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Bosques, una foz, majadas, amplias camperas de altura y unas vistas a todo el Parque Natural de Redes privilegiadas: la ruta al Cantu´l Porrón es un paseo de los buenos por los recodos más solitarios de este terreno protegido. M.LL
Rutas de montaña en Asturias: Parque Natural de Redes

Desde Bezanes al Cantu'l Porrón: una ruta por los recodos más solitarios de Redes

Esta excursión traza un círculo de 15 kilómetros sobre el Parque Natural de Redes. Por él, cruzando bosques, desfiladeros y majadas, llega hasta el Cantu´l Porrón (o pico La Senda), la atalaya más alta del Xerru Les Grayes

Viernes, 23 de mayo 2025, 18:47

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En el extremo sur del Parque Natural de Redes, alejado de las rutas más concurridas y turísticas de este enclave, se extiende el Xerru les Grayes, un cordal rodeado de un amplio paisaje montañoso, tranquilidad y aires puros. En él, justo en su flanco sur, se levanta el Cantu´l Porrón (más conocido como Pico La Senda) un mirador natural a 1712 metros al que esta excursión asciende en busca de recrearse la vista.

Tras subir a los altos a través de bosques y desfiladeros, las vistas de esta ruta son amplias y preciosas.

Datos de la ruta

  • Tipo de ruta: Circular

  • Dificultad: Moderada

  • Distancia aproximada: 15,82 km

  • Tiempo aproximado: 8 horas

  • Desnivel aproximado: 1.052 m

El Cantu´l Porrón es un enclave privilegiado: toda una atalaya, alzada en las entrañas de este terruño mágico, que hace de estupendo palco VIP para otear el paisaje. Desde aquí, las vistas hacia el Parque Natural de Redes son inmensas: un espectáculo de verdes, montes y valles que se abre en todas las direcciones, abarcando también los territorios de Ponga, el curso alto del Nalón y la zona de Tarna, e incluso –en días claros- parte del pétreo esqueleto de la Cordillera Cantábrica.

Pero no es sólo La Senda, ni sus impresionantes vistas: lo mágico de este periplo es que se adentra (partiendo desde Bezanes) por los rincones más escondidos y solitarios de Redes, remontando caminos viejos y dibujando una travesía que atraviesa camperas ganaderas, majadas, desfiladeros, bosques viejos de altura y laderas con vistas de pájaro.

El Cantu´ Osu, La Rapaona y la Rapaina y la Peña el Vientu durante el ascenso a La Senda.

Un camino sin obstáculos, perfecto para recorrer sin prisa, que remonta desde el valle rumbo a la espesura, que deja sus huellas sobre el humus crepitante de hayedos centenarios, que suena a eco cuando se encuentra con piedra y que, finalmente, deja al que camina sobre un paisaje abierto, rodeado de aires puros y un rumor de montaña añejo; un camino que concluye en el Cantu´l Porrón y se detiene, adrede, a recrearse en las vistas.

Una solitaria cabaña mirando al Tiatordos.

La excursión (que salva un desnivel aproximado de 1000 metros dibujando un círculo de 15 kilómetros totales) no tiene más dificultad que la de ganar altura: no hay escollos, ni pasos malos. No hay un solo pero, ni siquiera una advertencia: esta es una ruta cargada de toda la belleza natural que caracteriza a Asturias, una ruta para sentir el silencio remoto del paraíso asturiano. Una propuesta para todos esos amantes de la montaña que buscan una inmersión en la Asturias más salvaje y auténtica.

Cumbre del conocido como Pico La Senda, o Cantu´ l Porrón

El punto de inicio de esta excursión es Bezanes, una aldea casina de la parroquia de Sobrecastiello. Desde el aparcamiento del lugar, hay que tomar una ancha pista que asciende, remoloneando, entre prados y castaños.

La pista, dibujando una constante subida marcada por zigzags y revueltas, va introduciéndose cada vez más en lo profundo del sitio, desprendiendo en cada nuevo giro aromas a bosque y a humedad fresca. Tras un trecho, pasa por debajo del pico Castiello y llega a las puertas de la Foz de Ancio: un paso natural, angosto y dominado por la piedra, por el que la ruta avanza.

Subir al pico la Senda conlleva admirar vistas maravillosas 360 pero también recorrer caminos silenciosos y tranquilos, llenos de cosas bellas, del Parque Natural de Redes.

El desfiladero de Ancio no es especialmente abrupto, ni tampoco largo. No obstante, representa una especie de puerta, de pasadizo, a un cambio importante de ambiente: por él, por su intrincada angostura, se pasa del valle habitado a los dominios de altura de Redes, más solitarios y salvajes.

Tras dejar atrás la foz, el camino vuelve a tener forma de marcada pista. El paisaje, abajo cerrado, se torna mucho más abierto mientras que el sendero continua, recalando enseguida a la Vega Llagos, adornada de viejas cabañas.

Bezanes.

En esta Vega hay que abandonar la pista para tomar un sendero que serpentea rumbo al bosque y se adentra en un hayedo: por él, a través de un recorrido entre retorcidos troncos y frondosas copas susurrantes, se sube hacia la Collada Llagos.

Desde la collada, toca ahora bajar brevemente, rumbo a un pequeño valle entre montes y árboles: es la majada Llagos, antiguo asentamiento de pastores con un encanto especial y un susurro lejano, como si las piedras que compusieron las cabañas cantaran viejas trovas de la vida que habitó estas soledades.

Vistas desde el collau Llagos.

Tras descansar en la majada, el sendero vuelve a dirigirse hacia el bosque: busca antiguas sendas pastoriles, atajos por la espesura que todavía palpitan fuerte. Es un tramo fresco, lleno de contrastes lumínicos, aderezado por el concierto de trinos y el pisar sobre la tierra crujiente. Concluye en lo alto del Cordal, en los pastos amplios de altura, con vistas 360 a un horizonte abierto de montañas que, a partir de aquí, irá en crescendo.

Siguiendo la traza ascendente, se sube por un amplio claro con sensación aérea y se alcanza enseguida lo alto del cordal: la cresta del Xerru Les Grayes va a ser a partir de ahora la traza que marque el camino. Al fondo, elevado como una pirámide natural rodeada de bosques, de precipicios y de montes, se alza el pico La Senda.

majada Llagos.

Sólo resta seguir la línea crestera, un recorrido con incesantes subes y bajas por un terreno abierto en el que las visiones panorámicas van en aumento a cada paso: la frontera natural con Ponga, el Tiatordos, luce espléndido mientras se avanza a cielo abierto, adornando los pasos hasta recalar en el Cantu´l Porrón, o picu La Senda, y suspirar ante las perspectivas.

Vistas al Campigüeños y al Tiatordos llegando al cordal.

Tras el oportuno descanso en la cumbre, degustando las vistas perfectas que abarca este lugar de altura, toca poner rumbo de vuelta: se hace tomando la traza de una calzada vieja que se dirige hacia el collau Capiella, con una preciosa majada en la que las ruinas de las cabañas descansan ante un paisaje bellísimo. A la espalda, el pico la Senda se levanta como un enorme monumento.

Desde Capiella, mirando al Pico La Senda.

Desde la majada capiella el sendero prosigue, buscando de nuevo el valle lentamente. Enseguida, recala en la zona conocida como Collau Xuacu, un lugar adornado de fuente con agua fresca desde el que hay que continuar por pista.

El nuevo firme desciende ligero, dibujando revueltas en su búsqueda del fondo del valle, como si alargara el desprenderse de el canto del bosque y las vistas de postal de las alturas. Tras fondear el valle, la pista enlaza con la carretera: hay que seguir por ella hasta el pueblo de la Foz.

La Foz.

Ya en la Foz, hay que buscar las señales que marcan el Camín Real: siguiéndolas, entre muros de piedra y ambiente de montaña habitada, se llega de nuevo hasta el pueblo de Bezanes, punto final de esta guapa excursión por el Parque Natural de Redes.

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