El desplome de Ciudadanos, caladero de votos tanto a izquierda como a derecha

En aquel momento sumó 73.523 votos, prácticamente todos en la circunscripción central, aprovechando tanto el tirón de la marca que entonces estaba en su mejor momento como el prestigio de su candidato, el exrector de la Universidad de Oviedo, Juan Vázquez. Este, sin embargo, renunció al acta de la formación naranja antes de la constitución de la Junta al verse en la oposición y no compartir la política de pactos del partido, y más concretamente el acuerdo para dejar en manos del popular Alfredo Canteli la Alcaldía de Oviedo.

La situación ahora es totalmente distinta. Durante los últimos años la marca de Ciudadanos se ha ido languideciendo y, en poco más de doce meses, ha perdido sus cuatro gobiernos autonómicos -Comunidad de Madrid, Murcia, Castilla y León y Andalucía- así como su representación en los parlamentos de Madrid y Andalucía. En Asturias, tanto el partido como el propio grupo parlamentario han registrado una cascada de dimisiones e, incluso, expulsiones. Con este panorama nacional y regional, existen muchas dudas sobre el futuro de esta fuerza política pese a la proclamada refundación por parte de Inés Arrimadas.

Y, en este contexto, no es extraño que el resto de las fuerzas miren con anhelo este caladero de votos. Hasta el momento, en el resto de las comunidades ha sido el PP quien ha absorbido la práctica totalidad de los escaños que ha perdido la formación naranja y la presidenta de los populares asturianos, Teresa Mallada, ha insistido en su último comité ejecutivo en hacer un llamamiento del centro derecha y presentar a su partido como «la gran casa común» de ese espectro político.

La formación cuenta con el efecto Feijóo como principal baza. Un líder nacional de perfil moderado y por lo tanto atractivo para el votante de Ciudadanos. También la experiencia de Gobierno de coalición PP-Ciudadanos en el Ayuntamiento de Oviedo podría ayudar a los populares a capitalizar el voto naranja e, igualmente, se espera que el PP reciba el apoyo de aquellos que consideren necesario un giro radical en políticas económicas ante la incontrolable subida de precios de suministros y materias primas.

Sin embargo, al menos en este momento, en Asturias no está tan claro que el PP vaya a hacerse con todo el movimiento de votos que se espera como consecuencia del desplome de Ciudadanos, por lo que se han generado expectativas para captar a estos potenciales electores tanto a derecha como a izquierda del hemiciclo.

Hay varias razones. La primera es el escenario político asturiano, donde el PSOE de Adrián Barbón se encuentra en un momento cómodo, con la ventaja que supone estar en un gobierno en ejercicio y con buenas expectativas electorales frente a un oposición divida en todo un abanico de siglas y carente de liderazgo claro. De hecho, el retraso en la celebración del congreso del PP de Asturias, y la incertidumbre que esto está generando en relación al futuro de los populares asturianos, provoca dudas incluso entre dirigentes del propio partido sobre su capacidad para captar estos votos que ahora parecen huérfanos.

También la figura de quien fuera el candidato de Ciudadanos en la pasada legislatura, y por lo tanto gancho de buena parte de los apoyos recibidos por esta formación en 2019, Juan Vázquez, socialdemócrata reconocido, hace pensar en algunos círculos que se trata de un voto más cercano al PSOE y que ahora podría volver a sus orígenes.

En medio de todo está el acercamiento del Gobierno de Adrián Barbón a Ciudadanos tanto para la negociación de los presupuestos en curso como para sacar adelante polémicas disposiciones como la Ley de Calidad Ambiental, lo que ha suscitado duras críticas por parte de las formaciones de la izquierda, que recriminan al líder socialista un giro hacia el centro por puro interés electoral. Se verá el próximo mes de mayo.