Los hosteleros tratan de recuperar la confianza de los clientes
«La sociedad debe saber que nuestros establecimientos son seguros», asegura el presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida
OLGA ESTEBAN
GIJÓN.
Sábado, 10 de abril 2021, 04:08
«¿Y ahora qué?» Esa pregunta, de difícil respuesta, no fue solo el título de la mesa redonda celebrada ayer en la tercera y última de las Jornadas de Hostelería y Turismo de EL COMERCIO, sino que es la pregunta que miles de empresarios del sector turístico se hacen cada día. Que se han hecho, en realidad, muchas veces desde marzo del año pasado, cuando echaron las persianas de sus negocios sin saber cuándo las subirían de nuevo. Y ese 'ahora qué' pasa principalmente por dos cosas: innovación y confianza. Innovación para buscar nuevas líneas de negocio, nuevas alternativas, ideas para seguir llegando al cliente pese a todas las limitaciones. Y confianza para que ese mismo cliente regrese con seguridad a los establecimientos.
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De todo ello hablaron ayer Marcos Granda, sumiller y empresario al frente de los restaurantes Skina y Nintai (Marbella), Clos (Madrid) y Ayalga (Ribadesella); Alberto Martínez, de Casa Fermín, y José Luis Álvarez Almeida, presidente de la patronal turística Otea. Y también David Ramos, CEO de Klimer, que ofreció a través deELCOMERCIO.es y del Facebook Live del periódico su ponencia 'El delivery y el take away han venido para quedarse'.
«Tenemos que salvar el presente, no se puede abandonar al sector, que está bajo mínimos»
Hizo José Luis Álvarez Almeida una enorme defensa del sector al que representa como presidente de la patronal Otea. Habló de empresarios trabajadores e innovadores, que «están intentando luchar y adaptarse» a estos nuevos y malos tiempos. Un esfuerzo, dijo Almeida, que debería ir acompañado de más ayudas públicas. No solo en cuantía, ya que comparó las ayudas recibidas por los negocios asturianos con los de otras comunidades como Valencia y Aragón, donde se les ha pagado más, sino también en la rapidez de la gestión («nuestros políticos hablan de turismo, pero las ayudas al sector están llegando muy tarde») y en otras decisiones como las últimas tomadas respecto a los horarios de cierre.
Recordó Almeida que en mayo finalizarán los ERTES y que «no es que queramos prorrogarlos por prorrogarlos, pero hay que ayudar al sector a recuperarse. Hablamos del futuro, pero no olvidemos que también hay que salvar el presente, que no se puede abandonar al sector, que está bajo mínimos».
Almeida puso a Marcos Granda y Alberto Martínez como ejemplos de los empresarios turísticos asturianos. Habló de «los grandes cocineros, restaurantes y bares» que tiene la región y pidió a los políticas «apertura, visión, grandeza...». El virus, aseguró, «no se comporta de forma distinta las dos de la tarde que a las once de la noche».
El presidente de Otea agradeció a EL COMERCIO la oportunidad de estas jornadas y quiso también mencionar a los ayuntamientos, ya que la mayoría ha puesto en marcha iniciativas en favor del sector, como las facilidades para ampliar las terrazas. «Hemos demostrado que podemos convivir con los vecinos».
En esa idea de recuperar la confianza del cliente es en la que se centrará la patronal del sector, Otea, en una próxima campaña que lanzará junto con el Principado de Asturias. «La sociedad debe saber que nuestros establecimientos son seguros. La experiencia en casa (con los servicios de entrega a domicilio) son magníficas, pero donde está la excelencia es en el servicio, al delicadeza, el entorno... Hay que recuperar la confianza de volver al restaurante», explicó José Luis Álvarez Almeida. Porque «tenemos que colaborar todos para salvar a la hostelería. Más que nunca hay que hacer ese esfuerzo», añadió. Un esfuerzo por un sector que antes de la pandemia «vivía un momento buenísimo, con crecimientos anuales constantes, un 12% del PIB regional y un 11% del empleo». Y después, «el caos y las caídas abismales» y el consuelo de un verano que demostró que «Asturias fue la comunidad que mejor aguantó el tirón, gracias a todo lo construido, lo trabajado anteriormente».
Mucho insistió en ese concepto de seguridad y confianza Alberto Martínez, de Casa Fermín, quien aseguró que con las medidas de seguridad como el distanciamiento, la ventilación y los controles de C02, «los interiores son igual o más seguros que los exteriores, sin ninguna duda». Martínez confesó que a lo largo de los meses «una de las cosas que más nos ha podido molestar es que se pensara que no éramos lugares seguros. Porque la mayoría cumple las medidas».
«Hay ideas nuevas, pero me gustaría que la gente volviera a comer fuera de casa»
Al frente de un negocio que han mantenido varias generaciones, Luis Alberto Martínez admitió ayer que, en los peores meses, cuando veía todo cerrado, se preguntó en muchas ocasiones qué se podía hacer. Y, pese a que sabe que «hay muchas ideas nuevas, me gustaría que la gente volviera a su lugar, a comer fuera de casa». Y dice comer conscientemente porque en su caso, sin terraza y con un un horario que hasta ayer era hasta las ocho de la tarde y hoy gana una hora, dar cenas aún es imposible.
Esa vuelta de los clientes pasa, a su juicio, por dos cosas. En primer lugar, por una mayor flexibilización de los horarios y, en segundo, por «explicarle a la gente que los restaurantes son lugares seguros». Insistió mucho en esta idea.
Lamentó el propietario de Casa Fermín que en Madrid los hosteleros sí hayan podido seguir trabajando de forma ininterrumpida durante muchos meses, y dejó claro que «la hostelería y el turismo pueden ser claves para Asturias». Su objetivo, que la región recupere la imagen que tenía antes de la pandemia, cuando «todo el mundo hablaba de la gastronomía asturiana, que era una buena excusa para viajar hasta aquí». A partir del 9 de mayo puede volver a ser la excusa.
«Todos tenemos ganas de que esto cambie y de hacerlo bien», porque de ello depende una de las metas del sector: «Lograr que sobreviva el mayor número posible de empresas». Aunque a lo largo de las tres jornadas de debate organizadas por EL COMERCIO ha quedado claro que no todos van a sobrevivir a la pandemia y la crisis económica derivada de ella, en la mente de todos está la necesidad de lograr el mayor mantenimiento del empleo posible.
Por eso, el hostelero pidió que se alargue también el horario de cierre de los interiores, al igual que se ha hecho con las terrazas, y que se iguale también el número de comensales (a partir de hoy serán cuatro en interior y seis en exterior). «Cerrando a las nueve es imposible dar cenas, hay que alargarlo un poco más», dijo.
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Hubo tiempo también de hacer comparaciones. Marcos Granda sabe bien cómo está la situación en Andalucía, Madrid y Asturias, donde están sus negocios. Y ahora mismo, «prácticamente todo el grupo sobrevive del restaurante de Madrid». Por su parte, Álvarez Almeida habló de las comunidades donde los negocios han recibido más ayudas económicas que los asturianos, aunque admitió también que «no somos de las peores comunidades, pero necesitamos mayor agilidad».
«Me fui de Asturias hace 20 años y me da rabia ver como la veo. Tiene un potencial impresionante»
«Son tiempos difíciles para todos. Pero tengo un gran equipo de trabajo en los restaurantes que me permite seguir creciendo». Marcos Granda habla realmente de crecer. Porque en mitad de la crisis acaba de abrir en Oviedo la panadería Fermento, continuando con una labor que arrancó hace unos años en Skina, haciendo ellos mismos el pan. Y como propietario de negocios en varias comunidades, Granda pudo hablar de las diferentes situaciones y de cómo «en Madrid llevamos abiertos ininterrumpidamente desde mayo», mientras el resto se mantienen cerrados. De hecho, admitió que si logra mantener el grupo empresarial ahora mismo es gracias al restaurante de Madrid.
Lamentó especialmente Granda la situación de Asturias. «Yo que soy asturiano y me fui hace 20 años, me da mucha rabia ver Asturias como la veo. La comunidad se ha quedado muy anclada y me da mucho coraje, porque tenemos un potencial gastronómico, cultural, impresionante. Me gustaría que esta pandemia sirviera a la parte política para recapacitar». «Igual que nosotros estamos pensando e inventando cosas para mantener a nuestros equipos, pediría que ellos también empiecen a ser más creativos y más empáticos con nosotros». Porque el turismo, lamentó «es una de las pocas cosas que le quedan a Asturias».
Marcos Granda habló mucho de su equipo: «Soy un trabajador que tiene 42 nóminas que pagar». De «los chavales que tienes que mandar a casa para que vivan con 750 euros», de los esfuerzos para poder mantener el empleo. «Esta pandemia va a hacer mucho daño económico, pero también psicológico, como de verdad alguien no se ponga a crear pensando en los demás».
En cualquier caso, tanto Alberto Martínez como Almeida valoraron positivamente la relajación de las medidas, que consideran «ilusionantes». Con todo, el presidente de Otea lanzó claramente su mensaje: «Me alegro de que FADE y el Gobierno hayan tenido a bien abrir los alojamientos de Asturias, la pena fue no haber abierto en Semana Santa para que los asturianos pudiéramos hacer turismo. Hemos sido la única comunidad con los alojamientos cerrados. Y lo de ahora es como decirnos que nos dejan llegar una hora más tarde a casa porque nos portamos bien».
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Llevar la experiencia a casa
En cuanto a la innovación, sabe mucho de ello Marcos Granda. Por un lado, porque en estos momentos tan complicados acaba de abrir en Oviedo la panadería Fermento. Y, además, porque en las semanas más complicadas decidió que no solo podía hacer entregas a domicilio, sino llevar directamente la experiencia de su restaurante de Marbella a casa de los clientes, en una iniciativa que incluye hasta la mantelería, la cristalería y la vajilla. De esa iniciativa, junto a a una empresa de catering, ha surgido además una nueva línea de negocio para eventos.
Con su experiencia, Granda hizo un llamamiento a los políticos para actuar también ellos con esa misma visión innovadora, «que sean más creativos y empáticos con nosotros».
Respecto a las nuevas líneas de negocio que se han desarrollado en este último año en el sector hostelero habló David Ramos, CEO de Klimer. Teniendo en cuenta que un 55% de la oblación española ha comprado con el sistema 'delivery' en este último año, es obvio que bares y restaurantes necesitan contar con esa opción.
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«El 'delivery' puede suponer hasta un 25% de ingresos adiciones para un bar o restaurante»
En la segunda de las jornadas de debate de EL COMERCIO ya se había puesto de manifiesto que «el 'delivery' y el 'take away' han llegado para quedarse» y ese fue precisamente el título de la ponencia que David Ramos ofreció ayer. CEO de Klimer, empresa de venta de productos para hostelería y restauración, sabe bien lo que ha sucedido en el sector en este último año.
Es evidente que durante los cierres totales estas modalidades fueron el 100% de la actividad y ahora ya no, pero «se han quedado como parte del negocio». Porque un restaurante puede tener unas pocas mesas, pero puede añadir «veinte comensales más en los pedidos que ha tenido para comidas y cenas».
Teniendo eso muy en cuenta y el hecho de que un 55% de la población española ha comprado a través de 'delivery' en el último año, es una línea a tener presente. Esta modalidad puede suponer, dijo Ramos, hasta un 25% de ingresos adiciones para un bar o un restaurante».
Para sumarse al negocio de las entregas a domicilio, lo primero que tiene que analizar el empresario es si lo hará él mismo o subcontratará el servicio y, en ese caso, la elección de la plataforma dependerá de muchos factores, como el tipo de producto y de cliente.
David Ramos aconseja también a los hosteleros adaptar su carta a este servicio, es decir, elegir aquellos productos que mejor pueden aguantar el 'viaje' y llegar en las mejores condiciones al cliente. También es importante elegir envoltorios de calidad. En este sentido, Ramos hizo mucho hincapié en la sostenibilidad, no solo porque este año se vaya a acabar con los plásticos de un solo uso. También habló de las últimas tendencias en envases.
Ramos les instó a estudiar bien la sostenibilidad y viabilidad, si les resulta mejor hacerlo de forma directa o subcontratando el servicio de entrega; no ofrecer toda la carta sino una docena de productos, los que mejor 'aguanten' el viaje; ofrecer packs y menús cerrados para que el cliente tenga claro cuánto va a gastar y, finalmente, optar por la sostenibilidad a la hora de elegir los envases.
Con la de ayer finalizaron las tres Jornadas de Hostelería y Turismo Construyendo Futuro, de EL COMERCIO.
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