La senda Costa Norte triunfa en el verano del coronavirus
Una ruta de éxito. El recorrido, que este año ha sido reconocido por su calidad ambiental, se erige como un refugio al que huir de las aglomeraciones
GIOVANNA F. BERMÚDEZ
Lunes, 17 de agosto 2020, 00:04
La senda Costa Norte es la primera ruta del concejo de Castrillón en contar con un distintivo azul. Un galardón que la reconoce como un itinerario sostenible y de calidad ambiental, y que ha hecho que este año cuente con un número aún mayor de paseantes. Personas, en su mayoría de la región, que motivados por la crisis del COVID buscan un espacios seguros al aire libre, sin grandes aglomeraciones, en los que disfrutar de las jornadas soleadas.
La ruta, que parte de la localidad de San Juan y llega hasta el vecino concejo de Soto del Barco, es un recorrido cómodo y bastante amplio por la costa del municipio de Castrillón, haciendo parada en varias de sus playas como El Puerto, La Llada, Bahínas, Munielles o Bayas. Un itinerario que en las jornadas soleadas eligen diferentes grupos de paseantes, desde personas mayores que acuden a la playa, hasta familias con niños que eligen este sendero por su comodidad, pasando por personas que realizan el camino junto a sus animales.
En la jornada de ayer, eran muchos los grupos que se veían en Arnao subiendo por el camino que da acceso a la senda y que parte de la zona trasera del museo de la mina. Algunos como Marga Secades y Julio Candanedo, un matrimonio de jubilados de Oviedo, habían dedicado el día a descansar en la playa y aprovechaban esta vistosa ruta para dar un paseo antes de comer. «Es un camino perfecto, con unas vistas impresionantes y que está muy cuidado, además no te cruzas con mucha gente, da gusto», aseguraba la mujer, que a pesar de haber realizado tramos del recorrido en varias ocasiones nunca había llegado a completarlo. «No lo hacemos entero porque nosotros realmente venimos a Arnao a la playa, pero siempre vamos antes de comer hasta Santa María del Mar».
Precisamente desde la capital acudieron ayer muchos grupos de visitantes a realizar la ruta, la gran mayoría porque habían escuchado recientemente que había conseguido el distintivo de Senda Azul, lo que les había hecho interesarse por este itinerario, un lugar que describieron como «una buena alternativa para escapar de las aglomeraciones».
La senda, que tiene una dificultad media, se dibuja entre tramos asfaltados, pistas y senderos peatonales de madera, en su mayoría con unos dos metros de ancho, lo que posibilita que se pueda transitar por ella sin mayores problemas y que se pueda realizar fácilmente con niños. Así lo hizo ayer la familia Queipo García, de Gijón, unos apasionados del senderismo y la naturaleza que realizaban esta ruta por primera vez con la esperanza de poder acabarla si la pequeña Llara, de siete años, no se cansaba antes de llegar al final. «A primera vista no nos parece una ruta difícil, hacemos muchas excursiones de este tipo y la niña está acostumbrada, así que esperamos llegar al final», señalaban cuando se encontraban frente a la playa de El Puerto. Pero con llegada a meta o sin ella, los tres integrantes de la familia, incluida la más pequeña, apostaban por repetir la visita y recomendarla, ya que la encontraron «un lugar privilegiado, con unas vistas increíbles y con un sendero muy cuidado».
Aunque algunos de los usuarios más habituales de la senda, como Julián y Javier Guillén, vecinos de Avilés que paseaban ayer con su perra Anelka, si que apuntaron como aspecto a mejorar la recogida de basuras. «Es un sitio precioso pero hay algún tramo, como el que está entre Bahínas y Munielles, donde deberían recoger la basura más a diario. Nosotros hacemos la ruta todas las semanas y algunos días los residuos desbordan las papeleras, además tras los fines de semana se nota la mayor afluencia de gente, algunos muy poco civilizados».
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