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El Avril S-106, durante las pruebas que realizó en octubre del año pasado en el trayecto desde Busdongo a Campomanes. ÁLVARO FERNÁNDEZ

La incorporación de los trenes Avril a la variante recortará otros 15 minutos el viaje a Madrid

La expectativa dejaría a partir del primer trimestre de 2024 a Oviedo a menos de tres horas de Chamartín, y Gijón a tres horas y 24

Ramón Muñiz

Gijón

Lunes, 6 de noviembre 2023, 00:25

El 30 de noviembre entrará en servicio comercial la variante de Pajares, infraestructura que por sí sola reducirá en una hora el tiempo que ... ahora invierte el tren en viajar entre Asturias y el resto de destinos al otro lado de la cordillera. Será un primer paso, pero seguirán otros.

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Un retraso de Talgo en la fabricación y homologación de su modelo Avril ha hecho trizas la planificación de Renfe, operadora pública que, sabedora de las líneas de alta velocidad que estaban por venir, le encargó 30 unidades con unos plazos de entrega que empezaban en 2021. El proveedor está ya más cerca de su objetivo, después de recibir el visto bueno de la Agencia Ferroviaria Europea, pero aún le resta papeleo con la agencia nacional. Después de ello hay que homologar el tren en los tramos por donde va a operar y lograr que los maquinistas obtengan la formación y validación para ello.

El dato

  • 581 plazas tendrá el Avril (S-106) en su modalidad AVLO, un salto notable frente a las 299 del Alvia (S-130) El modelo de bajo coste de Renfe tendrá paradas en Gijón, Oviedo, Mieres y Pola de Lena, y otras estaciones de Castilla y León.

Con esos condicionantes el Ministerio de Transportes empieza a tener un boceto de cómo puede ser la comercialización de la variante en una segunda fase que cuenta con activar en el primer trimestre de 2024. Según anticipaba la titular del departamento, Raquel Sánchez, ayer en una entrevista en exclusiva con EL COMERCIO, la intención es tener seis frecuencias entre Asturias y Madrid. De ellas una sería un Alvia que haría Avilés-Oviedo-Chamartín (con paradas intermedias) en unas tres horas y media.

Los estudios de mercado hechos por Renfe estiman que hay mercado suficiente para esa frecuencia, sobre todo si se consigue atraer hasta la estación de Avilés a potenciales viajeros de la comarca y otras partes del occidente que vean más atractivo el ferrocarril que el avión. Con todo, el planteamiento inicial es poner a funcionar ese tren y ver la respuesta.

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La relación con Gijón es la que más cambiaría. De los cuatro servicios Alvia por sentido que hay ahora, y que se mantendrán con la apertura de la variante, se pasaría a un esquema con dos servicios AVE, otros dos Alvia y un AVLO, todos ellos, huelga decirlo, con parada en Oviedo. Los AVE y los AVLO los operaría con modelos Avril, renombrados como unidades de la Serie 106 en la nomenclatura de Renfe.

El salto es notable en términos de oferta. Una de las características del S-106 es un mejor aprovechamiento del espacio interior que ha posibilitado alojar 507 asientos en las unidades que darán el servicio AVE, y 581 en las AVLO. La diferencia estriba en que en esta última se quita el espacio de cafetería y la zona infantil para poner más asientos. Son con todo trenes que moverán más pasaje respecto al S-130 que presta el servicio Alvia, y que dispone de 299 plazas.

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Es decir, hoy, de lunes a jueves, hay 1.196 asientos para viajar en Alvia hacia Madrid desde Sanz Crespo o la capital. La cartelera de la segunda fase de la variante ampliaría la capacidad hasta los 2.193 asientos, repartidos en cinco frecuencias operadas por tres tipos de trenes distintos. Desde Oviedo la oferta llega a las 2.492 plazas al hacer parada en la calle Uría el Alvia que termina e inicia su recorrido en Avilés.

Además de más horarios y plazas, la segunda fase de la variante llegaría con mejores tiempos. La apertura de la variante reduce los tiempos de viaje actuales en una hora. Desde el 30 de noviembre el tren más veloz a Madrid invertirá dos horas y 49 minutos desde Pola de Lena, tres horas y 12 minutos desde Oviedo y tres horas y 39 desde Gijón. Todos ellos son S-130 con una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora entre Madrid y León y 220 hacia el norte (cota para la que no está adaptada la infraestructura).

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El Avril, o S-106, se ha fabricado para desarrollar 330 kilómetros por hora tanto en vías de ancho ibérico como internacional, si bien en su versión de rodadura desplazable el visto bueno provisional de la agencia europea es hasta 300. Con esos parámetros Transportes estima una reducción adicional de los tiempos de viaje de unos 15 minutos, lo que, de confirmarse, dejaría a Lena a dos horas y 57 minutos de Chamartín en la mejor opción, a Oviedo a dos horas y 57 minutos y a Gijón a tres horas y 24 minutos.

Con estas condiciones todo apunta a un vuelco importante de viajeros entre el avión y el tren. Actualmente de cada diez viajeros que se mueven entre Asturias y Madrid en estos modos, seis se decantan por Iberia y cuatro por Renfe.

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Los estudios hechos sobre las consecuencias de la alta velocidad evidencian que cuando el tren puede cubrir el mismo trayecto que el avión en menos de tres horas el trasvase es importante.

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