puesto, lo que hizo que el técnico se decantara por volver a reconvertir a Oier Luengo. El central cumplió, pero sin alardes.

En el centro de la zaga se mantuvo siempre Dani Calvo, mientras que David Costas, por sus problemas físicos, ha tenido más problemas. En el lateral izquierdo la apuesta del club era Rahim, pero Pomares acabó haciéndose con la titularidad.

En el centro del campo las alternativas son muy variadas, mientras que el ataque, por contra, está causando menos problemas a Javier Calleja, que cuenta con muchas más alternativas, lo que le ha permitido incluso cambiar de sistema en las últimas jornadas en las que el equipo ha comenzado a jugar con dos delanteros.

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