Crimen del concejal de Llanes, Javier Ardines | El sicario, con antecedentes de drogas, actuó a cambio de dinero

Djelali B., el ciudadano originario de Argel que supuestamente ejecutó el crimen de Javier Ardines por encargo de Pedro Nieva, residía en Vizcaya desde hacía varios años. Exactamente, en la calle Fundación Jado, en el vizcaíno barrio de Altzaga, en un piso de protección oficial. No se le conocía trabajo legal y había acumulado condenas por tráfico de drogas. Frecuentaba ambientes «poco recomendables», según explicaron sus vecinos, que cuando la madrugada del martes vieron cómo lo detenían, no les causó sorpresa alguna. Fue el único que confesó haber participado en el plan urdido para atacar al concejal, pero intentó eludir la responsabilidad de su muerte echándole la culpa a su compinche, otro ciudadano argelino que huyó a Suiza en el mes de noviembre. Djelali B. explicó ante la jueza de Llanes que participó en la emboscada, pero que «solo» le pegó con un palo en las piernas y que cuando se fue del lugar Ardines estaba vivo. Explicó que tanto el golpe con el bate en la cabeza, como el gas pimienta y la asfixia habían sido obra del otro sicario. Él quería pegarle «solo un poco». Recibieron 25.000 euros para ambos por ejecutar este crimen. Fue en su coche en el que se desplazaron desde Bilbao a Llanes en varias ocasiones para estudiar el terreno y, después, materializar el plan.