Cote, un adiós emotivo entre lágrimas en El Molinón

En la tienda del Sporting no se serigrafiaba otra camiseta en la tarde de este domingo. José Ángel Valdés 'Cote' se despedía de su parroquia y, en un ambiente descafeinado en lo futbolístico y enrarecido en lo extradeportivo, el adiós del capitán empujó a la grada a acudir en masa a El Molinón, en el último día del curso.

«No soy nada del otro mundo. Esto sigue, el Sporting continúa. Puxa Sporting y puxa Asturies». Visiblemente emocionado y con la voz entrecortada, Cote tomó la palabra a pie de césped tras el partido. Apareció junto a su 'güelu' Pepe, en medio de un pasillo rojiblanco gigante y con la banda sonora de la película 'Volver a Empezar'. El Molinón estaba ya para entonces entregado a la causa, con presencia de los exjugadores Alberto Lora, Roberto Canella y Nacho Cases, el presidente David Guerra y la alcaldesa Carmen Moriyón a pie de césped. Entre obsequios, el aún capitán rojiblanco completó una vuelta de honor saludando a una grada que le hizo ver cuánto lo adora.

Antes, el videomarcador había proyectado sus mejores momentos de rojiblanco. Entre un grito unánime de «Cote quédate», el lateral fue agasajado por sus compañeros en su última tarde como futbolista en Gijón.

La tarde fue también especial para la familia de Cote. Los padres del lateral, Sara –su pareja–, el 'güelu' Pepe y su hijo, Nel, entre otros, se emocionaron tanto o más que el propio protagonista.

Durante el partido, Cote fue el jugador más aclamado por la grada. De dientes con algunos de sus compañeros y con la directiva, la afición aprovechó cada saque de esquina y cada internada del lateral de Roces para romper en aplausos. A la hora de anunciar los titulares, el número 3 fue el último en ser nombrado. Y es que la jornada en lo futbolístico giraba en torno al último partido en casa del sportinguista, que colgará las botas en Ferrol, el próximo fin de semana.

El momento culmen de la tarde llegó en el minuto 78, cuando el futbolista fue sustituido por Pablo García en medio de una atronadora ovación de todo el campo, reconociendo sus 159 partidos con la elástica rojiblanca. Así fue la última tarde en El Molinón del capitán rojiblanco, ese que ingresó en la Escuela de Mareo, con ocho años, de la misma manera que se despidió de El Molinón, con 35: de la mano de su 'güelu'. Porque a Cote no hay estadística que lo explique.

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