Los pediatras, «muy preocupados» por el aumento de problemas de salud mental
La ansiedad, la depresión y los diagnósticos de TDAH se han multiplicado por tres o cuatro desde 2019. Alarma además el aumento de casi un 60% de los comportamientos suicidas
La salud mental de niños y adolescentes es un problema que viene preocupando a profesionales y padres desde hace tiempo y que, con la pandemia, se ha incrementado. Datos como que la mitad de los jóvenes de entre 15 y 29 años se automedica o que casi el 50% ha presentado en algún momento ideas suicidas, son alarmantes.
De una encuesta llevada a cabo por el Grupo de Trabajo Multidisciplinar sobre Salud Mental en la Infancia y Adolescencia, se desprenden dos datos muy relevantes: que más del 95% de los pediatras admiten estar muy preocupados por el incremento de los problemas de salud mental de la población pediátrica y, en segundo lugar, que el mismo porcentaje indica tener una formación insuficiente en este área.
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El Grupo de trabajo integrado por la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (SPI-AEP), la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) hizo llegar la encuesta a pediatras de todos los ámbitos existenciales y más de 1.000 profesionales participaron en ella, un 60% de ellos ejercen su profesión en atención primaria.
«Los datos recogidos confirman el enorme problema del que venimos alertando los pediatras desde el inicio de la pandemia COVID-19: la salud mental de los niños y los adolescentes se está deteriorando y, de modo especial, los adolescentes están presentando más síntomas depresivos, autolesiones y conductas suicidas» afirma la doctora Azucena Díez, coordinadora del Grupo de Trabajo Multidisciplinar y presidenta de la SPI-AEP.
Sin duda, una situación alarmante. No hay más que ver los datos aportados por este grupo de trabajo en el mes de abril donde los casos de ansiedad y depresión, así como los diagnósticos de TDAH se han multiplicado por tres o cuatro desde 2019, y los comportamientos suicidas han aumentado hasta un 59%.
Soluciones propuestas
Ante este problema que preocupa cada vez más a los profesionales, tratan de plantear algunas soluciones. Opciones que en palabras de la doctora Díez «deben abordarse de forma multidisciplinar desde todos los ámbitos asistenciales por los que pasan estos niños y adolescentes y en los que es posible prevenir y tratar: Psiquiatría, Urgencias y Atención Primaria».
Estas son algunas de las soluciones que proponen:
- Mejora de la formación de todos los pediatras. La presidenta de la SPI-AEP considera «conveniente que todos los residentes de pediatría pasaran al menos tres meses de su rotación en servicios de atención a salud mental». Es una buena manera para saber reconocer este tipo de problemas al encontrárselo en cualquier área asistencial y, saber darle respuesta.
- Mejorar la coordinación entre pediatras de Atención Primaria y los equipos de salud mental integrados por enfermeras, psiquiatras y psicólogos.
- Fomentar planes preventivos a nivel autonómico. Ponen de ejemplo el cribado de la depresión aprobado en el País Vasco, que realizará un control de salud mental a todos los niños y niñas en la revisión de los 12 años. «Esta edad es un momento muy bueno porque es cuando se inicia la pubertad y se desencadenan muchos problemas de salud mental, sobre todo en las niñas», apunta la doctora.
- Mejorar la comunicación, tanto con los profesionales de la salud como con las familias. Esto pasa por fomentar la comunicación asertiva y enseñar a los padres a hablar sin juzgar y a dar apoyo de forma incondicional. «Es importante saber preguntar y reconocer los intentos autolíticos de baja letalidad. Así como es fundamental dar la voz de alarma cuando el intento puede ser letal, también es importante saber manejar adecuadamente las autolesiones no suicidas. A veces prestamos demasiada atención a la autolesión en sí cuando el foco debería estar puesto en ese niño o niña que lógicamente está pidiendo ayuda a gritos», explica la doctora Díez.
Falta de formación
Los pediatras quieren formarse en salud mental
Recordamos el dato de que un 95% de los pediatras reconocen no tener la formación suficiente en este área. Un hecho que puede ser un problema ya que la mitad de las consultas de atención primaria, también en niños, están relacionadas con este tipo de problemas.
A estos especialistas les preocupa no tener la preparación suficiente y un 70% considera que la coordinación con un especialista de salud mental hoy en día, es muy difícil.
Hay una polémica surgida en torno a si los pediatras están cualificados para prescribir medicaciones como antidepresivos y benzodiacepinas. Desde la Sociedad de Psiquiatría Infantil, apuestan por una perspectiva multidisciplinar y defienden que sí que podrían hacerlo siempre que hayan recibido la formación pertinente al respecto.
«Sobre todo teniendo en cuenta el retraso que hay en muchas ocasiones hasta que estos niños y adolescentes son atendidos por los servicios de salud mental del Servicio Público de Salud. Estas Unidades están sobrepasadas y no siempre funcionan de forma eficaz» argumenta la doctora Díez que añade que «entre consultas puede pasar más tiempo del que debería o incluso puede ocurrir que los menores sean atendidos por psiquiatras de adultos, ya que la especialidad no existe todavía».
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