«Nos creemos invencibles por ser jóvenes, pero esto es una ruleta»

La vida de Carmen Aguirre Fernández, de 19 años, corrió peligro después de contagiarse en noviembre del coronavirus y desarrollar una neumonía que la mantuvo tres días en la UCI y doce en el HUCA de Oviedo. «Es una persona muy responsable que siempre fue consciente del riesgo y mantuvo todas las precauciones posibles para no cogerlo», aseguran sus padres, Javier y Carmen. Pero al final, el coronavirus apareció donde menos esperaban: en casa. Su padre se contagió en el trabajo y, así, se introdujo en el domicilio de Carmen.

Estudiante del grado de Administración y Dirección de Empresas, Carmen lanza un mensaje de advertencia, dirigido especialmente a su generación: «Es importante que los jóvenes no nos dejemos engañar por nuestra edad y por esa falsa sensación de invencibilidad, propia de nuestra edad; el virus puede destruir a cualquier persona, incluso si estaba sana».

En su caso asegura que siempre fue consciente de los riesgos y evitó «al máximo» cualquier contacto fuera de su familia. Sin embargo, alerta, el virus es «una ruleta» que no entiende de momentos puntuales, por lo que «puede tocarle a cualquiera».

La estancia en el hospital de Carmen fue especialmente dura. Un día antes de ingresar en la UCI cumplió los 19 años. Sin embargo, los sanitarios encargados de darle cuidado elaboraron un cartel para ella y le regalaron una tarta de aniversario. Por todo lo anterior y por el trato recibido, la joven decidió enviarles a todos ellos una carta de agradecimiento.

«Superé el coronavirus gracias al esfuerzo de personas anónimas que lucharon por mi vida. A todas ellas, es poca es la gratitud que les podemos demostrar; por primera vez en mi vida me di cuenta de la verdadera fragilidad que tiene la vida y de vuestra maravillosa labor en esos momentos tan cruciales. Siempre voy a estar agradecida», concluye en su escrito al personal sanitario.