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Hablemos claro: esta es una excursión de esas que pueden calificarse como «azúcar»; es decir, un periplo sencillo, apto para toda la familia y todo tipo de senderistas, que no conlleva mucho más de 2 horas de caminata y que transita, sin salir del entorno del bosque, hasta una modestísima cumbre del concejo de Parres: el picu Moru.
Tipo de ruta: Circular
Dificultad: Fácil
Distancia aproximada: 13,93 km
Tiempo aproximado: 2h 45 min.
Desnivel aproximado: 496 m
Esta montaña (pequeña pero emblemática en la zona) no presume de excesiva altura: con apenas 555 metros más bien puede considerarse un alto, a medio camino entre los valles y vegas del Piloña y el Sella y la costa oriental de Asturias; sin embargo, su «baja estatura» no debe llevarnos a engaño: la cima del Picu Moru es un balcón de excepción, excelentemente ubicado, que ofrece increíbles y amplísimas vistas, dignas de postal y para dedicarles un rato.
No en vano, muy muy cerca de este monte se levanta esplendorosa la sierra del Sueve, bellísima desde esta perspectiva. Lo mismo que los Picos de Europa, el mar cantábrico, las fértiles vegas de Parres y Piloña o los guapos montes de Ponga: todo ello –y algo más- se contempla desde las modestas alturas del Picu Moru, una alternativa perfecta si lo que se busca es una excursión tranquila, sin complicaciones ni esfuerzos, con grandes paisajes y mucha naturaleza.
Lo primero que hay que decir es que existen muchas variantes para llegar hasta la enorme cruz que corona el pico Moru. También, que el lugar está lleno de intersecciones, caminos forestales que serpentean y accesos a viviendas van confiriendo numerosos ramales que parten del camino principal. Para no llevar a equívocos, en el concejo de Parres han señalizado la ruta recomendada: va alternando marcas amarillas y es la más apropiada para todo tipo de senderistas, incluidos los niños.
Al inicio de la ruta estipulada, que parte de la población de Bode (a muy poca distancia de Arriondas, capital de Parres) también se ha colocado un panel indicativo en el que se marca la ruta amarilla recomendada a todos los públicos, así como posibles variantes de subida y zonas recomendadas para bicicletas.
La caminata, pues, comienza en Bode: una vez allí hay que dejar a mano derecha las escuelas viejas del pueblo y tomar una pequeña carretera que se dirige hacia Secaes, La Pasada y la Llosona.
Tras deambular por estos tres sencillos barrios se abandona la pista de hormigón para tomar ahora una pista de tierra que va ascendiendo por la ladera del monte, cruzando un poblado pinar.
El camino por el bosque de pinos –bien marcado - concluye de nuevo en la pista forestal: es el ramal que viene de Mesariegos y va hacia Cayarga. Hay que ir por él y, poco antes de llegar al cementerio de cayarga, abandonar la pista de nuevo para coger un sendero de tierra ancho que vuelve a meterse al bosque. Por él se asciende hacia los altos del cordal, desde donde ya se atisba cercana la cruz que corona el Moru, allá en la crestería, mientras que lasvistas alrededor comienzan a ampliarse.
Siguiendo ya la ladera de la montaña buscada, se llega a una nueva bifurcación del camino: L´Ablanera. En este punto hay que tomar un camino que sube directo al collau de Xibil y, una vez allí, abandonarlo en pro de una estrecha senda que sube directa a la cumbre. La gran cruz que corona el Picu Moru no deja lugar a duda de que hemos llegado al final del camino de ida.
Las visiones, ya anticipadas durante el tramo final, no le van a la zaga a una gran cumbre: el picu Moru está en zona privilegiada y, como tal, supone un estupendo balcón para deleitarse mirando hacia todos los puntos cardinales, que abarcan desde la mar a los Picos de Europa, del Aramo al Sueve, del Tiatordos a los pueblos costeros orientales…
Para regresar, es igual de sencillo: bien por el camino que habíamos seguido al subir o bien trazando un círculo que consiste en regresar al cruce de L´Ablanera y, desde ahí, tomar la pista forestal que –a mano derecha- baja atravesando un pinar y acaba por encontrarse de nuevo con la pista forestal, con indicaciones para regresar hacia Bode.
Siguiendo esa traza dibujaremos un regreso tranquilo, metido entre árboles y adornado de trinos que sin dificultad ninguna concluye en la pequeña población de Bode, donde concluye este sencillo paseo senderista, de enormes vistas, por el concejo de Parres.
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Abel Verano
Fernando Morales y Álex Sánchez
J. Gómez Peña y Gonzalo de las Heras (gráfico)
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