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El azabache, ese mineral tan especial y tan ligado a la historia de Asturias es el hilo conductor de esta ruta (sumamente sencilla y llena de encantos) por el concejo de Villaviciosa.
El destino no es baladí: la ruta no es sólo un paseo senderista delicioso sino que también quiere acercarse a la historia azabachera de la región; por ello, recala en Villaviciosa: se dice que las locales minas de Les Mariñes (junto con las minas Witby, en Inglaterra) han sido los puntos de más riqueza azabachera del mundo entero.
Tipo de ruta: Circular
Dificultad: Fácil
Distancia aproximada: 10 km
Tiempo aproximado: 2-3 horas
Desnivel aproximado: 345 m
Además, siguiendo el rastro del azabache, la ruta discurre sin perder nunca de vista la mar ni su arrullador canto, encontrándose con distintos elementos de los que confieren el carácter a la costa (un faro, una iglesia románica de estilo rural, playas, pueblos con aroma a salitre, bosques en acantilados, un molino…). Para redondear, el periplo también pasa muy cerca del yacimiento Jurásico de los acantilados de Oles, con hasta 12 rastros distintos de huellas de dinosaurios: una visita que puede parecer ajena a la temática del azabache, pero en realidad no lo es, ya que el proceso de formación de este mineral tan apreciado es el resultado de la fosilización de maderas durante –precisamente- el periodo jurásico, hace algo así como 150 millones de años.
El caso es que -con la tradición azabachera como bandera- el recorrido senderista que aquí se propone parte de la bella población de Tazones y recorre unos 10 kilómetros totales subiendo al faro del lugar antes de adentrarse a recorrer los acantilados e ir en busca de una mina de azabache (en desuso) mítica de la zona. Cuando la encuentra, se da media vuelta, escogiendo otros caminos en el regreso y dibujando un círculo que pasa por Oles y Les Mestres antes de recalar de nuevo en el punto de partida.
Para rematar el circuito, lo recomendable es guardar un par de horas más y reservarlas para perderse por las calles de la acogedora villa marinera de Tazones, con decenas de rincones de interés y de postal, además de mucha historia, guapura a raudales y una oferta gastronómica ideal para hacer de guinda a una jornada de senderismo e historia de Asturias muy disfrutona y bien señalizada, perfecta para cualquier estación y para toda la familia.
El recorrido aquí descrito parte de Tazones y recorre el llamado PRAS 199, ruta del Azabache, un circuito de ida y vuelta que en esta excursión abandona la traza marcada y regresa dibujando un circulo por otro itinerario (sin señalizar, pero sin pérdida),pasando por Oles.
Para comenzar la ruta, hay que dirigirse a la preciosa villa marinera de Tazones y, desde la playa, buscando el puerto, encontrar el sendero ( a través de un bosque y ataviado en muchos tramos con escalones) que sube hasta el Faro del lugar. Este arranque conlleva una pequeña pero constante subida que puede catalogarse como la parte más dura de todo el trayecto (aunque, en realidad, se asciende de forma cómoda y de duro no tiene gran cosa).
A la espalda, la estampa de Tazones es más bella a medida que se va cogiendo altura mientras que alrededor el ambiente del bosque mezclado con la melodía del mar confieren a la subida una agradable estampa y banda sonora. Tras completar la ascensión, se llega al faro, estupendamente conservado y en funcionamiento desde 1864. Las panorámicas a la costa y al mar cantábrico hacen de recompensa perfecta al pequeño esfuerzo de subida.
Siguiendo las indicaciones, desde las inmediaciones del faro la senda avanza llaneando a través de senderos boscosos que se asoman a acantilados inmensos. Durante el trayecto, diferentes señales con información van contando la historia del azabache y la importancia de este mineral en esta zona.
Al cabo de unos 4 kilómetros de recorrido con grandes vistas al mar, la ruta recala en la iglesia de San Félix de Oles, un templo románico de estilo rural que data del siglo XIII y también es conocido como «la iglesia vieya». Muy cerca de este lugar (bien señalizado también con carteles) puede tomarse un camino que se sigue durante alrededor de 1kilómetro y que termina justo encima del yacimiento jurásico de los acantilados de Oles, un amplio estrato de arenisca inclinado en el que existen hasta 12 rastros de huellas distintas de dinosaurios, lo que da a entender que ésta era una zona de paso muy frecuentada durante el Jurásico.
Volviendo de nuevo a la iglesia, la ruta del azabache avanza un trecho más: ahora daun giro a la derecha y baja ligeramente rumbo a La Perea los Molinos, precioso recodo en el que se situaba una de las escombreras de las minas de azabache del lugar. Muy cerca, casi ya oculta por la maleza, está la boca de la mina de la que se extraía esta joya mineral, hoy cerrada y en desuso.
En los confines de la mina de azabache es donde concluye el recorrido. Las indicaciones del PR pasan por regresar por el camino ya andado (una opción completamente válida) pero para hacer el recorrido circular en esta ocasión vamos a ignorarlas, regresando a Tazones por Oles. Esta alternativa (más rápida que la ya recorrida) discurre a través de carreteras secundarias, praos y zonas de casas, pasando por distintos barrios de la parroquia de Oles y descendiendo hasta Les Mestres por un camino ganadero que sale a la carretera VV-5, por la que se regresa a Tazones cómodamente.
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Josemi Benítez
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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