Producción poco rentable

La caída de precios de la leche aparejada al fin de las cuotas lácteas y las posteriores reclamaciones y movilizaciones ganaderas han vuelto a poner de manifiesto las dificultades por las que atraviesa el sector en España. Pero no en todas las partes del país es igual. La situación es muy diferente para las explotaciones asentadas en la cornisa cantábrica con respecto a las de otras regiones. Y en ello juega un papel clave el modelo de producción.

Según uno de los últimos informes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente sobre la evolución del sector, existen dos modelos de producción diferenciados, uno menos vinculado al territorio y otro más arraigado a la tierra. En el segundo -asentado en zonas con tradición lechera y con pocas alternativas a esta actividad, con una mano de obra familiar y una capacidad de crecimiento limitada por la ausencia de disponibilidad de tierras- es en el que se enmarcan las explotaciones ganaderas de la cornisa cantábrica. A su menor capacidad de producción hay que sumar que los costes de producción que soportan son mayores. Por si esto fuera poco, el rendimiento por vaca también es menor que en el resto del país.

Para empezar, el crecimiento de las explotaciones para adaptarse al fin de las cuotas lácteas y a la nueva situación del mercado no se ha traducido igual. En todas las comunidades ha aumentado el número de vacas en sus ganaderías, pero mientras que en Aragón, Murcia, La Rioja o Valencia las explotaciones han duplicado su tamaño pasando a tener entre los años 2006 y 2013, de media, de 73 a 146 vacas; en la cornisa cantábrica sólo se ha pasado de 31 a 36 cabezas. El informe sobre la evolución del sector lácteo también refleja que el rendimiento que se obtiene por vaca en la cornisa es menor que en el resto de España. Si en el conjunto del país se logra una producción de 7.906 kilos de leche cruda por vaca -8.995 en las zonas no desfavorecidas- en la cornisa ronda los 7.500. Cifra que desciende hasta los 7.229 kilos por vaca al año en las zonas desfavorecidas de estos territorios.

3.301 euros de gastos al año

Los costes de producción son otro aspecto que juegan a la contra de los ganaderos de la cornisa. Todas estas regiones presentan unos menores márgenes que en otras áreas del país. Pero es que en el caso de Asturias, Cantabria o Galicia, los informes del ministerio revelan además que las ganaderías pierden dinero por producir leche, tal y como llevan años denunciando las organizaciones agrarias.

En el último estudio de costes y rentas de las explotaciones agrarias, para determinar el coste de producción se analizaron 631 explotaciones, con un censo conjunto de 39.911 cabezas. Se contabilizaron los ingresos obtenidos por producto bruto (venta de leche, de ganado, subvenciones y otros ingresos) y los costes de producción que soportan (pastos y forrajes, productos fitosanitarios, maquinaria, mano de obra, seguros, cargas sociales, instalaciones, impuestos...).

La comparativa de todas estas variables divide los datos por número de reses de las explotaciones analizadas en cada región. En Asturias, con cada vaca de leche un ganadero genera al año unos ingresos de 3.234,92 euros y soporta unos gastos de 3.301,73 euros. Esto supone unas pérdidas por vaca y año para las explotaciones asturianas de 66,81 euros. La situación es similar en Cantabria, con 71,29 euros de pérdida, y mucho peor en Galicia, con 355,56 euros por vaca. Por contra en Castilla y León los ganaderos obtienen una rentabilidad de 140, 04 euros por sus animales y en Andalucía incluso llegan hasta los 223,45 euros por vaca de leche y año.