De las Cuevas: «En el Sporting de Gijón pasé momentos únicos e irrepetibles»

Casi sin tiempo para posarse del avión que lo traía a Asturias a primera hora de la mañana de este viernes, Miguel de las Cuevas (Alicante, 1986) atiende a EL COMERCIO en la víspera de uno de sus días más especiales. «La semana que anuncié que me retiraba, el Sporting de Gijón, a través de Joaquín Alonso, se puso en contacto conmigo y acordamos que esta fecha era la que mejor nos venía a todos». El club rojiblanco le rendirá este sábado un merecido homenaje a uno de sus jugadores más ilustres tras colgar las botas el pasado mes de febrero.

Cercano y humilde, como se le recuerda por la ciudad, el mediapunta pasea por el Puerto Deportivo, mientras cuenta las horas para volver a pisar el césped de El Molinón. Ese en el que cada vez que marcaba gol la grada coreaba «Miguel, Miguel, Miguel de las Cuevas». «Ojalá mañana suene también», aprecia mientras se le dibuja una sonrisa en el rostro. La de este sábado será su primera vez como espectador en el templo rojiblanco. «Es una oportunidad para que mis hijos conozcan Gijón, que no habían estado. También he traído a mis padres y a mis hermanos. Aquí pasé momentos únicos e irrepetibles y quiero que ellos lo disfruten».

El alicantino marcó 18 goles en sus 127 apariciones con la camiseta rojiblanca, aunque uno de ellos emerge por encima del resto. «Llevo desde que metí el gol al Madrid cargando con la etiqueta de héroe, pero para mí el verdadero héroe fue Preciado». Se refiere, no puede ser de otro modo, al histórico triunfo del Sporting en el Santiago Bernabeu, del que en un mes se cumplirán catorce años. De las Cuevas fue el autor del único gol de aquel encuentro (0-1) que dio a los rojiblancos un histórico triunfo que aún hoy le recuerdan por la calle.

De hecho, en su carta de despedida del fútbol, publicada hace unas semanas, De las Cuevas tuvo palabras de agradecimiento para todos los clubes en los que militó durante su dilatada trayectoria en la élite. De entrenadores, solo menciona a uno: el de Astillero. Lo recuerda así: «Era un hombre superpositivo. El jugador que tuvo el privilegio de ser entrenado por él solo tiene palabras buenas hacia Manolo. Es una pena que nos dejase tan pronto».

Sporting y Racing, los dos equipos de Preciado, se ven las caras en El Molinón este sábado, en un partido que De las Cuevas no duda: «Seguro que hay un gran ambiente». Él estará desde por la mañana compartiendo momentos con los aficionados en la 'fan zone' que el club va a habilitar en la zona del recinto ferial Luis Adaro.

Casualidades del destino, el homenaje a De las Cuevas coincide con la semana en la que el único compañero suyo como rojiblanco que sigue en el club, Cote, anunció que dejaba el equipo a final de la temporada. «Justo hablé ayer con él», reconoce. Recuerda a aquel chaval de 20 años, «casi un juvenil», al que conoció cuando llegó a Gijón en verano de 2009. La decisión de su adiós, como a muchos, le pilló «un poco por sorpresa», aunque reconoce que «conociendo a Cote, seguro que lo tiene bien pensado».

Los meses de temporada que restan serán los últimos del lateral de Roces como profesional. De las Cuevas es optimista y cree que el Sporting aún está a tiempo de todo. «Sí, por supuesto», responde cuando se le cuestiona si la distancia con la promoción —once puntos— le parece aún salvable. «Yo he tenido la suerte de subir con Osasuna y creo que la clave es llegar a los últimos dos meses con la flecha para arriba. Hay muchos equipos que se caen». No duda en que a poco que el equipo ofrezca «El Molinón va a ser una caldera». Este sábado, De las Cuevas podrá comprobarlo.

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