La natalidad se desploma en Asturias un 9,5% hasta agosto y apunta a un récord negativo anual

Es precisamente, de momento, el aporte de la inmigración (la población extranjera en Asturias es ya el 9,8% de los vecinos de la región, casi siete puntos más que hace dos décadas) el que mantiene las cifras globales de población en Asturias por encima del millón de habitantes (la última cifra oficial, de julio pasado, es de 1.007.518 personas).

Porque los nacimientos siguen tremendamente a la baja. Hasta el 1 de agosto pasado y desde el 1 de enero habían nacido en la región apenas 2.563 niños. Pueden parecer mucho, pero son la cifra más baja a esta altura del año desde que existen registros. Por debajo de todos los años, pero por si quedan dudas, notablemente desplomada, la cifra, respecto al mismo momento del año anterior, cuando se acumulaban 2.833 partos. Nada menos que un 9,51% menos, lo que supone 270 nacimientos menos en los siete primeros meses del año. Casi tanto como si no hubiera habido nacimientos en todo un mes.

Para calibrar lo que supone el descenso hay que echar la vista un poco atrás. En 2019, el año previo a la pandemia que tanto trastocó los datos demográficos, habían nacido casi tantos niños en un mes menos. En la primera mitad del año 2019 nacieron en Asturias 2.522 niños, y el año se cerró con 5.152. La última vez que se superaron los 5.000 nacimientos en un año.

Ahora, y salvo un improbable repunte en lo que queda de año, la media de nacimientos de los siete primeros meses marca una tendencia que promete dejar los nacimientos a final de año en el entorno de los 4.600. Si es así, será el cuarto año consecutivo con los nacimientos por debajo de los 5.000 y la cifra histórica más baja de recién nacidos asturianos en un año.

Y esto, tras seis meses en los que se han ido marcando mínimos mensuales de nacimientos mes a mes, con febrero como el peor registro histórico en un mes en Asturias, comparado con todos los febreros anteriores, pero también con todos los meses de la serie histórica. Apenas 325 nacimientos.

Y si difícil es variar la marcha de la natalidad, aún lo es más reducir la mortalidad en una región especialmente envejecida, como sigue siendo Asturias, hoy por hoy la comunidad autónoma con mayor tasa de envejecimiento. Sin embargo, las cifras mejoran. En buena medida, porque lo más duro de la pandemia ha pasado y la sobremortalidad que supuso la covid durante 2020, 2021 y 2022 se ha moderado notablemente.

En Asturias ha bajado, comparando los últimos datos disponibles en el Instituto Nacional de Estadística, más incluso que en la media del país. Hasta la semana 34 del año (mediados de agosto), habían fallecido en la región un total de 8.493 personas (4.109 hombres y 4.384 mujeres). Son muchas más que los nacimientos, y eso se notará en que el crecimiento vegetativo a final de año volverá a presentar cifras muy negativas, pero también son 814 fallecimientos menos que en las mismas fechas que el año anterior. La mortalidad, en porcentaje, se ha reducido este año en Asturias un 8,75%, mientras que en el resto de España la media es de un 8,3%, con Cantabria como la región con un mayor descenso de la mortalidad, un 13,24%.

De hecho, las cifras de mortalidad prácticamente calcan ya las de 2019, el último año antes de la pandemia, cuando en la semana 34 habían fallecido 8.472 personas, solo 21 menos que este año.