Asturias tiene las claves para afrontar la nueva era de la digitalización con la que ganar el futuro
Cuando Ferran Adrià asombró al mundo a mediados de los años noventa popularizando el nuevo concepto de la tortilla de patata y habló de deconstrucción –aceite, huevos y patatas servidos en copa y con cuchara–, pocos podían imaginar hasta qué punto aquel hito iba a dar la vuelta al mundo y conseguir que España se situara poco a poco en una de las grandes referencias de la gastronomía universal en que se ha convertido hoy. Y que el propio Adrià fuera señalado por la revista 'Time' como una de las diez personas más innovadoras del mundo.
Hoy, el 'Washington Post' dedica un amplio reportaje a explicar cómo la inteligencia artificial ha entrado en los grandes supermercados, tipo Walmart, para que cada una de sus seiscientas tiendas sepa cuántos pasteles de calabaza –una tradición del Día de Acción de Gracias– debía poner en sus estantes. El algoritmo utilizado habrá analizado antes variables tan variopintas como la temperatura de cada localidad ese día, si el equipo de fútbol local juega ese domingo en casa o fuera o si últimamente el pastel de nueces se está imponiendo en los paladares. (Los norteamericanos, en algunos gustos, son un poco especiales, la verdad).
Sí, no hay marcha atrás. La innovación lo ocupa ya todo como signo de desarrollo económico y social de un mundo que definitivamente ha entrado en la nueva era de la digitalización.
AsturiasInnova+, el proyecto de divulgación de la innovación, la ciencia y la tecnología que acompaña a la sociedad asturiana en forma de información en las páginas de nuestro periódico y en la organización de eventos que acerquen ese mundo a cada vez mayores capas de la población, cierra 2022 con este anuario que trata de resumir lo que está pasando y de qué forma está cambiando nuestra forma de vida.
Y también lo que ha hecho AsturiasInnova+ para cumplir con uno de sus principales objetivos: que la innovación y la ciencia no sea un privilegio para técnicos, expertos y directivos de empresas, sino que se ponga a disposición de los ciudadanos en general a través de un periodismo de calidad, creíble, sin perder un ápice de amenidad y frescura.
En ese análisis del año no deberíamos engañarnos para no seguir alimentando discursos vacuos. Si la innovación es la palanca que nos debe situar en el nuevo mundo de la digitalización y por lo tanto del progreso, Asturias no está bien situada, simplemente porque se encuentra, en los grandes números de la I+D+i, en los puestos de cola de un país que también se está quedando atrás en la Unión Europea.
«Adrià cambió la gastronomía con una tortilla diferente»
JOSÉ MARÍA URBANO
Director de AsturiasInnova+
Un solo dato para no tener que hacer un ejercicio estadístico, siempre complejo y dado a interpretaciones. Según el INE, la inversión por habitante en I+D+I en 2021 daba una media de España de 363 euros. La de Asturias se quedaba en 203. Y la del País Vasco, siempre nuestra referencia, se encaramaba hasta los 765 euros por habitante.
Pero miremos al futuro, sobre todo en esta región tan proclive al lamento permanente. Hay dos buenas noticias. El Congreso de los diputados aprobaba a finales del verano la reforma de Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, presentada por la ministra Diana Morant. Y en Asturias, el último día del mes de noviembre, el Parlamento regional aprobaba el Proyecto de Ley de la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación, defendido por Borja Sánchez, en el que se conserva y potencia el funcionamiento del Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (Idepa).
A partir de ahí, se inicia una nueva etapa en la que el Principado debe seguir dando pasos en aspectos claves como la fuerza de la Universidad, los centros tecnológicos públicos y privados, la implementación en medianas y sobre todo pequeñas empresas, la simplificación burocrática para una mayor eficiencia, la optimización de recursos, la adecuación de la formación para las necesidades del empleo, la FP dual (de una vez, que ya está bien de palabras)... Todo ello unido a ese 'Asturias paraíso natural' como espacio atractivo para retener y atraer el talento, como han hecho en Euskadi o en Málaga con indudable éxito.
Adrià cambió el mundo de la gastronomía universal con una tortilla de patata 'diferente'. Ese es el reto: dar pasos para diferenciarnos y enriquecernos. Y AsturiasInnova+ seguirá ahí para contarlo y también promoverlo.