«Por favor, no hagáis fiestas»
Carmen Aguirre cumplió 19 años en el hospital. La paciente asturiana más joven ingresada en la UCI, a quien su asma complicó la recuperación, ha logrado vencer a la covid. Junto a sus padres y su hermano envía un mensaje a los jóvenes
JUAN VEGA
Miércoles, 9 de diciembre 2020, 02:18
El pasado 16 de noviembre a Carmen Aguirre le hubiera gustado celebrar su 19 cumpleaños de manera normal. Una tarta en familia y tal vez algún pequeño capricho. No mucho más, debido a que la situación actual de la pandemia impide la realización de fiestas y reuniones numerosas, pero lo que nunca imaginó es que lo pasaría postrada en una cama del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y que 24 horas más tarde estaría enchufada a los cables y a la pantalla de una UCI. Carmen Aguirre se convirtió de la noche a la mañana en la paciente asturiana más joven en estar ingresada por coronavirus en una Unidad de Cuidados Intensivos. «En el momento en el que me intubaron pensé que me iba a morir», lamenta, entre lágrimas, y recuerda la angustia que le producía el «ajetreo constante» de la sala en la que se encontraba: «Al paciente que tenía justo al lado tenían que atenderle continuamente». En total pasó 12 días en el HUCA, tres de ellos en la UCI, antes de recibir el alta. Por suerte, se recupera favorablemente en su casa, acompañada de su familia, desde donde lanza un llamamiento a los más jóvenes: «Dejad de hacer fiestas; el riesgo de contagio se multiplica de manera exponencial».
El coronavirus entró en la casa de la familia Aguirre Gutiérrez el miércoles 11 de noviembre. Una prueba PCR confirmaba que su padre, Javier, era positivo. Al parecer se contagió en su trabajo en Avilés. A diferencia de su hija, este informático superó la enfermedad sin ningún tipo de complicación. Carmen no corrió la misma suerte. Ese mismo día, por la tarde, también dio positivo y, tras haber notado algún síntoma leve, la fiebre le comenzó a subir de manera progresiva. «Recuerdo que lo que más notaba era la sensación de cansancio; me obligaba a estar en la cama», describe.
Se desmayó por la fiebre
Su condición de asmática abría la puerta a una posible complicación, pero su corta edad, a priori, jugaba a su favor. En los días siguientes, su temperatura corporal no hizo más que subir. Superó los 39 grados y llegó incluso a desmayarse. A pesar de su enfermedad recuerda como, en ese momento «no» tenía ningún problema para poder respirar.
Pero el viernes 13 se produjo un punto de inflexión. «Escogimos la mejor fecha», ironiza su madre, que se llama igual que su hija y que imparte clases en la Formación Profesional de Sanidad. Este último aspecto no es baladí, ya que fue ella la que esa misma noche detectó que los niveles de oxígeno en sangre de su hija estaban muy por debajo de los límites establecidos, después de realizarle una prueba con un pulsioxímetro, por lo que la llevaron al HUCA. «No quedamos tranquilos porque a las cinco de la mañana le dieron el alta», relata. Sin embargo, a la mañana siguiente la familia se volvió a poner en alerta después de que una llamada desde el hospital les advirtiera de que «se habían detectado infiltrados», provocados por la covid, dentro de los pulmones de Carmen. Lo primero que pensó, cuando le dijeron que tenía que ingresar en una de las habitaciones de la quinta planta del HUCA, fue que tendría que celebrar sola su cumpleaños, fechado para tan solo dos días después. «No me gustaba la idea». El del 16 de noviembre de 2020 será sin duda «el peor cumpleaños de mi vida, nunca hubiese imaginado pasarlo en un hospital», rememora.
A pesar de haber vivido uno de los momentos más complicados de su vida, el personal sanitario, consciente de la situación de Carmen, dio un «tremendo» impulso a su estado anímico regalándole una pancarta de felicitación y una tarta coronada con un 19. «Agradecí mucho el detalle de los médicos y luego se lo conté a mis padres todo por una videollamada».
Necesitó rehabilitación
Sería la última vez que sabrían de su hija hasta que a la mañana siguiente un médico les comunicó, por teléfono, que debido a un empeoramiento en su neumonía la habían trasladado a la UCI. «Nos extrañó, porque la llamamos al teléfono y no lo cogió», asegura su padre. Comenzarían, en ese momento los peores tres días de la familia Aguirre Fernández.
Por una parte, la joven describe como en el momento que la intubaron pensó que su vida iba a terminar allí: «No sé si era por la sedación, pero llegué a ver 'flashbacks' de mi familia». Por otra parte, sus padres y hermano vivieron con especial intensidad e incertidumbre las 72 horas que pasó en la UCI. «Estábamos en casa mirando una foto suya en la que estaba sonriendo; nos daba fuerza», comentan. Fue el más pequeño de la casa, su hijo Javier, «quien nos dio ánimos para seguir adelante».
Tras tres días en la UCI, Carmen comenzó a presentar signos de mejora y fue reubicada en una habitación de la planta número cuatro del Hospital Central. Allí logró vencer definitivamente al coronavirus, al que logró expulsar de su organismo varios días antes de recibir el alta el día 26 de noviembre. A pesar de haber ganado la principal batalla contra la enfermedad, los doce días que estuvo postrada en una cama le ocasionaron serias dificultades para moverse y fue necesaria la intervención de un fisioterapeuta para que recuperase la movilidad y ser medianamente independiente.
Por el momento, espera «con ansia» al día 14 de este mes, momento en el que se realizarán de nuevo las pruebas para certificar que la neumonía ha desaparecido por completo. «Será entonces cuando hayamos vencido», concluye la familia Aguirre Fernández, mucho más aliviada.