Borrar
Paunovic, en uno de sus primeros entrenamientos en El Requexón. Mario Rojas
Evolución del ascenso azul

El Real Oviedo, un equipo de menos a más

Cambio en el banquillo. La llegada de Paunovic reflotó las ilusiones del Real Oviedo, el mejor equipo de Segunda los tres últimos meses

Sábado, 21 de junio 2025

El Real Oviedo alcanzó la cota máxima de la competición después de un tramo final que rozó la perfección. Al igual que hace un año, el conjunto azul tuvo que buscar el ascenso por el camino largo pero eso no debe quitar mérito a la trayectoria del equipo a lo largo de la temporada, a pesar de los vaivenes y de un nuevo cambio de entrenador que, como el curso anterior, salió favorable para los intereses del club.

El esprint final desde el desembarco de Paunovic en la capital del Principado situó al Real Oviedo como el mejor equipo en los tres últimos meses de competición. Solo la desventaja que tenía el equipo cuando se produjo la llegada del serbio impidieron celebrar el ascenso directo, cediendo las dos primeras plazas al Levante y Elche, los más regulares a lo largo del curso.

Cazorla celebra su gol en Ferrol.

No era mala la trayectoria del cuadro azul con Calleja, pero las sensaciones que transmitía el equipo no estaban en consonancia con la ambición y las aspiraciones con las que partía el club desde el kilómetro cero del presente curso.

El Real Oviedo, desde la llegada de Pachuca como máximo accionista de la entidad, ha tenido claro la hoja de ruta que debe seguir para conseguir el objetivo: inversión y futbolistas contrastados para definir un equipo potente, en disposición de pelear por las máximas cotas.

Solo así se entiende la confección de una plantilla que está entre las más caras de la categoría. El tope salarial de los azules es uno de los más altos de la categoría, compitiendo incluso con clubes recién descendidos que cuentan con la ayuda de LaLiga por bajar de Primera.

Además de mantener el bloque del pasado curso, que estuvo a punto de subir ante el Espanyol, el club azul se reforzó con las contrataciones de Aarón, Rahim, Sibo, Alberto del Moral, Dotor, Paraschiv, Hassan, Chaira y Fede Viñas. Un importante esfuerzo económico, que se sumaba al compromiso que permitió mantener a futbolistas cotizados como Alemao o Colombatto, pretendidos por equipos de superior categoría.

La temporada no empezó bien. El titubeó inicial dejó tocado al conjunto azul, que en la jornada cuatro merodeó los puestos de descenso. Más de una espina en el camino como la dolorosa derrota en el derbi ante el Sporting (3-1) y el traspié en el Tartiere ante el Racing (1-3).

El Real Oviedo reaccionó y con el paso de las jornadas fue recuperando su sitio en la categoría abonado a la media inglesa: victorias en el Carlos Tartiere y empates a domicilio. La dinámica positiva se cortó en Cádiz, donde quedaron al descubierto algunas debilidades en el engranaje del equipo. Sin embargo, mucho más trágica fue la derrota en Elche, donde fue claramente superado por un equipo en alza como el 'once' dirigido por Eder Sarabia. Por si fueran pocas las dudas que suscitaba el equipo, un 'outsider' como el Huesca desnudó todas las vergüenzas del Real Oviedo en el peor partido del curso en el Tartiere finiquitado con un sonrojante 0-3.

Ferrol, como había ocurrido un año antes, volvió a ser un punto de inflexión. El equipo goleó al Racing y volvió a reconciliarse con su afición y recobrar la confianza. Otro triunfo balsámico llegó en La Romareda, después de una enorme remontada propiciada por un gol de Chaira sobre la bocina. Sin embargo, el suflé lo bajó un oviedista como Iván Ania, que se llevó los puntos del Tartiere con su Córdoba en el partido que cerraba la primera vuelta.

Tras el ecuador de la competición, el equipo mantuvo un tono de regularidad que le permitió mantenerse en puestos de 'play off' pero que no era suficiente para aspirar a empresas más ambiciosas. El equipo era un quiero y no puedo y su fútbol no convencía. Derrotas como la encajada ante el Deportivo en casa o los partidos de Miranda y Granada acabaron por sentenciar a un Calleja, que cayó víctima de la irregularidad del equipo.

Ánimo renovado

El Real Oviedo sondeó distintas opciones como alternativa para el banquillo. Encima de la mesa hubo candidatos como Pacheta, que rechazaron la oferta, descontento con la propuesta cursada desde el club azul. Sí la aceptó Veljko Paunovic. Un técnico sin experiencia en España pero que aceptó encantado el reto de reflotar la nave oviedista.

Desde el principio, su discurso caló entre los futbolistas. Quería un Oviedo más sólido que tuviera claro cómo abordar cada partido, sabiendo exprimir las virtudes de una plantilla que se había reforzado en el mercado invernal con César de la Hoz y Nacho Vidal, un fichaje que dio un salto de calidad al equipo.

Paunovic llegó con tres puntos debajo del brazo. Su trayectoria al frente del Real Oviedo tiene pocas por no decir ninguna tacha. 24 puntos de treinta posibles es un registro que, en circuntancias normales, hubiera permitido a los ovetenses pelear por uno de los dos puestos de ascenso, pero era demasiado terreno que recuperar y la Liga se le quedó corta al mejor equipo de los dos últimos meses en Segunda.

El técnico serbio ha devuelto confianza a un plantel que sabe que está en disposición de pelear por las máximas metas y que ha demostrado que no es inferior a ningún rival. Eso supuso una inyección de moral y un refuerzo de la autoestima de cara a las eliminatorias por el ascenso que marcaron otra nueva etapa en el devenir de este Oviedo. Después de la experiencia 'fallida' de la temporada pasada, los azules sabían qué tenían que hacer para esta vez sí, celebrar lo que llevaban mucho tiempo esperando.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio El Real Oviedo, un equipo de menos a más

El Real Oviedo, un equipo de menos a más