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Nacho Robles López y su mujer, Paloma Pérez Álvarez, en su amplia terraza con vistas a la playa de San Lorenzo.

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Nacho Robles López y su mujer, Paloma Pérez Álvarez, en su amplia terraza con vistas a la playa de San Lorenzo. FOTOS: CAROLINA SANTOS

En casa de Nacho Robles y Paloma Pérez

Vivienda adaptada. Tanto el acceso a la terraza como las dependencias de la casa se han acomodado para el desplazamiento en silla de ruedas

CARMEN DEL SOTO

Domingo, 22 de noviembre 2020, 01:41

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En 1996, con 18 años recién cumplidos, un accidente de coche fue la causa de que la vida de Nacho Robles López diera un giro total. Desde entonces, y debido a las graves consecuencias de aquel golpe en la carretera, vive pegado a una silla de ruedas. Localizar una casa que se adaptase a sus necesidades y le aportase autonomía y calidad de vida se convirtió en uno de sus objetivos una vez superados los largos meses de rehabilitación. Y la encontró en lo más alto de un edificio que mira al Cantábrico, con una inmensa terraza enfrente de la playa de San Lorenzo, donde, en la actualidad, vive con su mujer, Paloma Pérez Álvarez.

Se hizo necesario buscar soluciones que le permitiesen hacer movimientos circulares y desplazarse de un lugar a otro de la vivienda sin obstáculos. Y el cambio fue radical ya que se derribó entera para eliminar barreras arquitectónicas y se hicieron desaparecer tabiques y puertas. Una reforma integral que comenzó con el suelo al que se aplicó un laminado de madera 'merbau' y siguió con el techo, que fue completamente insonorizado.

El frontal que da a la terraza fue transformado en una gran cristalera, a base de ventanas correderas, que permiten ver el mar desde toda la planta. Y con el fin de facilitar el tránsito y la salida al exterior y dado que el desnivel no permitía dejarlo a cota cero, se añadió un rampa que compensa la diferencia de altitud. También se encargó a un ebanista un armario que esconde un gran fondo y un sistema para que se puedan vascular las perchas mediante un gancho.

La cocina es abierta y se ha integrado en el conjunto de la estancia central -que también cuenta con un aseo para invitados- y tanto las encimeras como el fregadero se han situado a una altura que le resulte cómoda, dejando huecos debajo para que encajen las piernas. Los electrodomésticos se han colocado al alcance de la mano, igual que los enchufes, con lo que Nacho se puede dedicar sin problemas a cocinar, una de sus grandes aficiones.

Las otras son deportivas, centradas principalmente en la vela y en el tenis de mesa en su variedad de deporte adaptado. En ambas disciplinas ha cosechado importantes triunfos, tanto que fue campeón de España en ambas modalidades y participó en dos mundiales de vela, aunque hoy ya solo navega por diversión. Su última competición internacional fue el pasado febrero en Egipto, justo antes de que estallase del todo la pandemia. Allí acudió con la selección española de tenis de mesa y vino con medalla, ya que se clasificó en tercer lugar.

La mayoría de detalles que decoran la vivienda son los trofeos recogidos, a los que se suman fotografías y cuadros, que cuelgan de unas paredes pintadas en su conjunto en estuco veneciano color violeta. Salvo las del dormitorio, en tonos más claros, y las del baño principal donde predomina el azul. También los sanitarios están adaptados en esta vivienda tan accesible como acogedora.

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