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Al frente de la lucha por la igualdad. Nuria Varela, en Oviedo. PABLO LORENZANA

«El sistema aún juzga a las víctimas y no a los agresores»

«El problema de la Justicia respecto a la protección de las mujeresno es la falta de medios, sino de conocimiento»

Chelo Tuya

Gijón

Jueves, 25 de noviembre 2021, 04:18

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Cuando aún no llevaba medio año al frente de la Dirección General de Igualdad, tuvo que hacer afrontar al primer feminicidio, el de Lorena Dacuña, y a la covid que todo lo paró, menos la violencia machista. Sin embargo, Nuria Varela (Turón, 1967) y su equipo lograron mantener en servicio toda la red contra el maltrato. Y aumentarla. Asturias abrió el primer centro autonómico del país para víctimas de agresión sexual. El objetivo 2022 es un centro para las mujeres prostituidas,

-Asturias acogió el I Congreso Internacional de Violencia de Género. Dos conclusiones principales: más medios para el sistema judicial y más educación en igualdad. ¿Coincide?

-No. Se necesitan más medios, por supuesto, para las políticas de igualdad y para la lucha contra la violencia de género. Pero el problema de la Justicia respecto a la protección de las mujeres no es la falta de medios, sino la falta de conocimiento.

-¿En qué sentido?

-La Universidad continúa de perfil en la formación con perspectiva de género, en la limpieza de estereotipos, en el concepto de igualdad, en la transmisión del conocimiento y como la ciencia infusa no existe, pues los operadores jurídicos continúan con tremendos déficit que, básicamente, podemos resumir en la subjetividad en la interpretación de la norma, en la valoración de la prueba y en cómo, en ocasiones, la judicatura más que juzgar, legisla. Cuando no hay formación no se pueden desarrollar las habilidades necesarias para juzgar cabalmente, para poder identificar los prejuicios y los estereotipos y alejarse de ellos.

-¿Así lo cree?

-Afecta al conjunto de profesionales del ámbito jurídico, desde abogadas y abogados del turno de oficio hasta jueces y juezas, pasando por los equipos psicosociales. Cuando algunas sentencias no solo no son comprendidas por la sociedad, sino que escandalizan, estoy pensando en la de 'la manada', en Juana Rivas, en el juez que archiva porque dice que grabar a un grupo de mujeres y luego utilizar esas grabaciones como vídeos porno no debe tener sanción, es que tenemos un problema. La Justicia tiene que ganarse la confianza de las mujeres.

-Para usted, ¿por dónde llegarán las soluciones?

-La violencia contra las mujeres es un problema complejo consecuencia de la desigualdad entre mujeres y hombres. Por lo tanto, las soluciones también son complejas y tienen que llegar desde todos los ámbitos. Para erradicar esta violencia debemos trabajar en la prevención, es decir, en la igualdad, en el desarrollo profundo de la democracia, cerrando todas las brechas: salariales, laborales, de representación, de cuidados, digitales... En la coeducación y respecto al ámbito judicial, acabando con la impunidad. La impunidad es la gasolina de la violencia contra las mujeres.

-En el mismo congreso, los operadores jurídicos parecen coincidir en que tres leyes diferentes (violencia, libertad sexual y trata) podrían resumirse ampliando la legislación de 2004. ¿Hay temor a abrir una ley que nunca se llegó a implantar del todo?

-No sé cuál es la argumentación para que se defienda legislar sobre cualquier cosa salvo sobre las distintas manifestaciones de violencia que sufrimos las mujeres. Parece que todo lo que tiene que ver con nosotras es excesivo, desde los presupuestos hasta el uso del lenguaje no sexista que también se cuestiona por economía. No, claro que no hay miedo, lo que hay es necesidad de proteger la vida de las mujeres que continúa siendo violentada por cifras escandalosas. Por primera vez se ha puesto el foco en la violencia sexual, que era una manifestación de la violencia normalizada en nuestra sociedad, tanto en lo que se refiere a las agresiones como a la explotación sexual. Son fenómenos complejos que necesitan legislación específica, recursos específicos y profesionales especializados. Es obvio que los recursos que se prevén en la ley integral para las mujeres víctimas de violencia de género en relaciones de pareja no son los que necesita una víctima de violación múltiple, por ejemplo, o una mujer prostituida o tratada con fines de explotación sexual.

-Los expertos apuntan a que muchas víctimas acaban lamentando denunciar. ¿Qué le falta al sistema para evitar la doble y, a veces, triple victimización?

-Conocimiento. Cambiar el paradigma. El sistema aún juzga a las mujeres y no a los agresores. Y, en muchas ocasiones, las castiga a ellas, especialmente a través de sus hijas e hijos. Esa es la razón fundamental por la que las víctimas no denuncian: porque no tienen asegurada la protección.

-Aumenta la cifra de asturianas con protección policial. ¿Aumenta la violencia o aumenta la concienciación y ha mejorado la respuesta?

-No tenemos datos certeros para asegurar ni uno ni lo otro. Por eso ya habíamos planteado el año pasado que íbamos a hacer una macroencuesta para tener datos de Asturias.

-¿La van a hacer en 2022?

-Vamos a intentar empezarla ya.

-El año en el que Asturias estrena centro de crisis para víctimas de agresión sexual se disparan las denuncias. ¿Hay más casos o, realmente, son denuncias que antes no llegaban?

-Esos datos salen del último balance de criminalidad del Ministerio del Interior que indica que una cosa es la violencia sufrida y otra la violencia denunciada o conocida. Aún a riesgo de equivocarnos, porque no tenemos datos exactos, me sorprendería mucho que fuese casualidad que el año en que Asturias pone en marcha el centro de crisis sea, precisamente, el año en que Asturias destaca por ser la comunidad en la que más se conocen hechos de violencia sexual. A priori, lo leo como un buen indicador. Que en la comunidad en la que se ha abierto un centro es en la que más se conocen casos de violencia. De hecho, hay una cifra del balance del centro de crisis que es muy buen indicador: el 67% de las usuarias denuncia, cuando la media de denuncias en agresión sexual está en el 8%. Lo que tengo que decir es que no es cierto que haya aumentado la violencia sexual en Asturias, sino que han aumentado los hechos que conocen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

-Es el único en todo el país.

-Sí, hay una experiencia municipal en Madrid. Durante este año lo hemos aumentado de contenido. Hay seis abogadas, seis psicólogas, las víctimas son acompañadas en todo momento... Han venido a visitarlo de todas las comunidades autónomas. Incluso de otros países. La firma del convenio con los colegios de abogacía de Oviedo y Gijón permitirá dar Justicia gratuita y especializada a las víctimas. Tuvimos más de 200 peticiones.

-¿Logrará que las víctimas declaren desde el centro?

-Estamos en ello. Espero lograrlo para el año que viene.

-La covid no limitó la inversión en Asturias en materia de igualdad y protección. ¿En qué trabaja para 2022?

-Para el centro de crisis, firmar protocolos con los Cuerpos y Fuerzas del Estado y con Salud. No descarto, incluso, ampliar el centro. Tanto en un nuevo espacio como con más plantilla. Y, claro, dar respuesta institucional a la explotación sexual.

-¿Cómo?

-Con un centro o, al menos, un servicio integral. Y el Foro Asturiano contra la Trata y la Explotación Sexual.

-Tenía previsto para 2021 un estudio de la respuesta judicial.

-Lo hemos hecho más amplio. Sobre la respuesta del sistema de Asturias frente a la violencia en contextos de pareja. Tengo dos conclusiones. Una, todo el sistema se ha movido hacia lo asistencial. Está en la política social y debe estar en la de igualdad. Frente a la violencia de género, las víctimas no necesitan solo soluciones habitacionales, sino vitales. Y la segunda es que en Asturias tenemos un sistema pionero, pero han pasado veinte años desde su puesta en marcha. Es el momento de revisarlo.

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