Alerta policial en Asturias
Los delitos cibernéticos se duplican en tres añosEl «timo del romance» es uno de los ciberdelitos más comunes en Asturias junto al del «hijo en apuros» y la suplantación de entidades bancarias. Todos «se han disparado»
Imagine que «un señor parecido a George Clooney» le pide amistad en una red social y usted acepta. Un tipo ciertamente «atractivo» que le cuenta «que es piloto». Otal vez «un cirujano estadounidense». Quizá «militar o trabajador de una plataforma petrolífera». Alguien que, tras haberse ganado su confianza, empieza a escribirle mensajes por WhatsApp «con falsas promesas sentimentales» en un español macarrónico y, poco más tarde, le pide dinero. No una, sino varias veces. «Con excusas cada vez más peregrinas». Quizá «que lo necesita para someterse a una operación o que está en un país en guerra y no puede acceder a sus cuentas bancarias». Todo «raro, raro». Pero usted es incapaz de verlo porque se ha enamorado a distancia.
«Puedes confiar en mí»
Y ahora deje de imaginar, porque el conocido como «timo del romance» es ya una pesadilla real para muchos asturianos (y, sobre todo, asturianas). Una de las estafas cibernéticas más frecuentes en la región, según explica el inspector Fernando Garmón Mayo, jefe del grupo de ciberdelincuencia y delitos económicos de la Jefatura Superior de Policía de Asturias. El hombre al frente de un equipo de ocho agentes que apenas dan abasto, porque «la delincuencia a través de internet se ha disparado». Una tendencia global que, en el Principado, se traduce en un dato alarmante:entre 2019 y 2022 los ciberdelitos se han duplicado, pasando de 4.162 a 8.593 solo durante el pasado año. Olo que es lo mismo:23 asturianos estafados al día.
8.593 Infracciones penales
cometidas por medios cibernéticos en Asturias en 2022. En 2019 habían sumado 4.162, lo que supone un incremento del 106,5%.
Eso, según las estadísticas facilitadas por la Delegación del Gobierno en Asturias. Pero es que el inspector Garmón y su equipo sospechan que «muchos de estos delitos no llegan a denunciarse nunca por vergüenza. Especialmente, cuando el timado es un hombre», que suele caer en la trampa cuando le ponen enfrente un perfil falso «de una mujer de Europa del Este», una belleza eslava que le cuenta milongas parecidas.
Pero todavía va más allá Fernando Garmón para ilustrar sobre lo persuasivos que pueden llegar a ser: «En algún caso en el que hemos sido nosotros los que hemos alertado a la víctima –que suele ser una mujer de entre 40 y 50 años–, al detectar movimientos extraños en sus cuentas bancarias, nos ha costado convencerla de que ha caído en un timo y sigue sosteniendo que no, que es alguien que de verdad está enamorado de ella y pasa por dificultades».
Ese 'romance' de palo puede salirle, según cuentan, por «entre 20.000 y 80.000 euros». Y, detrás de ese George Clooney, quienes realmente se esconden son «grupos organizados de nigerianos» especializados en esta estafa que puede prolongarse durante meses. Un método que es «la evolución del timo antiguamente conocido como 'cartas nigerianas', en el que alguien recibía una misiva en la que le comunicaban que le había tocado un suculento premio de lotería o debía contactar con el remitente para recibir la herencia de un familiar lejano».
«Mamá, se me ha roto el móvil»
Y si el «timo del romance» requiere de «paciencia y tiempo» para el cortejo de la presa, otro de los más empleados en estos tiempos en los que «casi cualquiera tiene conocimientos para delinquir a través de internet e incluso se venden paquetes para hacerlo», juega justamente con lo contrario:la falta de tiempo.
Hablamos del conocido como «timo del hijo en apuros», tan utilizado que «no hay semana» que a la Jefatura Superior de Policía de Asturias no llegue una denuncia de algún incauto o incauta que ha caído en el engaño.
Todo suele empezar con un mensaje de WhatsApp en el móvil de la víctima con un texto similar a este: «Hola, mamá. Mi otro teléfono está roto». Y, a partir de ahí, la madre (o el padre) en cuestión es informada de que su hijo o hija tiene un problema grave y solo puede comunicarse desde el móvil de un amigo y a través de mensajes. Y luego la apremian a actuar con rapidez para sacarle las castañas del fuego.
Así que, presa de la angustia, le envía con urgencia una serie de transferencias y el dinero va a parar inmediatamente a una cuenta de la que, segundos después, se habrá volatilizado.
Pero, como «las técnicas de los delincuentes son cada vez más sofisticadas», la Policía ha detectado «una nueva variante». Una vuelta de tuerca que consiste en que los timadores «simulan pertenecer a las Fuerzas de Seguridad, diciendo que el chaval, que vive en Oviedo, ha sido detenido tras haber atropellado a alguien en Gijón (o a la inversa) y que es necesario pagar una fianza para que pueda salir de los calabozos». Hasta el punto de que ya se han encontrado con «una señora que reunió todas sus joyas, valoradas en 30.000 euros, y pasaron a recogerlas por su casa».
«Verifique su identidad»
Pero si hay una modalidad delictiva que se lleva la palma es aquella en la que los estafadores intentan a toda costa suplantar a los bancos para hacerse con las claves de acceso a las cuentas de sus clientes. Una auténtica plaga. Especialmente, «en el caso de algunas entidades financieras, que no están poniendo las barreras suficientes y tienen una brecha de seguridad importante».
Aquí el modus operandi consiste en enviar SMS ('smishing') o correos electrónicos ('phishing') fraudulentos alertando de algún tipo de incidencia en su cuenta (por ejemplo, una transferencia que usted no ha autorizado), de manera que pinche el enlace que le mandan e introduzca sus códigos de acceso. «Una técnica que también se ha perfeccionado con el llamado 'spoofing', que consiste en que los delincuentes envían mensajes o realizan llamadas desde un número que, aparentemente, es el mismo que el de la entidad bancaria».
Eso fue lo que le ocurrió hace apenas unos días a F. A., un asturiano de 41 años que iba con prisa a recoger a su hija del colegio cuando recibió el siguiente SMS:«Un dispositivo no autorizado se ha conectado a su cuenta. Si no reconoce este acceso, verifique su identidad».
«Un mensaje al que normalmente no hubiese prestado atención. Si no fuese porque estaba en el hilo a través del cual mi banca 'online' me comunica habitualmente las claves de acceso y seguridad», explica F. A., que, al ver su dinero «en peligro», pinchó en el enlace, accediendo «a la supuesta web del banco», donde metió su usuario y contraseña. Y, acto seguido, recibió una llamada en la que «un agente muy amable de la entidad se presentaba. Decía llamarse Roberto y venía al rescate. Me explicó que iban a anular las transferencias que un desalmado de Madrid había efectuado sin mi consentimiento y que, para ello, solo necesitaba la clave que me acababa de llegar por SMS». Yle dice, de paso, debe actuar ya si quiere lograr anularlas. Así que F. A.. con el miedo en el cuerpo, se la facilita. Y solo segundos después se da cuenta de que ha sido «estafado de la forma más absurda»:«Me sentí un auténtico pardillo. Me quedé en estado de shock, con ataques de pánico, pensando en cómo me había podido pasar eso a mí. 7.900 euros. Los ahorros que eran fruto del esfuerzo de mi trabajo». Los mismos de los que en su banco no quisieron saber nada:«Fueron incapaces de congelar una transferencia fraudulenta realizada hacía solo diez minutos».