Fuegos que crean su propio clima
Naturaleza. Las 'generaciones' de incendios se clasifican según su comportamiento, propagación y afectación al paisaje y a la población
Los incendios forestales que han coincidido con la intensa ola de calor que azota a España este mes de agosto han devastado casi 400.000 hectáreas en todo el país. Aquellos que permanecen sin control se encuentran en Galicia, Castilla y León y Asturias. En los últimos días Asturias ha destinado todos sus esfuerzos y medios para combatir, especialmente, los tres incendios que permanecen activos: el de Degaña, el de Genestoso en Cangas del Narcea y el de Somiedo en el entorno de Caunedo, Gúa y Perlunes.
Estos incendios, catalogados por los expertos forestales como de 'sexta generación' se caracterizan por su rápida velocidad de propagación, que los hace casi imposibles del controlar.
Para entenderlo, resulta imprescindible explicar todos los tipos de incendios que se han registrado a lo largo de los años, y cómo han evolucionado en el tiempo. En otras palabras, las 'generaciones' de incendios forestales clasifican la evolución de estos fenómenos por su comportamiento, propagación y afectación al paisaje y a la población, reflejando la acumulación de combustible, la extensión de las áreas boscosas, la creciente interconexión entre entornos naturales y urbanos, y su capacidad para desatar tormentas de fuego con el cambio climático. Así lo explicó a este periódico, Francisco 'Paco' Castañares, experto en materia forestal en la lucha y prevención contra incendios.
En concreto, Castañares explica que los fuegos de primera generación son «incendios de poca intensidad que se propagan por la superficie», en áreas de vegetación herbácea y arbustiva resultantes del abandono de campos de cultivo.
Seis generaciones de incendios
Primera generación
Década de los 50-60. Superficie quemada:1.000 - 5.000 hectáreas. Son incendios de poca intensidad que se propagan por la superficie, en áreas de vegetación herbácea y arbustiva resultantes del abandono de campos de cultivo.
Segunda generación
Década de los 70-80. Superficie quemada:5.000 - 10.000 h. En los incendios de segunda generación se incrementa la velocidad de propagación» debido a la acumulación de combustible en parcelas abandonadas, creando un entramado más denso de vegetación.
Tercera generación
Década de los 90. Superficie quemada:10.000 - 20.000 h. Ocurren cuando la falta de gestión forestal provoca la acumulación de biomasa que permite que el fuego escale a las copas de los árboles, dando lugar a incendios más intensos.
Cuarta generación
Desde los 2000. Superficie quemada:20.000 - 30.000 h. En los de cuarta generación, la preocupación se traslada a la interfaz urbano-forestal, donde el fuego se propaga fácilmente entre las zonas boscosas y las áreas de viviendas y urbanizaciones.
Quinta generación
Desde los 2000. Superficie quemada:30.000 - 40.000 h. El quinto tipo de fuego se caracteriza por la simultaneidad, ocurriendo varios incendios de alta intensidad a la vez, lo que colapsa los servicios de emergencia y pone en riesgo a poblaciones enteras.
Sexta generación
Desde los 2000. Superficie quemada:40.000 hectáreas en adelante. Se trata de fuegos extremos y poco predecibles, capaces de generar sus propias condiciones meteorológicas y tormentas de fuego.
En los incendios de segunda generación, «se incrementa la velocidad de propagación» debido a la acumulación de combustible en parcelas abandonadas, creando un entramado más denso de vegetación.
Ya en los de tercera, otras causas están incluidas. Ocurren cuando «la falta de gestión forestal provoca la acumulación de biomasa que permite que el fuego escale a las copas de los árboles», dando lugar a incendios más intensos y con focos secundarios.
En los de cuarta generación, la preocupación se traslada a la interfaz urbano-forestal, donde el fuego se propaga fácilmente entre las zonas boscosas y las áreas de viviendas y urbanizaciones sin huertos u otro tipo de usos del campo que generen cortafuegos naturales.
El mayor peligro se encuentra en los incendios de quinta y sexta generación, que representan un nivel de riesgo para las poblaciones muchísimo mayor, Según Castañares, el quinto tipo de fuego «se caracteriza por la simultaneidad, ocurriendo varios incendios de alta intensidad a la vez, lo que colapsa los servicios de emergencia y pone en riesgo a poblaciones enteras».
Y el de sexta generación, el de máxima escala dentro de la pirámide, se trata de fuegos «extremos y poco predecibles, capaces de generar sus propias condiciones meteorológicas y tormentas de fuego». El cambio climático contribuye a su aparición, «aumentando su velocidad, intensidad y capacidad de modificar la atmósfera, convirtiéndolos en fenómenos fuera de la capacidad de extinción tradicional y priorizando la evacuación», explicó.
Este último tipo de incendios es el más peligroso y de los que se están viviendo en España y en países como Portugal. En este sentido, el experto en lucha contra incendios Paco Castañares afirma que «un incendio de sexta generación se caracteriza por tener una alta intensidad, así como una alta velocidad de propagación. Las inmensas intensidades energéticas emitidas por estos incendios en días de fuerte inestabilidad atmosférica vienen a desarrollarse tras periodos de aridez repetidos. Pero tienen una intensidad tan alta que son capaces de alterar la dinámica de las capas altas de la atmósfera. Esta capacidad les permite generar su propia meteorología, haciendo que sean impredecibles y prácticamente imposibles de controlar», señaló.
Añadió que «el problema es que estos incendios no se pueden apagar y tampoco hay capacidad de extinción para hacerlo. Para que la gente lo entienda, no se trata de falta de medios, sino que es un problema de falta de prevención y de gestión. Lo he repetido desde 2018. Lo explico más gráficamente para que se entienda. Imaginemos a los tres ejércitos más poderosos del mundo, los de Estados Unidos, China y Rusia, con todo el armamento, toda la tecnología y todos los militares que tienen, que en lugar de estar preparados para la guerra, estuviesen preparados para la extinción de incendios. No tendrían nada que hacer. No podrían apagar esos incendios. Por tanto, olvidémonos de apagarlos», sentenció el experto.
Y a la interrogante de ¿cuándo se apagan si con medios humanos es imposible? La respuesta según Castañares es que «se apagan cuando cambian las condiciones meteorológicas y se deshace, digamos, la gran coalición que forman la atmósfera y la intensidad térmica del incendio», explica.
Características según el tipo
Los incendios de primera generación se caracterizan por su continuidad. En los de segunda generación, a la continuidad se le suma la velocidad. Los de tercera generación son de alta intensidad, además de ser veloces y continuos. Los de cuarta, ya afectan el tejido urbano. Ya sea por el crecimiento de este dentro del bosque como por la llegada del bosque al casco urbano. Los de quinta generación tienen todo lo anterior, más la característica de la simultaneidad. Y los de sexta generación causan además una alteración atmosférica importante que los vuelve incontrolables.
Tipos de incendios según su propagación
Topográficos
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El factor principal es el relieve donde la pendiente del terreno influye en el comportamiento del fuego. El factor dominante es la dinámica local de vientos de convección originados por calentamiento solar diferenciado de la superficie terrestre.
De viento
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La dirección e intensidad del viento son los motores de la propagación. Estos incendios suelen ser difíciles de controlar porque el viento incrementa la extensión de los fuegos e impide su manejo.
Convectivos
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Un incendio convectivo es aquel donde la propagación principal del fuego se da por el desplazamiento del aire caliente y los gases que produce el incendio, formando una columna de humo ascendente que puede generar nuevos focos a distancia. Se caracteriza por su rápida propagación, alta intensidad y la formación de nubes de fuego. En otras palabras el calor generado por el fuego hace que el aire circundante se caliente, se expanda y ascienda debido a la menor densidad del aire caliente. Suelen ser peligrosos.
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