«El Cares no es el infierno, pero hay que conocerlo bien»
Las empresas de turismo activo animan a los clientes a «no guiarse por el precio» y a reclamar «personal experto y medidas de seguridad»
LUCÍA RAMOS
LLANES.
Domingo, 12 de julio 2020
El rafting en aguas bravas es seguro y divertido si se practica con expertos y responsabilidad. Es la premisa que quieren dejar clara los empresarios de turismo activo de la comarca oriental, quienes reconocen seguir «consternados» por la muerte de la chica de catorce años, en un accidente mientras descendía el Cares el pasado 3 de julio. Quienes llevan décadas guiando a la gente por ríos, cañones y barrancos coinciden en señalar que el tramo en el que se encuentra el sifón donde perdió la vida la chica «no es el más adecuado para ir con niños o personas sin experiencia previa». «Por debajo de Niserias puedes meter a chavales que van a disfrutar muchísimo y sin pasos complicados», apunta Calo Soto, director de la Escuela Asturiana de Piragüismo.
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Y es que la actividad comienza mucho antes de subirse a la embarcación. «Los guías bajamos muchas veces el río, conocemos cada recodo y tenemos localizados los pasos complicados, de forma que sabemos, antes de empezar, si el grupo en cuestión puede meterse por ahí o hay que cambiar para otro sitio», indica Kike Bárzana, de la empresa Diver River, ubicada en Ortiguero (Cabrales). E indica que la premisa básica en este sector es que «el guía tiene que tener una percepción del riesgo, hay que adecuar la actividad a los clientes, no al revés».
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Conocer el río Es básico que quien vaya a guiar la actividad conozca el río a la perfección, así como sus puntos conflictivos.
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Personal Los empresarios aconsejan preguntar por quién va a guiar la actividad y exigir que sea alguien titulado y bien cualificado.
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Material En aguas bravas los expertos recomiendan ir equipado, además de con chaleco y salvavidas, con material de rescate como cuerdas, mosquetones y sistemas de poleas.
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Pasos complicados Hay que parar, estudiar cómo está el río y decidir por dónde y cómo pasar, quedándose uno de los guías a verificar desde tierra que los clientes pasan uno a un y sin problemas. Si es necesario se montará un sistema de cuerdas de apoyo.
El comprendido entre Arenas de Cabrales y Trescares, reconoce, «es un tramo exigente, por lo que no puedes meter a gente que no lo sepa». No obstante, recalca que el río más oriental de Asturias no es de los más peligrosos. «El Cares no es el infierno, pero hay que conocerlo bien», insiste. Y Calo Soto coincide, destacando que lo importante es «no guiarse por el precio» a la hora de elegir la empresa con la que realizar las actividades. «Aquí lo 'low cost' te puede salir muy caro y es mejor perder un poco de tiempo en enterarse de quién hay detrás de cada empresa, quién nos va a acompañar y qué titulación o preparación tiene», agrega.
Apoyo por carretera
En cuanto a las medidas de seguridad, desde Canoas Ribadesella Susana Gutiérrez comienza por las más básicas que se siguen en un río sin apenas peligro como es el Sella. «Les mostramos en un mapa todo el recorrido a los clientes y les damos una pequeña formación antes de entrar en el agua», indica. El chaleco, apunta, es «obligatorio para todos» y a él se añade el casco en el caso del Cares, donde sí hay rápidos y zonas más complicadas. Para entrar en el tramo medio, apunta Kike Bárzana, «siempre exijo experiencia previa», y recomienda el uso de kayak hinchable. «Es la forma de iniciarse en aguas bravas con seguridad y disfrutar desde el primer momento».
Además, continúa, «los guías llevamos materiales de rescate como cuerdas, mosquetones y sistemas de poleas por si hay que sacar algún kayak o pasa algo». En este sentido, y teniendo en cuenta que en gran parte del cauce del Cares no hay cobertura -fue este aspecto el que retrasó casi una hora la llamada al 112 tras el accidente-, «suelo llevar personal de apoyo por carretera con quien me comunico desde el río con walkie talkie».
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La ratio ideal, indica por su parte Calo Soto, es de «ocho personas y dos guías», uno de los cuales va abriendo la marcha y marcando la trayectoria mientras el otro controla que todo va bien. Especial cuidado hay que tener en aquello pasos más complicados, que están perfectamente localizados y conocen los guías bien preparados. «Hay que parar y estudiar el lugar, porque los ríos son cambiantes, para decidir por dónde y cómo pasar», explica. Y sigue: «Si es necesario se puede elaborar un sistema con cuerdas para asegurar el paso y uno de los guías debe vigilar desde tierra que todos los clientes pasan de uno en uno y sin problemas». Un aspecto, el de evitar los «tapones de gente» en el que también hace hincapié Susana Gutiérrez.
Y iempre que las condiciones no sean las adecuadas, la seguridad debe ir por delante. «Si hay que salir y portear por tierra durante un tramo, se hace», indica Soto. Y Bárzana apostilla que, eso sí, «en el deporte de aventura siempre existe el riesgo, como sucede si haces la ruta del Cares o subes al Urriellu».
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