En casa de Marisol Álvarez

El ser la ganadora de un concurso radiofónico llevó a Marisol Álvarez Álvarez desde su residencia de El Entrego hasta Oviedo para prepararse como modelo profesional. El curso había sido el premio y ella, prácticamente una adolescente, no dudó en aprovecharlo al máximo.

La prueba está en que enseguida comenzó su carrera dentro del modelaje. Tanto en la pasarela como en anuncios publicitarios, como el que, dirigida por Gonzalo Suárez, grabó para una marca de refrescos. Su siguiente destino fue Madrid, entrando a formar parte de la prestigiosa agencia Élite y convirtiéndose en modelo de las campañas de la moda gallega.

De vuelta en Asturias y con Gijón como ciudad elegida para vivir, comienza a trabajar para una importante cadena de tiendas de moda que pronto descubre sus virtudes como escaparatista. Y ese sería su trabajo durante los años que llevamos de siglo, encargándose de la decoración de los establecimientos comerciales de dicha cadena por toda España y con incursiones internacionales en Londres y Bruselas. Hasta que llegó la pandemia y, con ella, un recorte de plantilla que la llevó directamente al paro.

Tocaba reinventarse y nada mejor que empezar con la decoración de su nuevo hogar. Un piso que comparte con su pareja, el abogado José Alberto Cotarelo, y al que se trasladaron hace un año, coincidiendo con el fin de las obras de restauración del edificio.

En blanco lucen paredes y puertas; se han instalado óculos en los techos y luz indirecta de colores en los espejos de los baños; estores motorizados en las ventanas, y el suelo es cerámico imitando cemento y radiante, es decir, que esconde debajo la calefacción.

Salón, comedor y cocina conforman un todo armonioso en torno a un mobiliario de diseño. Tal que la lámpara 'Allegro Vivace' de Foscarini, de varillas de acero, sobre la mesa del comedor y su juego de sillas trasparentes que reposan sobre una alfombra de pura lana de Les-Ottomans; un dúo de lámparas de bola de Castore Floor Artemide; y un conjunto de silla y pubs del modelo Barcelona, junto a un sofá chaise longue.

Las mesitas doradas son de Bloomingville, al igual que la silla que luce en el dormitorio entre dos armarios empotrados que funcionan como vestidor. Un pub negro con dibujos de K. Haring completa este rincón y se consigue otro combinando espejo y butaca 'Dolli' Porada. En las mesitas se han instalado lamparillas Artemide Tizio.

La chilena Lucha Fernández firma el retrato de Cotarelo de gran formato, sumándose a la colección una jirafa de Allende Bodega y una obra de Alberto Corazón, además de numerosos cuadros pintados por la propia Marisol. De hecho, esta faceta artística a la que se une la escultura ha supuesto un nuevo comienzo profesional que se materializará pasado mañana, martes, con la inauguración de una obra para el restaurante Ume. Se trata de una escultura en hierro de dos metros y medio que será instalada en su terraza, en la Ruta de los Vinos.