¿Sabías que la menopausia puede afectar a las articulaciones?
Los cambios hormonales de la mujer complican el mantenimiento natural de los huesos y de las articulaciones, en algunos casos el dolor es una constante cuando se van cumpliendo años
Pilar Fonseca
Sábado, 5 de febrero 2022, 17:34
Más del 60% de la población que ya ha cumplido los 35 años señala que padece dolor en sus articulaciones y de ese porcentaje general, más del 78% son mujeres.
Y hablamos de cumplir los 35 años porque a partir de los 50, la mayoría de estos casos refieren su grado de dolor como una pérdida notable de calidad de vida.
Porque no se trata sólo de vivir más años sino de vivirlos lo mejor posible, poder disfrutar de la vida todo el tiempo posible luchando contra los estragos que provoca el envejecimiento.
Los cambios hormonales en las mujeres, es innegable que hacen más difícil el mantenimiento de la calidad de vida.
La menopausia abre una etapa en la que la mujer deja de producir determinadas hormonas, lo que hace que el mantenimiento natural de sus huesos sea más complicado y la recuperación ósea se ralentice.
Los huesos y por supuesto las articulaciones y entre ellas las rodillas son las más damnificadas porque son las que trabajan más duro durante toda la vida.
Según vamos envejeciendo los cartílagos se van desgastando y los de las rodillas no son una excepción. Los huesos empiezan a rozarse y el revestimiento de la articulación no puede producir suficiente líquido sinovial para evitarlo.
El sobrepeso y la obesidad y más si se han mantenido durante años, son dos complicaciones añadidas al desgaste de las articulaciones y más concretamente en las rodillas.
Ocho de cada diez mujeres menopáusicas reconoce que sufre dolor articular y de esas ocho de cada diez, cuatro definen ese dolor como importante o incluso insoportable.
Como siempre: mejor prevenir
Para disminuir el riesgo de padecer o desarrollar estos problemas lo mejor es prevenir y si es necesario modificar nuestros hábitos de vida cuanto antes.
El mejor tratamiento para este tipo de patologías es la prevención, es la que de verdad nos puede asegurar una mejor calidad de vida con el paso del tiempo.
Nuestras articulaciones merecen que se les preste atención antes de que empiecen a causar molestias. Los hábitos de vida saludables son imprescindibles según señala la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artritis.
El movimiento, el ejercicio o la actividad física, alivia la rigidez articular, reduce el dolor y fortalece los músculos que rodean las articulaciones por lo que es muy recomendable incluirlo en nuestras rutinas diarias.
Conseguir mantener un peso saludable hace que las articulaciones no tengan una sobrepresión y un desgaste añadido que puede desembocar en una patología.
Es importante mantener una dieta variada y equilibrada en la que se incluyan alimentos como pescado rico en ácidos grasos Omega 3, además de frutas y verduras ricas en vitaminas y antioxidantes.
La Vitamina E tiene propiedades antiinflamatorias, la encontramos en las semillas de girasol, las nueces y el aguacate así que siempre es muy recomendable que esté incluida en una dieta sana.
El agua constituye un 80% del cartílago del cuerpo por lo que estar bien hidratado es una necesidad y de no hacerlo el cuerpo extraerá el agua que necesite del cartílago y otras áreas, lo que es evidente que va a perjudicar la calidad y la salud de las articulaciones.
Los niveles de Vitamina D también es conveniente que se mantengan en los parámetros adecuados para evitar que se esté generando una osteoporosis incluso anterior a la aparición de la menopausia.
El descanso es fundamental porque favorece la desinflamación y ayuda en la salud articular. Es una de las mejores formas de proteger las articulaciones que no requiere ningún esfuerzo.
Además de todo esto, es necesario revisar si estamos manteniendo una mala postura en nuestro día a día aunque sea de forma inconsciente porque esta es una de las principales causas de dolor articular.
Hay muchas personas que se encorvan sin darse cuenta mientras trabajan delante de su escritorio o caminan con los hombros y la cabeza hacia delante, esto hace que la columna vertebral se desalinee y empiecen los problemas que desembocan en dolencias que fácilmente pueden cronificarse.
