La DOP Vino de Cangas espera vendimiar más de 100.000 kilos de uva

La vendimia de 2020 pondrá fin a un trabajo arduo en los viñedos de la DOP Vino de Cangas, que espera llevar a las bodegas de los siete productores más de 100.000 kilos de uva. «La humedad activó los hongos. En mayo sufrimos varios ataques repetidos de mildiu que eran tan virulentos que ni siquiera respetaban a las vides tratadas previamente», señala el presidente de la DOP, José María Martínez, que añadió al tiempo la dura batalla contra los pájaros, que este año merman la cosecha. «Cada vez hay más y la cosecha podría disminuir hasta un 40%, en función de la zona», asegura Martínez. Pese a todo, el fruto llega en buen estado a las puertas de la vendimia. «Las últimas lluvias sirvieron para que la uva ganase peso y volumen. Están cargadas de mosto», afirma Martínez, que no se atrevió a fijar una fecha para el inicio de la vendimia.

El trajín en bodegas va 'in crescendo'. En Puenticiella, Luciano Gómez espera comenzar la vendimia a mediados de mes. Será la segunda añada de la bodega La Verdea. «Tuvo muy buena acogida y espero sacar dos nuevos vinos», apunta Gómez, que prevé recoger al pie de 15.000 kilos de uva si los pájaros se lo permiten. «Hacemos lo que podemos para ahuyentarlos», dice el bodeguero.

La bodega Las Danzas también piensa ya en su segunda añada. «Tenemos muy buena cosecha. Calculo que recogeré entre 12.000 y 14.000 kilos. Pero ha sido un año complicado», confiesa Carmen Martínez. En la bodega permanecen las cajas de vino que la pandemia y la burocracia impidieron colocar en el mercado. «Esta semana están saliendo las primeras. Sé que es un producto de calidad y estoy muy contenta», concluye Martínez.

Con más veteranía afrontarán la campaña en la bodega Vidas, que sumará su novena vendimia. «Fue un año estresante», resume la bodeguera Beatriz Pérez, que espera que lleguen unos 25.000 kilos de uva. «Hace falta que venga sol para que madure».

En Corias continúan pendientes del clima, aún a tiempo de malograr los racimos ya formados y casi maduros. «Habrá más uva que el año pasado. Hay buena calidad. Esperamos que aún alcancen unos 3-4 grados más», señala Andrea González, de la bodega Monasterio. Este año, además, vinificarán en roble asturiano de la sierra de Tineo.

Ninguno oculta la incertidumbre de vendimiar en plena pandemia, pero todos coinciden en que «el ciclo de la uva es imparable». Así las cosas, solo queda extremar las precauciones y respetar las medidas sanitarias.