María Díaz: «Me queda mucho por conocer de Asturias»
La actriz María Díaz, 'La Vikinga', aprovecha su tiempo libre para escaparse a la playa y para sumergirse en el folclore de nuestra región. «Me gusta ir por los pueblos cuando no hay mucha gente, ver a los vecinos de toda la vida, descubrir sus tradiciones y visitar los mercados de artesanos», nos desvela sus planes
ANA RANERA
Domingo, 23 de agosto 2020, 02:07
Remojando los pies en la playa de San Juan pasa la tarde la actriz y humorista María Díaz, conocida popularmente como 'La Vikinga'. Avilesina de nacimiento, ella es de las que encuentra su paraíso a apenas unos minutos de casa, donde el mar le garantiza la calma. «Aquí estoy, con los pies en la orilla, que está el agua estupenda», dice mientras pasea junto al Cantábrico en una tarde de agosto nublada.
Con la cultura a medio gas, el ajetreo veraniego habitual sobre los escenarios se ha diluido y ha dejado paso a puertas cerradas y pocas oportunidades laborales para quienes viven de las tablas. «Este verano, de trabajo, nada. Porque ya sabemos cómo están los teatros. Me estoy dedicando a cuidar de mi madre y, cuando tengo un rato, me escapo a la playa», confiesa.
Más allá de la costa, hay muchos planes en su cabeza cuando la vida le da un respiro y puede alejarse a tomar aire a cualquier rincón del Principado. «Me gusta mucho ir por los pueblos de Asturias, ir a ver a la gente de toda la vida, descubrir sus tradiciones y ver los mercados artesanos de siempre y los nuevos», desvela. Ella, que ha recorrido España, reconoce que aún tiene mucha Asturias por descubrir y le encanta hacerlo. «Aprovecho esos momentos de tiempo libre para conocer mi tierra, que aún me falta mucho por descubrir de nuestra región», explica.
Aquí, en los sitios donde creció, vuelve a sentirse niña cuando disfruta de los mismos escenarios donde jugaba hace ya algunos años y donde, cada vez que vuelve, se le agolpan los mejores recuerdos de infancia con el salitre cubriéndole la piel. «Mi parada fija es la playa de San Juan porque es mi infancia y es mi vida», indica. Aunque también le gusta montarse en el coche y perderse sin distinguir oriente de occidente. «También me gusta mucho ir para la zona de Llanes, ir a pueblinos cuando no hay mucha gente y visitar Cangas de Onís y toda esa zona», enumera.
Con tanto trasiego por Asturias, cuando llega el mediodía y toca sentarse a la mesa, es obligatorio pararse y disfrutar, porque la tierrina tiene mucho para alegrar el paladar. «Yo me quedo con la gastronomía de la mar. No soy muy de carne y eso que la tenemos muy buena, pero me quedo con las cosas de la mar», señala. A ella se le hace la boca agua con algunos platos: «Estos inventos nuevos, como fabes o garbanzos con potarros, me encantan», apunta.
Como avilesina cargada de asturianía, cuando a María le preguntan por propuestas en Asturias, prefiere «no cerrar a los viajeros a un solo plan», pues ella apuesta por exprimir los días de vacaciones en nuestra región todo lo que el tiempo permita. «Asturias es lo suficientemente pequeña y grande para tener mucho que ver en un territorio no muy extenso». Por eso, no se le ocurre mejor centro de operaciones para un viaje a la tierrina que Avilés, a mano de cualquier enclave de nuestra región. «Estás a una hora de Galicia y a una hora de Santander», indica. «Estás cerca de todo, en la mitad de la comunidad y en una hora te plantas en cualquier sitio», opina.
Aunque, si hay algo fundamental para afrontar unas vacaciones por estos lares, es organizarse y, así, sacar tiempo para todos los planes posibles. «Siempre recomiendo que no discriminen ninguna zona. En una semana te da tiempo a ver muchas cosas».
María recorre Asturias con la imaginación y, cuando abre los ojos, después de tanto divagar, allí sigue, en la playa de San Juan, «contando piedras», con los pies cubiertos por la marea y la arena instalándose sobre su piel. Esperando a que los teatros vuelvan a subir el telón, a llenar sus butacas y a hacer más ligera la vida de quienes ponen en marcha las obras y de quienes las disfrutan. Pero, de momento, María espera en su playa.