La mitad de la población estará malnutrida en 2025

La correcta alimentación es uno de los caballos de batalla de la sociedad actual. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el consumo de alimentos no adecuados es un claro factor de riesgo para desarrollar cierto tipo de enfermedades como el sobrepeso, la diabetes o enfermedades cardiovasculares, entre otras.

Hoy en día se calcula que uno de cada tres habitantes del mundo presenta al menos una forma de malnutrición y que más del 40% de la población mundial tiene obesidad o sobrepeso. Un dato que sube hasta el 53,6% en nuestro país, según el Estudio Nutricional de la Población Española.

Teniendo también en cuenta los resultados de este estudio, en Asturias un 26,2% de la población es obesa o tiene sobrepeso, el tercer dato más alto simplemente por detrás de Andalucía y Galicia donde son un 26,7% de las personas las que se encuentran en esta situación.

Si los datos actuales son malos, las previsiones preocupan aún más. Según la tendencia actual se calcula que en 2025, es decir en solo tres años, la mitad de la población estará malnutrida y 40 millones de menores sufrirán obesidad o sobrepeso en los próximos 10 años. Desde la OMS, su director general, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, alerta que «la malnutrición, en todas sus formas, es una de las principales causas de muerte y enfermedad en el mundo».

Si pensamos en malnutrición lo primero que se nos viene a la cabeza es alguien que no está comiendo lo suficiente. Sin embargo, es un término que va más allá de no comer suficientes alimentos o nutrientes, «engloba también a las personas que tienen obesidad, y sobre todo la obesidad infantil, que es debida también a una mala nutrición» puntualiza la especialista en nutrición y dietética y miembro de TopDoctors, Mónica Herrero. Señala que la mala nutrición puede deberse a causas diversas «comer muy poco, comer mucho, no combinar correctamente los alimentos, ingerir alimentos con poco o con ningún valor nutricional».

De hecho, actualmente «estamos en una epidemia de malnutrición por exceso» explica la especialista en nutrición y dietética y perteneciente a la plataforma TopDoctors, María Carmen Japaz.

«El sobrepeso y la obesidad implican un exceso de grasa corporal que en sí mismo ya supone una inflamación sistémica de bajo grado y es la antesala de la aparición de otras patologías como el colesterol y los triglicéridos altos, la resistencia a la insulina, la hipertensión arterial, el ácido úrico elevado, etc.» añade Japaz y reflexiona sobre las consecuencias que puede tener a medio-largo plazo, «esto significa que dentro de 10 a 20 años se incrementarán enormemente las enfermedades crónicas y el impacto que esto supone para la calidad de vida de las personas. Si pensamos en los niños y niñas de hoy, vivirán menos años que sus abuelos debido a que comenzarán a padecer estas alteraciones mucho tiempo antes».

A la hora de alimentarnos hay varios factores que influyen mucho y el ambiente y los factores sociales son muy importantes « lo que más influye es la diferencia de riqueza en los países. Estadísticamente, se sabe que la zona pobre de las poblaciones, es donde existe el porcentaje mayor de malnutrición» afirma Herrero y hace hincapié en la importancia de la información «la educación nutricional es de vital importancia para una alimentación más nutritiva, saludable y sostenible».

Además de tener una correcta educación nutricional, la situación económica también tiene un importante impacto «cuando el poder adquisitivo de las personas se ve reducido, la obesidad aumenta, esto significa que el coste de vida afecta directamente a la selección de los alimentos que se consumen. El aspecto económico es determinante». argumenta Japaz.

Precisamente, este debate está actualmente sobre la mesa. «Si observamos, los productos más asequibles tienen mayor cantidad de azúcares, sal, grasas, harinas refinadas, aditivos, etc. Por tanto, una baja calidad nutricional» destaca la especialista en nutrición.

Finalmente, Japaz reconoce que también puede existir cierta predisposición genética «pero el ambiente, la dieta y el estilo de vida pueden hacer que esos genes se activen y se manifiesten o, por el contrario, nos protejan.»

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