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Gabriel Bernal, Fiscal Superior de Asturias, en su despacho en Oviedo. Juan Carlos Román

Gabriel Bernal

Fiscal Superior de Asturias
«La plantilla de la Fiscalía de Asturias es muy corta y está saturada por la cantidad de casos a los que atender»

Gabriel Bernal, Fiscal Superior de Asturias, muestra su preocupación «por la desinformación de los jóvenes sobre violencia de género» y alerta de que el Principado «está empezando a ser un centro de recepción y distribución de droga a gran escala»

Chelo Tuya

Gijón

Miércoles, 8 de octubre 2025, 20:49

Dice que tuvo más opciones, pero, realmente, apellidándose Bernal en Asturias la senda legal y, especialmente, la de convertirse en fiscal venía de serie. Su ... padre, Jesús Bernal, aún es hoy considerado 'maestro de fiscales' y de él heredó su hijo, Gabriel Bernal (Salamanca, 1962) no solo la predilección por el Ministerio Fiscal, sino también la templanza. En su currículo destaca, entre sus múltiples cargos, el haber sido el primer fiscal especializado en Asturias en violencia de género. Hoy ocupa el despacho de Fiscal Superior de Asturias. Por su mesa pasarán más de 400 decretos para firmar, así como las necesidades humanas y materiales de la Fiscalía del Principado. En un momento de tormenta en la Fiscalía General del Estado, que a él le causa tristeza, pero que considera anómala. Volcado en todo ello, en alguna esquinita de su despacho se pueden ver sus otras pasiones: una guitarra de rock y una moto cruisser. Quizá Bernal tuvo otras opciones, pero se quedó con seguir los pasos de su padre en la Fiscalía.

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Apellidándose Bernal, ¿había otra opción a ser fiscal?

-(Risas) Sí. Somos cinco hermanos y tres, los tres varones, hemos optado por el derecho, mi hermano mayor es catedrático de Derecho Penal y el pequeño es abogado, un excelente abogado. Mis hermanas, una es hematóloga en el HUCA y la otra es pedagoga.

-En su toma de posesión recordó a su padre, Jesús Bernal, maestro de fiscales. ¿Lo tiene muy presente?

-Constantemente. Ha sido una figura, por supuesto que a nivel profesional ha sido un referente en la carrera fiscal, pero como comprenderá usted, por sus cualidades humanas, ha sido para nosotros, para su familia, una presencia fundamental. A la hora de conformar nuestra personalidad también nos ha influido muchísimo en sentido positivo.

-Todos recuerdan de su padre la templanza. ¿Es una cualidad necesaria en un puesto como el suyo?

-Absolutamente. Pero no solo ya cuando uno ostenta una jefatura y no solo en la carrera fiscal sino también a la judicial. Más allá de las jefaturas quienes ostenten mando, que sobre todo y también, pero todos aquellos que actúan en el ámbito de la justicia creo que es necesario un cierto sosiego, templanza, tranquilidad a la hora de desempeñar nuestros quehaceres para poder distanciarnos de los asuntos y mirarlos con ecuanimidad, con calma, desproveernos de sentimientos o afectaciones emocionales que a veces enturbian una solución correcta y adecuada a los asuntos.

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-¿Y eso es fácil? Porque el ruido mediático ahora es muy superior al que había en la época de su padre. 

-De alguna manera estamos preparados para ello porque como forma parte de nuestra obligación el ser ecuánimes, imparciales, objetivos, ya desde el principio, cuando empezamos a trabajar, tenemos casi como una impronta ya a la hora de enfocar desapasionadamente los asuntos que se nos encomiendan. Con el tiempo, adquiere uno ya una cierta habilidad a la hora de no escuchar.

-Su antecesora en el cargo, María Eugenia Prendes, siempre dijo que llegó a la Fiscalía de Violencia de Género porque usted 'la lío'. ¿Fue fácil poner en marcha ese área?

-Cuando empecé yo fue en 1998. De aquella recibimos todas las fiscalías de España una instrucción de la Fiscalía General del Estado diciendo que se detectaba un problema importante criminal en los delitos cometidos sobre mujeres y menores. Entonces el interés de la Fiscalía General era que se abordara de una manera específica el tratamiento de estas materias en las fiscalías y para ello había que crear un fiscal coordinador en cada una. Repare en que de aquella principio el enfoque era de violencia doméstica...

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«Cuando se creó la fiscalía de violencia de género el sistema no entendía el motivo»

-No había ni Ley Integral, que no llegó hasta 2004.

-Exactamente. Afortunadamente, cuando llegó se introdujo el enfoque de género que ahora impregna ya todo nuestro ordenamiento jurídico y lo que era violencia doméstica ahora ya se enderezó, se focalizó como violencia de género y yo pasé a ser fiscal delegado. Y fue, efectivamente, muy difícil al principio, sobre todo a partir de la ley de 2004, recuerde que hubo un cuestionamiento de constitucionalidad, que se ponía en tela de juicio y no se entendía por buena parte de los operadores jurídicos, por los propios compañeros, por la judicatura... No se entendía.

-¿No?

-Decían ¿Qué es esto de la violencia de género? ¿Qué es esto de la violencia contra la mujer? No acababa de entenderse y hubo que luchar también dentro de la propia casa por hacer comprender cuál era la realidad que teníamos entre manos y se tomara conciencia de que era un problema de primera magnitud y que el enfoque que había que hacer era ese, el de género. Por eso digo que al principio no fue muy fácil, como tampoco fue fácil el que el primer delegado de Asturias fuera un hombre. No se entendió. Se pensaba que tenía que ser una mujer, cosa que perdía de vista que lo que tenía que ser era, sobre todo, un técnico, un especialista en la materia. Da lo mismo que sea un hombre o una mujer, debe ser una persona especializada y además con sensibilidad en la materia. Modestamente creo que, en su momento, quien me eligió a mí o me propuso, el que era fiscal superior Rafael Valero, creyó ver en mí esas cualidades y por eso me eligió.

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«El problema de la violencia contra la mujer es incuestionable. Hay que abordarlo como se debe»

-Dice que, al principio, no se entendía un fiscal especializado en violencia sobre la mujer. ¿Se entiende hoy?

-Sí, perfectamente.

-¿Seguro? Hay voces que lanzan discursos contrarios a la existencia de esa violencia.

-Sí, eso es un discurso minoritario. A mí lo que me importa sobre todo es que a nivel de judicatura, de fiscalía, en general de la Administración de Justicia, todos lo tenemos muy claro y no es polémico el tema.

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-¿Seguro?

-Todos sabemos que el paradigma de enfoque de género impregna nuestro ordenamiento jurídico y, además, esa es la perspectiva correcta y adecuada. Que luego, al margen, pueda haber alguna corriente de opinión pequeña y, entiendo minoritaria, que pretenda negar esta realidad me preocupa, pero relativamente, porque no deja de ser algo que yo creo que va contracorriente. Uno puede empecinarse en querer ver las cosas de otra manera pero la realidad es esta: el problema de violencia sobre la mujer es incuestionable, incontrovertible y hay que abordarlo como se debe. Estas corrientes de opinión minoritarias me preocupan, porque no dejan de ser una excepción al entendimiento correcto del tema. Creo que hay que insistir siempre con la labor pedagógica y dejar las cosas claras.

-Pedagogía hará falta, porque las últimas encuestas alertan de que los jóvenes no creen en la violencia machista.

-Sí, yo les veo desinformados. Y si preocupa algo esta situación, no es tanto ya, digamos, nivel de una población adulta como de gente más joven que, efectivamente, en no pocos casos estás viendo que tienen determinadas ideas o planteamientos que, como mínimo, son chocantes o sorprendentes. Se supone que la gente joven en general es de miras más abiertas, flexibles, comprensivas... Que esté calando en un sector de la juventud este planteamiento, es preocupante. Por eso, desde luego, la labor didáctica y pedagógica sigue siendo fundamental y no debemos en absoluto bajar la guardia. Tenemos que a estas generaciones jóvenes seguir inculcándoles la realidad del problema de violencia sobre la mujer y que sean conscientes de cuál será el foco correcto de la cuestión.

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«Tenemos que inculcar a las generaciones jóvenes la realidad de la violencia sobre la mujer»

-Usted logró, como fiscal, la condena del feminicidio de Isaura Pascual, en 2006. ¿Pensó alguna vez que, casi 20 años después, habría crímenes cómo aquel?

-Me gustaría pensar que llegaremos alguna vez a la erradicación, pero lo veo dificilísimo. No hay que recurrir a planteamientos utópicos, sino ser más bien realista. Lo que puede ser verdaderamente importante es reducir en el mayor grado posible las cifras de criminalidad. Es lo que yo creo que tenemos que centrarnos. Y en ese sentido, aunque efectivamente las cifras siguen siendo enormemente llamativas, yo sí detecto alguna mejoría, porque yo recuerdo que cuando empezamos los delegados de las Fiscalías de España a trabajar en ese tema, la cifra de muertes violentas en toda España andaba por 80 o 90, ahora estamos por la mitad. Se ve que ha habido un decrecimiento progresivo a lo largo de los años y eso me parece positivo, pero tampoco se debe bajar la guardia, porque casi 50 mujeres muertas en España por estos hechos no es admisible. Las administraciones seguimos trabajando.

-¿Como?

-En Asturias, desde el año pasado, impulsado por María Eugenia Prendes, y yo lo quiero potenciar, hemos creado una específica sección de Violencia de Género que se va a dedicar en exclusiva a esto. Vamos a resaltar que se tenga conocimiento del compromiso y la preocupación que desde la Fiscalía damos al tema. Un valor también pedagógico.

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-En Violencia de Género hay ahora dos nubes. Por un lado, la concentración de sedes, que ha generado protestas en algunos concejos. Por otro, el paso a los juzgados de Violencia sobre la Mujer de los casos de agresión sexual y trata. ¿Hay dotación suficiente para asumir esa carga? La propia fiscal de violencia en Asturias, Aranzazu Fernández, contó en una entrevista a EL COMERCIO que las vistas se están señalando ya para 2027.

-La ley prevé un incremento de la dotación de los juzgados. También a nivel de fiscalía, en Gijón, por ejemplo que es donde se va a comarcalizar, está prevista y de hecho ya la ampliación con un fiscal más. Con estadísticas fiables, cuando termine el año haremos una evaluación para ver qué representa en aumento de procedimientos la incorporación de este elenco de nuevos delitos. En función de los datos valoraremos la oportunidad de recomendar una ampliación de plantilla.

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«La cantidad de servicios que atendemos es desproporcionada para el número de fiscales que somos»

-Como Fiscal Superior de Asturias, ¿cómo ve a la Fiscalía? ¿Necesita más plantilla? ¿Mayor espacio?

-Bien, la pregunta me deriva hacia cuestión de dotación personal y material. Son, definitivamente, distintas pero complementarias. A nivel de plantilla, yo creo que estamos muy cortos.

-¿Cuántos fiscales hay?

-Somos 53 en toda Asturias. La tasa de litigiosidad de Asturias es la más alta de España. También la de resolución de asuntos. Todo lo que suponga trabajo judicial va a repercutir en la Fiscalía. Por ser más concreto, en cuanto se refiere al despacho de asuntos, el volumen que manejamos en la Fiscalía es razonable y asumible. Lo que nos distorsiona enormemente es la cantidad de señalamientos, juicios, vistas, comparecencias... Porque en Asturias se da una particularidad...

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-¿Cuál?

-En Asturias tenemos una multiplicidad de partidos judiciales que se explica y se entiende por la orografía asturiana y la dispersión poblacional. Eso hace que en un territorio territorialmente pequeño haya muchísimos partidos judiciales. Y en cada uno hay un juzgado o dos o tres o cuatro... Y todos esos tienen que ser atendidos desde la fiscalía. La cantidad de asuntos de tipo vista oral, juicio, comparecencias, audiencias, que tienen que intervenir fiscales es ingente. Y buena parte del trabajo de los fiscales se centra sobre todo en este tipo de asuntos. Y sí que puedo decir que estamos saturados. La queja de los compañeros es constante. Si no tenemos una ampliación de plantilla es difícil que podamos atenderlo todo satisfactoriamente.

-¿Por ejemplo?

-Buena parte de los juicios sociales a los que se nos cita no podemos ir. Materialmente no po de mos ir (silabea)

-¿Por qué?

-Porque hay un fiscal que lleva especialidad social pero está también llevando otras materias distintas y hay coincidencia de señalamientos. A veces un fiscal tiene el mismo día dos o tres señalamientos en órganos diferentes. No podemos multiplicarnos y eso es una realidad. No es tanto el número de asuntos que despachamos como la cantidad de servicios que atendemos, que es desproporcionada para el número de fiscales que somos.

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-¿La tecnología puede ayudar?

-Ayuda y mucho. Por ejemplo, para los desplazamientos que antes hacíamos a juicios civiles o penales leves o guardias o comparecenicas ya nos permite obviarlos. Pero no es el sistema óptimo, porque preferimos la presencialidad, tener el contacto directo con los justiciables, con los abogados y los órganos judiciales. Pero si no recurrimos a la videoconferencia no podríamos atender todos los servicios que tenemos encomendados. Pero sería necesaria más plantilla.

-¿Tiene un número en la cabeza?

-No, habría que mirar la estadística y elevar un informe. No obstante, hay fiscalías que lo tienen peor, con mayor litigiosidad, como Cataluña,

«Jesús Chamorro reclama la concentración de sedes y yo secundo esa petición»

Madrid o algunas zonas de Levante.

-En cuanto a espacio físico. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias lleva años reclamando la concentración de sedes al Principado.

-Al presidente le preocupa mucho la concentración de sedes porque la realidad es que están dispersas y eso perjudica de seres porque es una realidad y eso perjudica a los que trabajamos en ellas, pero también a los profesionales, abogados, procuradores, que tienen que andar de un lado para otro. Y al justiciable, que a veces tiene que acudir por un asunto penal a un sitio, por uno civil a otro, al registro... No es buena la dispersión, no se presta un servicio público adecuado cuando están todos los órganos dispersos. Jesús Chamorro insiste en la concentración y yo secundo esa posición. Sobre todo, por nuestra situación.

-¿Cuál?

-La Fiscalía de Menores está desgajada de nuestra sede. Deberíamos estar unidos. Y luego, aparte ya de la concentración, la disponibilidad de espacio también es un problema para nosotros. Creo que cualquiera que venga aquí y se dé un paseo por la Fiscalía ve cómo estamos. Y ya lo de menos es que se comparta despacho, es que cuando te viene, por ejemplo, un fiscal de refuerzo, como acaba de venir uno aquí, no hemos tenido despacho al que poder derivarlo para poder trabajar. Está en la sala de videoconferencias.

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-¿En videoconferencias?

-Sí. Y luego, la oficina, donde están los funcionarios de la oficina fiscal, están los veintitantos funcionarios en una sala que obviamente no es la más propicia para poder trabajar con comodidad y con holgura, están hacinados.

-¿Hay solución a la vista? ¿O todo depende de la concentración de sedes?

-Depende del plan que desarrolle el Principado.

-Llegado al cargo, ¿qué áreas le preocupan más?

-Me preocupé, en primer lugar, por reorganizar la oficina fiscal, por procurar ante la consejería la dotación de más medios personales y materiales. En relación con el trabajo diario de la Fiscalía me preocupa una parte concreta de los medios materiales que tenemos, las herramientas informáticas, que funcionan mal. He de decir que esta semana pasada todavía la consejería terminó la sustitución de todos nuestros ordenadores y se lo agradezco a la viceconsejera. Pero lo que sigue siendo un problema son las aplicaciones informáticas.

-¿Se cuelgan?

-Sí, aunque en estos últimos meses parecen que han mejorado, la situación no es satisfactoria. Se generan muchísimas incidencias por mal funcionamiento: se bloquean, no están operativas, tienen disfunciones... La aplicación informática no nos facilita el trabajo, nos genera mucho problemas. Creo que es la gran asignatura pendiente que tenemos en cuanto a medios.

-En un mundo en red parece extraño que la Justicia no tenga un sistema informático útil.

-El programa con el que se trabaja Fiscalía es Fortuny, creado por el Ministerio de Justicia que fue implantado aquí por el Principado. Tiene aspectos positivos y otros muy deficientes. Y luego la implementación tampoco parece que ha sido la mejor. Con lo cual, como resultado la aplicación que tenemos nos es de muy poca utilidad. Este aspecto es mejorable, manifiestamente mejorable.

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Incendios forestales y droga

-Los recientes incendios forestales han vuelto a poner de manifiesto la necesidad de condenar al causante.

-La mayor parte de las investigaciones por delitos medioambientales tienen su origen en Fiscalía, en unas diligencias nuestras. Son contadas las causas penales que se inician por el propio juzgado. Directamente es la Fiscalía la que incoa las diligencias. Porque los equipos técnicos especializados nos mandan a nosotros los atestados.

-En los últimos meses ha habido grandes incautaciones de droga en Asturias. ¿Hay preocupación en la Fiscalía?

-Sí, desde luego. Es un proceso natural que cuando estas grandes redes internacionales de tráfico de drogas se sienten presionadas en una determinada zona procuren derivar a otras la distribución de la droga. La presión policial en Galicia es muy alta con lo cual, efectivamente, parece que Asturias está empezando a ser un centro de recepción y distribución de droga a gran escala. Las últimas incautaciones de alijo, muchísimos kilos de cocaína, procedentes de Colombia, apuntan en ese sentido, con lo cual, efectivamente, es muy preocupante. La Policía y la Guardia Civil son muy conscientes de esto y están pergeñando sus actuaciones de prevención, seguimiento e investigación para intentar poner remedio. Pero, hoy por hoy, es una situación preocupante.

-La fiscal delegada ¿tiene mayor volumen de casos?

-Sí, Ana Méndez, que lleva muchos años, sí tiene más casos. Que crecen, además, en complejidad. Porque las causas complejas de hace años habían dado paso a cierta tranquilidad, pero ahora hay un repunte de causas complejas en volumen de implicados.

«Me produce tristeza que el máximo responsable esté sometido a enjuiciamiento»

-¿Es un buen momento para ser fiscal en España?

-Pues yo diría que sí.

-La situación judicial en que se encuentra el Fiscal General, ¿no complica la vida a los demás?

-No. En mi caso lo que genera es un poco de tristeza ver que el máximo responsable de nuestra institución está sometido a enjuiciamiento. Es una situación anómala, extraordinaria, singularísima, inédita y, desde luego, eso a nivel personal causa una cierta pesadumbre. Pero, por otra parte, absoluto, afecta en el desempeño diario de nuestras tareas. Sabemos lo que tenemos que hacer, actuamos como siempre y procuramos que en absoluto se afecte nuestro quehacer diario por esta situación.

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 -Cuando concluya este proceso anómalo como usted dice, ¿el resultado puede afectar como tinta de calamar a los nombramientos que haya hecho Álvaro García Ortiz? 

-No, no. De un puntos de vista legal, en absoluto.

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