Construir el futuro en el aula
Talleres. Futuro en Femenino lleva a los colegios asturianos la octava edición de su formación en igualdad
Quién hace la compra en casa? ¿Quién te lleva al médico? ¿Quién viene a las reuniones del cole? ¿Cuántas mujeres deportistas conoces? ¿Y pintoras? Detrás de estas preguntas hay una reflexión que trata de cambiar las cosas. Son algunas de las preguntas que EL COMERCIO, con colaboración con el Principado y entidades y empresas colaboradoras, vuelve a lanzar a los escolares asturianos, y ya van ocho ediciones, para construir un Futuro en Femenino. Luis Javier Martínez Díaz es el coordinador didáctico de la actividad y, junto con Elena Reales, llevan a las aulas de sexto de Primaria mensajes muy claros sobre qué es el machismo, el feminismo, la igualdad. Pero también sobre conciliación, carga mental, corresponsabilidad, techo de cristal, brecha salarial, trabajo remunerado...
En este curso, los talleres de Futuro en Femenino han llegado a dos colegios que son ya veteranos en el programa y que creen profundamente en sus resultados: el colegio público Pumarín, de Gijón, y el Santa María del Naranco, de Oviedo. Nacho Peralta, director pedagógico de Primaria del centro ovetense, tiene claro el valor del programa para «seguir limando las diferencias que, desgraciadamente, aún existen». Alejandro Farpón, jefe de estudios del Pumarín, destaca lo «enriquecedor del programa», no solo en cuanto a trabajar la igualdad en «contexto reales», sino también por abrir el centro a las empresas patrocinadoras, que son Iberdrola, Belladona, USO, Cartonajes VIR y Transinsa, que llevan a las aulas sus experiencias con la igualdad.
En las primeras dos horas, Luis Javier y Elena les ayudan a ver una realidad demasiadas veces ocultas: descubrir referentes femeninos en el deporte, en la cultura, el arte, la ciencia... Carolina Marín, Margarita Salas, Jane Goodall, Malala Yousafzai. Y también en el mundo gamer, por ejemplo. Y a mirar más cerca, a su propia casa. A prestar atención a esas tareas que siempre están hechas y pocas veces se repara en quién las hace. ¿Quién llena las botellas de agua? ¿Quién compra el pan? ¿Quién recoge el baño después de las duchas?
La respuesta de los participantes no podía ser mejor, explica Elena Reales, convencida de que se notan los años de educación en igualdad y los avances, aunque aún haya que seguir explicando que el feminismo no tiene «nada que ver con ir en contra de los hombres». Satisfecha por ver cada vez más «respeto» entre niños y niñas, también admite que a la hora de hablar de profesiones sigue habiendo un marcado sesgo que, quizás, suavicen con los años. Quizás encuentren el camino que, en el laberinto que les dan los monitores, lleva, aunque con algunos obstáculos, a un mundo más igualitario.
