Los peritos afirman que no hubo forcejeo antes del apuñalamiento de Luis Salazar
Los investigadores contradicen, de este modo, la legítima defensa que alegó el acusado de matar a cuchilladas a su yerno en Mieres
ALEJANDRO FUENTE
OVIEDO.
Jueves, 10 de noviembre 2022, 00:31
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo acogió ayer la tercera sesión del juicio por el crimen de Luis Salazar en Mieres, ocurrido el 12 de noviembre de 2019, a manos de su suegro quien confesó su autoría, Juan Antonio F. R. Fue el turno de la exposición de pruebas periciales a cargo del grupo de inspecciones oculares de la Policía Científica. Realizaron una descripción exhaustiva de la escena donde sucedieron los hechos -en la cocina de la vivienda del fallecido- y de las heridas que el arma, un cuchillo de grandes dimensiones, aseguraban, provocó en el cuerpo de la víctima. La crudeza del relato obligó a que una de las hermanas tuviera que abandonar la sala de vistas. Los especialistas negaron ante el jurado que hubiera indicios de una lucha previa entre ambos. «No hubo forcejeo», apuntaron sobre las evidencias observadas.
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Esta versión choca frontalmente con lo declarado por el propio acusado el primer día del juicio; entonces dijo que acudió a la vivienda de la víctima -quien estaba en proceso de separación de su hija- para hablar de una discusión que tuvieron el día anterior a cuenta de la custodia del hijo que entonces tenía dos años. Testificó que Salazar lo cogió en volandas y que lo tiró contra el fregadero de la cocina. Alegó legítima defensa.
En la vista de ayer, los agentes explicaron que las primeras heridas que pudo recibir la víctima fueron en el brazo izquierdo. «Después, hay cortes en los dedos de las manos que dan a entender que, ante ese primer ataque, -Luis Salazar- tuvo la reacción de coger el filo del cuchillo para defenderse». Hubo más heridas en las extremidades, con cortes en los tendones de una muñeca que denota la fuerza del ataque, apuntaban. Hasta llegar a una en el abdomen, «que fue la que provocó que cayera al suelo», pero que presumiblemente no fue la que le causó la muerte. No obstante, añadían que sobre este asunto -la gravedad de los cortes y el que le causó la muerte- hablarán en la sesión de hoy los forenses. Lo que sí pudieron asegurar es que, una vez en el suelo, la víctima recibió más cuchilladas, muchas de ellas en la cabeza. En total, fueron 25.
Los peritos apuntaron que los indicios eran compatibles con que el acusado atacara a Luis en la cocina porque no había espacio suficiente en el pasillo -por su estrechez- y que el arma homicida pudo ser extraída de la casa cubierta con una toalla.
Sin bulto bajo la ropa
La defensa ejercida por el letrado Antonio Pineda llamó a la última persona que vio al acusado antes de crimen, el conductor del autobús en el que viajó de Ujo a Mieres. Aseguró que no portaba bolsa alguna ni aparentaba llevar utensilio alguno -como un cuchillo- bajo la ropa.
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Para hoy está previsto que se adelante la exposición de las conclusiones finales por las partes y el viernes se facilitará al jurado el objeto del veredicto para que comience su deliberación. Fiscalía y acusación particular, ejercida por Ignacio Botas, piden 22 y 25 años de cárcel, respectivamente, por un delito de asesinato. La defensa, siete por homicidio doloso.
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