Por turnos y «sigiloso», así es el encierro de los autónomos en la iglesia de La Felguera
Cada día acuden a las puertas del templo langreano numerosos compañeros y vecinos para llevarles comida y brindarles su apoyo
M. VARELA
LA FELGUERA.
Domingo, 15 de noviembre 2020, 00:10
«Comenzar el día es lo peor, hay mañanas en las que te llama el banco, los proveedores... Todos quieren saber cuándo vamos a abonar las facturas pendientes, que se van acumulando». Es el testimonio de uno de los autónomos que protagonizan el reivindicativo encierro en la iglesia de San Pedro de La Felguera para reclamar ayudas urgentes que hagan que sus negocios no vayan a pique. Un encierro representativo de todos los comerciantes y hosteleros de valle del Nalón.
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Su encierro comenzó en la tarde del jueves y desde entonces se turnan en tandas de seis, aproximadamente. Se trata de un encierro indefinido que acabará «cuando se desbloqueen las medidas de ayuda municipales», explican los afectados. Al menos esa es su intención.
Las horas se hacen largas y quienes ocupan el templo no quieren irrumpir el día a día en el templo. Mientras, intentan distraerse con lo que pueden, usando sus teléfonos móviles o leyendo. Eso sí, «cumplimos con la distancia de seguridad y somos muy sigilosos, la mayoría del tiempo estamos en silencio», indican.
Cada mañana se cambian, entra el nuevo turno. «No queremos dar nombres, esté quien esté, representa a todos los afectados por este segundo cierre que ha hecho mucho daño a nuestros negocios», subrayan. Y es que a todos les une un problema común. «Esta situación llega a desesperarnos, somos conscientes de que las normas sanitarias deben cumplirse, pero nos tienen que ayudar a no caer. Nosotros no nos rendimos pero a muchos comienzan a ahogarles las facturas y tememos muchos cierres», agregan. Los autónomos del valle del Nalón se sienten indefensos; «tenemos que pagar sin ingresos y eso es algo completamente insostenible», apuntaban.
«Detrás de cada negocio hay una familia que depende de ese trabajo para poder salir adelante, para comer», explica uno de los portavoces de comerciantes y hosteleros, Iván Suárez.
En su lucha no están solos. Cada día numerosos compañeros y vecinos se congregan junto a la iglesia de La Felguera en señal de apoyo para los encerrados. Cada día desde que comenzó su encierro a las diez de la mañana y a las seis de la tarde, un nutrido grupo de personas acude a darles ánimos. Algunos incluso les llevan algo de comida y y se ha creado una caja de resistencia para ayudar al sector.
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Cuando el reloj marca las 20 horas y siguiendo su horario habitual, la iglesia de San Pedro de La Felguera cierra sus puertas y llega entonces el aislamiento total. «Son muchos los problemas que tenemos y pocas soluciones, la cabeza te da mil vueltas. Sin querer te pones a pensar y tardas en dormirte», dice. No obstante, seguirán hasta que puedan.
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