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En la aparición del alzheimer intervienen muchos factores, algunos todavía por identificar Fotolia

Esperanza en la investigación para luchar contra el alzheimer

El diagnóstico precoz y los últimos éxitos que se han logrado en investigación hacen que el panorama de los pacientes con alzheimer sea cada día un poco más esperanzador

pilar fonseca

Sábado, 9 de abril 2022, 12:04

Hace sólo unos días que la actriz Carmen Elías comentaba en una entrevista que le habían detectado alzheimer en una fase temprana pero que ya sabía cómo iba a ir discurriendo su vida al ritmo que fuera evolucionando esta enfermedad.

Carmen Elías tiene 71 años, en este proceso degenerativo que es el alzheimer ella va a permitir el rodaje de un documental que vaya mostrando la evolución de la enfermedad desde las primeras señales de alerta que ya padece, su intención es la de ayudar a personas que se encuentren en esta misma situación.

En la aparición del alzheimer influyen muchos factores, algunos de ellos por confirmar aún por los especialistas pero el que sí se ha podido localizar es el factor genético. Distintas mutaciones genéticas que hacen que el alzheimer pueda transmitirse de generación en generación.

Cómo detectar el alzheimer y por qué conviene hacerlo cuanto antes

El diagnóstico temprano del alzheimer siempre es lo más deseable para saber lo que se puede y se debe hacer a partir de ese momento en el que el médico confirma que lo que padece el paciente es alzheimer.

Se pueden iniciar tratamientos con y sin medicación que alivien la carga de esta enfermedad, que ralenticen el deterioro cognitivo o de la memoria e incluso, una vez que el médico ha determinado el grado en el que se encuentra el paciente, se puede participar en ensayos clínicos que mejoren la calidad de vida de la persona con alzheimer.

Los profesionales de la salud pueden enseñar a las personas que van a convivir con el paciente de alzheimer toda una serie de estrategias para mejorar el entorno vital, cómo establecer rutinas o planificar actividades y cómo detectar esos cambios que se vayan produciendo en las habilidades cognitivas de la persona afectada para minimizar en la medida de lo posible el efecto de la enfermedad en su vida y en sus rutinas diarias el tiempo que sea posible.

Para poder tener un diagnóstico precoz es importante estar atentos a los primeros signos que muestra esta enfermedad, algunos de los más conocidos son:

  • La dificultad para recordar fechas de eventos que habitualmente se recuerdan con facilidad

  • La dificultad para mantener la concentración, para planificar o para resolver pequeños problemas

  • La dificultad para completar las tareas diarias de la casa o del trabajo

  • La confusión con respecto a distintos lugares o distintos momentos en el tiempo

  • La confusión en torno a las distancias si se conduce o poner objetos en lugares equivocados o incluso perderse al caminar por lugares que habitualmente se frecuentan

Todas estas y muchas más variaciones de la conducta son evaluadas por el médico que además tendrá en cuenta el grado de deterioro de la memoria, del razonamiento o si el paciente muestra cambios de conducta o de personalidad.

El médico especialista hace un análisis del estado mental del paciente mediante la realización y la evaluación de una serie de pruebas neuropsicológicas y también puede tratar de conocer a través de amigos y/o familiares cómo aprecian ellos que ha cambiado el comportamiento de la persona.

Es importante detectar el alzheimer cuanto antes Fotolia

Los médicos van a buscar esos detalles que no se ajustan al patrón previo, esas pequeñas variaciones que pueden ser sintomáticas de una patología como es el alzheimer.

Investigaciones cargadas de esperanza

La revista Nature Genetics publicaba hace poco una noticia muy ilusionante, en la que se celebraba que se habían conseguido identificar 75 alteraciones genéticas que aumentan el riesgo a sufrir esta enfermedad.

El análisis de los genomas de más de 100.000 personas que ya han desarrollado alzheimer ha conseguido esta identificación que aclara cómo se origina el alzheimer y que puede servir como inspiración para nuevos tratamientos.

De esas 75 alteraciones genéticas más de una veintena afectan a genes que se activan en las células del cerebro que se encargan de eliminar las sustancias tóxicas.

Precisamente otro equipo de científicos del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas ha publicado en estos días en The Lancet Neurology, los resultados de su último estudio en el que abren la puerta a la posibilidad de un nuevo tratamiento contra el alzheimer centrado en modular la actividad de la microglía, precisamente las células del cerebro que se encargan de eliminar las sustancias tóxicas.

Todo esto lleva a los científicos a pensar que fortalecer las células inmunitarias del cerebro tiene un efecto protector frente al alzheimer y teniendo en cuenta que las personas que tienen predisposición genética suelen desarrollar la enfermedad a una edad familiar a la que la desarrollaron sus familiares, la prevención puede estar más cerca de lo que ha estado nunca.

Los datos abren la posibilidad de desarrollar tests genéticos que indiquen si una persona con desarrollo cognitivo leve tiene riesgo alto de desarrollar alzheimer, teniendo en cuenta que dos décadas antes de que aparezcan los clásicos olvidos, la desorientación o la dificultad para planificar o solucionar pequeños problemas, el cerebro ya experimenta cambios.

Buenos hábitos para ayudar a prevenir el alzheimer

No hay nada definitivo, nada de momento eficaz al cien por cien pero sí hay buenos hábitos que ayudan a la prevención o por lo menos que ayudan a frenar el deterioro cognitivo del cerebro.

Socializar

Algo tan sencillo o tan complicado para algunas personas como interactuar con los demás y relacionarse con otros, hace que el cerebro esté activo, que esté alerta. Consigue que el cerebro esté más sano y pueda prevenir el deterioro. Hay distintos análisis que relacionan la actividad social, los sentimientos de autoestima y autoeficacia, con el mantenimiento de la función mental.

No fumar

Las personas fumadoras tienen una probabilidad un 45% más alta que las no fumadoras de padecer algún tipo de enfermedad mental como la demencia o el alzheimer. El tabaquismo es uno de los hábitos más perjudiciales para la salud y el cerebro no está exento de esos daños.

Controlar las grasas en la alimentación

En Reino Unido se llevó a cabo un estudio durante ocho años sobre una población de cerca de 200.000 personas, en este estudio se llegó a la conclusión de que las posibilidades de desarrollar demencia entre las personas con alto riesgo genético que habían seguido un estilo de vida saludable, bajaba en un 32% con respecto a las que no lo habían hecho.

Los alimentos frescos, verduras y frutas de temporada son los mejores aliados para cuidar la salud.

Ejercitar el trabajo mental

No es que el cerebro sea un músculo propiamente dicho pero el entrenamiento es algo que le beneficia mucho de cara a frenar su degeneración.

Realizar ejercicios de memoria, leer un poco cada día, aprender un nuevo idioma, hacer crucigramas o sudokus, hacer cálculos matemáticos, son pequeños entrenamientos que resultan muy favorables como medida de prevención para mantener nuestro cerebro activo y en plenitud de facultades durante más tiempo.

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