Sporting
Los padres asumen el cierre de Mareo «como algo normal»Restricción. La mayoría «entienden» la medida que entrará en vigor el lunes y que les impedirá seguir los entrenamientos en los que participan sus hijos
ALEJANDRO FORCELLEDO
Viernes, 24 de marzo 2023, 02:02
Pese a que la idea del Sporting de restringir los entrenamientos en la Escuela de fútbol de Mareo ya se conocía desde hace semanas, la noticia adelantada por EL COMERCIO sorprendió en el día de ayer a algunos de los padres de la órbita del club rojiblanco.
La nueva norma que no permitirá a partir del próximo lunes seguir los entrenamientos de las categorías inferiores del Sporting, la Escuela de Fútbol Mareo y a la sección Genuine a los progenitores o personas responsables de los menores ha sido acogida por estos como «algo normal ya que viene sucediendo en muchos otros clubes».
En la tarde de ayer eran pocos los padres que se acercaron a Mareo, sabedores desde hace semanas de que el último día de puertas abiertas se estaba acercando. La tarde lluviosa no invitaba tampoco a estar en Mareo y algunos padres, con resignación, admitían que ahora perderán «algo de contacto con el fútbol base». Uno de ellos, llegado desde Llanes, lamentaba que ahora tenga que esperar en la cafetería «o en algún otro lugar», pero acepta la noticia, pues «cuando hemos estado en Lezama nos dejaron entrar con un pase de un día para ver las instalaciones, pero no es lo habitual».
Otro de los padres que seguía el entrenamiento del equipo de División de Honor entrenado por Isma Piñera aseguraba que, tras la pandemia, la afluencia a los entrenamientos ha bajado mucho, «sobre todo en categorías superiores, pero en las que compiten los más pequeños se mantiene el número de padres en las gradas».
La medida del Sporting llega «para evitar el ruido» y para que los menores «puedan centrarse en el fútbol, sus entrenadores y sus compañeros». Esta iniciativa se anunció poco después del cierre del mercado invernal y también afectará a los representantes de los futbolistas. El Sporting no quiere que los ojeadores tengan acceso libre a los entrenamientos y para los partidos tengan que acreditarse. «Durante los entrenamientos es raro el día que vemos por aquí a algún representante, pero el día de partido sí que es fácil encontrarte con ellos», cuenta de uno de los padres, que ayer fue a llevar a su hijo «y a esperar al coche» mientras entrenaban.
«Si es por el bien de los chavales no me parece e mal, llevo subiendo a Mareo desde hace cuatro años y nunca he visto ningún incidente», explica el padre de un jugador en edad juvenil, quien reconoce con resignación que los primeros que no quieren que suban a la escuela a verlos entrenar son los chicos: «Cuanto mayores se hacen, menos quieren ver a los padres por aquí».
Entre algunos padres la sensación es que la tranquilidad imperará pues reconocen que algunos entrenadores les han asegurado en alguna ocasión que el mejor año para entrenar «fue el de la pandemia». La libertad de los chicos, pese a los protocolos y la ausencia de la figura paterna por unas horas, les permitió vivir aquellos meses «con mayor dedicación y menos presión por parte de algunos padres». «Yo no veo a padres viendo cómo sus hijos practican kárate o ajedrez, pues aquí en el fútbol debería pasar lo mismo», explica el progenitor de un juvenil rojiblanco.
Un caso especial
La Escuela de Fútbol Mareo es un equipo que forma parte del club rojiblanco, pero que no está integrado en sus categorías inferiores. Los chavales, de entre 4 y 15 años, pagan una cuota de unos ochenta euros al mes para poder jugar entrenar y jugar en Mareo.
«Sé que hay gente de la Escuela de Fútbol Mareo que se plantea si seguir el año que viene aquí, las facilidades son muchas para ellos, pero entendemos que si cobran porque el chaval venga a la escuela los padres quieran poder verlos a entrenar», explica un padre, que suele ver entrenar a los más pequeños pues «es donde más se divierten al fin y al cabo».
El club había comunicado su decisión hace unas semanas a los padres y por eso la afluencia a Mareo había bajado considerablemente en las tardes, no así los días de partido. «Los fines de semana la gente aprovecha para venir a ver al hijo, al sobrino o al nieto, esto es un hervidero y hay muy buen ambiente», explica un padre de un chico del Genuine que había ido a Mareo a recogerlo. La medida no ha sentado mal entre los padres porque al menos se les había avisado con tiempo, pese a todo alguno lamenta que no se pueda terminar la temporada como hasta ahora, «no entendemos que se haya hecho ahora, no sé que prisa habría, se hablará más de esto que del primer equipo y quizás los tiros vayan más por ahí», explica uno de ellos. Mareo vivirá hoy por tanto su último entrenamiento abierto para todos los públicos.